Aunque estudia la Licenciatura en Ciencia Ambientales en la Facultad de Agronomía de la UBA, Gastón Tenembaum se tienta por momentos con pasarse a la carrera que le otorga el nombre a su casa de estudios. Sucede que para este joven, cofundador de Jóvenes por el Clima Argentina, el estudio de los ecosistemas, las áreas protegidas y la conservación debe tener un diálogo directo con la forma en que se piensan y se desarrollan los sistemas productivos en el país.
“Desde Jóvenes por el Clima pensamos que es fundamental generar relaciones y buen vínculo con las juventudes de las diferentes organizaciones agropecuarias. Y nos sorprende muchas veces ver que estamos mucho más cerca de lo que pensamos, o de lo que la sociedad piensa que estamos”, comentó Tenembaum en una charla con Bichos de Campo.
Con este escenario en mente y sobre su espalda, Gastón también se mete en los debates en torno a la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, que hace dialogar al ambientalismo y a la producción agropecuaria por igual.
“A mí no me copa la idea de que es la mayor conspiración del mundo, y que nos vienen a destruir y a hacer pelota todo. Sí, me parece que hay cosas que están mal y que la Agenda 2030 en realidad es bastante insignificante”, señaló sin temor a abrir una polémica.
“La Agenda tiene metas como la paz, y no estamos viviendo en un mundo pacífico ahora. Son compromisos que yo quiero ver qué ocurre en los hechos. Tampoco me gusta cuando me dicen que la Agenda 2030 es lo peor que hay, que es todo lo malo del mundo y que nos vienen a sacar los campos y a incendiarlos. Ahí me parece que nos metemos en una medio conspiranoica con la que yo no coincido”, sostuvo el joven.
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Y a continuación, añadió: “Las metas dicen fin a la pobreza, paz, disminución de la desigualdad de género, y varias cosas más como que el aire y el agua estén limpias. Y uno dice: ¿quién no coincide con esas cosas? Si después se pone a la agenda 2030 como excusa para poner legislaciones no consensuadas o cuestiones de ese estilo, ahí si ya estamos hablando de otra cuestión donde se mete en el debate la exportación libre de deforestación y esos temas. Imponer cierta manera de producir sin hacer las transiciones y los debates políticos necesarios para que ambas partes consensue, ahí estás metiendo la pata”.
-Hay muchos actores en el agro que creen que son impolutos, que no tienen ninguna explicación que dar en materia ambiental, que hacen las cosas bien y que nadie tiene derecho, mucho menos los europeos, de venir a decirles cómo hacer las cosas. ¿Vos cómo ves eso?-le preguntamos a Tenembaum.
-Siempre hay cosas para mejorar. Las propias organizaciones que representan a muchos productores del agro reconocen que hay muchas cosas para mejorar y ese es un marco que está buenísimo para debatir, y para llevar adelante nuevas prácticas de producción que permitan producir más y mejor. Ahora, ¿plantear lo impoluto? No, para nada. Con eso no coincido ni con el agro ni con el industrial. Si un industrial me dice nosotros tampoco generamos nada, me están mintiendo. Cualquier actividad que hagamos genera un impacto y ese impacto hay que corregirlo e intentar usar más eficientemente los recursos para producir más y mejor. Pero el discurso de “no hacemos nada de nada mal” para mí te deja en una situación donde te quedás en el pasado. Hay que hacer cosas para mejorar los sistemas productivos en todos los ámbitos.