La moneda en Brasil se devaluó y eso le devolvió competitividad a las exportaciones de ese país, entre ellas las de carne vacuna. Los frigoríficos en ese país reciben más reales por cada embarque pero también están pagando menos por la materia prima, todo lo contrario a lo que sucede en Argentina.
En Brasil el precio del ganado había llegado a picos de 3,90 dólares por kilo de carne producida. Eso fue consecuencia del inicio del proceso de retención de parte de los ganaderos luego de años de muy alta faena.
Tras la devaluación, y también por la reducción de los precios que paga China, la cotización del ganado brasileño cayó a 3,50 dólares, lo que significa una baja de 12%.
En tanto en Argentina se está dando el proceso contrario, lo que resta competitividad y rentabilidad a los negocios de exportación de carne que se están cerrando.
La política económica del gobierno está reduciendo los niveles de inflación, aunque estos son superiores a la devaluación de la moneda local o revaluación del dólar, lo que encarece el costo de todo lo que se mida en la moneda norteamericana. La situación afecta principalmente al ingreso de los que exportan.
Estas condiciones se dan además en un contexto de baja disponibilidad de materia prima. Faltan novillos en la producción ganadera argentina y por eso los exportadores se ven obligados a pagar cada vez más por la hacienda.
El precio promedio en las últimas semanas fue de 4.100/4.200 dólares por kilo en gancho, si a eso se le cargan las retenciones todavía vigentes para esa categoría (son de 6,75%) el precio llega a los 4.500 pesos o 4,5 dólares por kilo.
Así, el valor del novillo en el mercado local es casi 30% superior al que pagan los frigoríficos exportadores de Brasil. Es también 12% mayor al que pagan en Uruguay y 40% superior al que pagan en Paraguay.
Esto habla a las claras de la falta de competitividad que tienen los exportadores de carne argentina, respecto de sus pares en los demás países del cono sur, en el costo de la materia prima que es el de más peso en la composición del negocio.
Lo que es peor, eso no significa que los ganaderos estén haciendo plata. Por el contrario, a pesar del apoyo que siguen dando el nuevo gobierno la rentabilidad en diferentes los eslabones de la cadena productiva se resintió.
Los que engordan a corral pierden dinero, según las cuentas de los feedloteros en torno a los 100.000 pesos por cabeza. Y los criadores también achicaron sus márgenes, según lo que detallan los informes de la misma Secretaría de Agricultura.