“¿Cómo podemos acercarnos un poco más a lo que viven nuestros alumnos?”
“A veces siento que lo que hacemos sirve poco, está atrasado”.
“¿Qué tipo de profesionales agropecuarios necesita Argentina?”
“Es impresionante lo que se logra cuando la innovación llega al aula”.
“¿Estamos en condiciones de afrontar este tiempo que se presenta vertiginoso y arrollador?”
Estas son solo algunas de las preguntas y reflexiones que se hicieron docentes y directivos de establecimientos técnicos agropecuarios del NOA, aprovechando un espacio de intimidad, cuando sus alumnos se fueron de visita a la EEA Catamarca del INTA y quedaron solos en un plenario, mirándose las caras.
Estamos hablando del Congreso Nacional de Educación Agropecuaria – Regional NOA, que se realiza en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, entre el miércoles 11 y el viernes 13 de junio, y que convocó a representantes de los establecimientos educativos técnicos con orientación agropecuaria de todo el noroeste.
“Ese es el objetivo de este Congreso”, explica Fernando Tascón, secretario de CONETyP, del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), que centraliza la organización del Congreso.
“Las preguntas que se escucharon hoy, son las mismas que nos vienen planteando otros docentes y directivos de escuelas agrotécnicas del país, con la necesidad de revisar para qué está la escuela secundaria técnica con orientación en el agro. Es a partir de esa inquietud que se planteó habilitar estos espacios para sensibilizar, debatir, intercambiar saberes, ideas y preocupaciones, entre las 526 escuelas secundarias agro-técnicas del país”, completa.
Organizar semejante cantidad de escuelas es menuda tarea y por eso se planificaron seis encuentros regionales. El del NOA es el segundo, luego del que se realizó en Misiones con los establecimientos del noreste y que continuará con Cuyo, en unos pocos días.
Además se debe contar con el apoyo de otras instituciones y empresas, pero fundamentalmente de los gobiernos provinciales, como en este caso es el de Catamarca, que dispuso de los medios necesarios para recibir las nutridas delegaciones del NOA.
“Estamos en una nueva era de la humanidad, tenemos la robótica, la inteligencia artificial. Hoy uno puede estar cosechando un campo desde un bar, o con un dron fumigando. Nos tenemos que preparar para este nuevo mundo que necesita reestructurar su sistema educativo, qué se está enseñando y cómo se está enseñando y, esta vez, mucho viene de los alumnos hacia los profesores”, reflexionó el gobernador Raúl Jalil al inicio del Congreso.
El planteo no se asienta en un “barajar y dar de nuevo”. Por el contrario, los organizadores y panelistas reponían permanentemente la gran tradición en la enseñanza técnica que tiene Argentina. Es más, muchas de las primeras exposiciones pusieron en valor el conocimiento surgido de los mismos campos, de la propia actividad agropecuaria, saberes característicos de quienes trabajan la tierra. “La tecnología debe servir para ayudar a lo que está bien hecho”.
Mientras muchos alumnos pululaban por la sala, otros mantenían la mirada fija en la pantalla de sus celulares. Pero también estaban aquellos que mostraban la producción de sus escuelas: Miel, mermeladas, pasas, semillas, vinos y tantos otros productos, que eran expuestos en mesitas, invitaban al diálogo directo.
“Esto es lo que quiero”, arengaba Ludovico Grillo, director del INET. “Van a ver y conocer experiencias, tecnologías, avances científicos y pueden pensar que eso no es para ustedes, o pueden venir con otra actitud, la de esto es lo que quiero para mí y para mi escuela y llevárselo”.
Ante las preguntas sobre los objetivos de estos congresos, Fernando Tascón responde: “Pensamos que el debate de estos encuentros se debe dar sobre tres ejes. El primero es más de carácter de innovación institucional, sobre cómo se gestiona hoy un establecimiento con estudiantes adolescentes, en el medio de la inteligencia artificial, de la robotización, del internet de las cosas”.
“El segundo eje tiene que ver con la innovación de lo didáctico, no sólo qué enseñar, sino con cómo enseñarlo. El tercer eje tiene que ver con la vinculación de estas instituciones educativas con el propio sistema productivo de cada región. Tenemos la intención de seguir promoviendo la articulación de estas escuelas con otros actores como el INTA, con organizaciones que tienen que ver con la producción local, con las empresas del sector y con la gestión pública vinculada a lo agropecuario”, razona.
El encuentro final de esta serie de Congresos será en Salta, en noviembre, y se espera contar con la presencia de los ministros de Educación y de Producción de todas las provincias, además de sus referentes en cuanto a educación técnica. Además se piensa hacer parte a todo el arco de lo público que está vinculado con la producción agropecuaria. “Debería ser lógico que una Estación Experimental del INTA trabaje con una agrotécnica, como que el INTI lo haga con aquellas que nos son agropecuarias. Tememos que poner también el foco en lo técnico agropecuario, no universitario”, continúa comentando Fernando.
Docentes y directivos son unívocos en el diagnóstico de que hay poca vinculación de sus establecimientos con el sector productivo, poca innovación tecnológica al interior de las instituciones y que hay que hacer una revisión sobre lo didáctico, qué y cómo se enseña. Estos Congresos son un espacio de debate necesario y por eso Bichos de Campo se acercó para conocer de qué va la cosa.
Concluye Tascón: “Argentina tiene una larga tradición para la formación técnico profesional y tiene una Ley, la 26.058 que la promueve. El complejo bioindustrial argentino necesita recursos humanos de la hostia, profesionales universitarios y técnicos no universitarios de excelencia y, esa necesidad tiene que ver la organización de estos congresos. Los docentes quieren que la brecha tecnológica se achique, que algo suceda, y nosotros también”.