Si se recorre la región comprendida entre las localidades de Los Toldos y Pehuajó, seguramente parecerá que se trata de una zona de río, o un humedal. Los partidos de General Viamonte, 9 de Julio, Carlos Casares y Pehuajó, en Buenos Aires, tienen una gran cantidad de su territorio bajo agua.
Según datos recientes de la Bolsa de Comercio de Rosario, hay un estimado de un millón de hectáreas en total bajo agua, y otro tanto inaccesible, ya sea por falta de caminos transitables o por falta de piso para realizar tareas agrícolas.
9 de Julio es una de las regiones más afectadas, con casi 300 mil hectáreas bajo agua, y donde se realizó en el día de este martes una serie de encuentros entre productores, dirigentes gremiales y autoridades municipales y provinciales.
Durante el encuentro se analizó la coyuntura y el estado de situación, y con el escenario crítico de la zona, se resolvió constituir una mesa de trabajo conjunta, a fin de resolver la problemática del manejo del agua que afecta al partido. La actualidad, además de angustiante para los productores y pobladores de la región, deberá ser abordada con seriedad y obras cuando las aguas bajen. Por ahora, solo resta empezar a planificar el futuro.

Mientras se conforman las mesas de trabajo, hay productores que no pudieron sacar su cosecha gruesa en abril, ni sembrar el trigo de invierno, ni avizoran tener una buena expectativa para la próxima siembra de verano, que debería estar por arrancar, pero no hay piso. Hay quienes dicen que recién volverá a sembrarse con normalidad y tener una campaña habitual en más de un año, recién la campaña 26/27.
Lo angustiante de la realidad además tiene que ver con los pobladores de la región, trabajadores rurales y gente que necesita de los caminos rurales para moverse de un lado al otro, ir al pueblo o transitar normalmente.
Uno de los temas que surge a la hora de hablar con los productores afectados tiene que ver, además, con la mano de obra. Hay trabajadores que no perdieron sus trabajos y tienen que migrar a otras estancias, ante la imposibilidad de acceder a los campos. Los que quedan, muchos están aislados y pensando en salir para no volver.

La inquietud se acrecienta a la hora de revisar el pronóstico. Por ahora no están previstas lluvias de importancia para los próximos días, pero con septiembre llega la primavera y la época de lluvias copiosas, a diferencia de lo que suele suceder en invierno. Este año llovió en 9 de Julio más de 1.300 milímetros entre marzo y agosto, algo completamente inusual.
Esta situación obligó a que asociaciones de productores, el gobierno municipal y el provincial conformen esta mesa de trabajo. Este primer encuentro no contó con la presencia de autoridades nacionales.
Sergio Iraeta, secretario de Agricultura de la Nación, llegó una vez finalizada la reunión y no participó del encuentro con la provincia de Buenos Aires. Parece que Iraeta no quiere ponerse a trabajar con el municipio y la provincia, y menos justo después de haber sufrido el oficialismo nacional una dolorosa derrota electoral en la provincia inundada.
Decimos que parece que fue así, porque debemos suponer las acciones del gobierno nacional. El secretario se negó a brindar declaraciones a este medio al finalizar la reunión.
Donde sí participó Iraeta fue en un encuentro posterior organizado por la Sociedad Rural Argentina, encabezado por su presidente, Nicolás Pino, y donde se escuchó al ingeniero hídrico Marcelo Rastelli brindar un acabado detalle de lo que ocurre en la región afectada y las posibilidades de sacar el agua.
El problema político que no pudimos abordar con el secretario Iraeta, tras la negativa, tiene que ver con las obras del Plan Maestro del Salado Bonaerense y los fondos que Nación debe destinar para concluir la obra, y no lo hace. Provincia debe actuar, pero no lo hace. El municipio, sin fondos y sin voluntades de arriba, hace lo que puede, que es bastante poco.
Una de las zonas más afectadas está al norte, yendo para Los Toldos. Allí, en el cruce de las rutas provinciales 65 y 70, Luis Luberriaga, de la familia de los famosos tamberos y queseros, intenta producir. Pero hace meses que no puede acceder al campo.
Este es su testimonio, desde el tristemente célebre cruce de rutas: