El dislate económico argentino incluye un debate absolutamente perimido entre si es mejor se run país que exporte y esté abierto al mundo o de lo contrario debe cerrarse la economía para defender el poder de compra de los argentinos. En un aporte a la confusión general, el MInisterio de Desarrollo Productivo difundió un estudio que, en base a cifras oficiales, muestra que el salario pagado por las empresas exportadoras a sus empleados es un 30% más alto que en el resto de las compañías.
Para eso también servía exportar, parece: para mejorar los ingresos de los trabajadores.
“Las empresas exportadoras pagan a sus empleados salarios mayores que las empresas que solo venden su producción en el mercado local”, define un informe elaborado por el Centro de Estudios para la
Producción (CEP XXI) del Ministerio de Desarrollo Productivo.
Luego amplía: “Si bien esta diferencia se puede explicar en parte por el hecho de que estas compañías obtienen ingresos en divisas internacionales, este fenómeno encuentra diversas explicaciones en la teoría económica. En primer lugar, las firmas exportadoras generalmente poseen una ventaja tecnológica, organizativa o de escala que las vuelve más productivas y es precisamente por eso que sus salarios son, en promedio, mayores”.
En otras palabras, pueden pagar mejores salarios porque sus incursiones en mercados mucho más exigentes las han hecho ganar eficiencia. “Penetrar mercados internacionales implica desafíos notorios (conocer marcos regulatorios diferentes a los de Argentina, patrones de consumo distintos, y afrontar exigencias diferentes), de modo que es razonable pensar que solo puede afrontar ese costo una empresa que ya parte de cierta ventaja inicial”.
El documento precisa que “en promedio, las empresas exportadoras pagan salarios 125% más altos que el resto”.
De todos modos aclara que la exportación no es el úinico elemento para justificar semejante diferencia. Y para demostrarlo, cita que “muchas firmas del sector de minas y canteras (básicamente, petróleo y minería) exportan y pagan salarios elevados, mientras que lo contrario ocurre en sectores como por ejemplo la construcción, en donde las remuneraciones son menores a la media y la exportación es muy infrecuente”.
“De esta manera, la diferencia salarial entre esos dos grupos no responde sólo al carácter exportador de las firmas sino a otras variables adicionales, como por ejemplo la productividad sectorial (el valor agregado por puesto de trabajo es 16 veces más grande en el primer sector que en el segundo)”.
Otro apunte señala que algo similar ocurre con las firmas grandes versus las más pequeñas: las firmas exportadoras son de mayor tamaño que la media (el 76% de las no exportadoras son microempresas, mientras que solo el 27% de las exportadoras lo son).
Por este motivo, el trabajo computa la prima salarial por trabajar en una firma exportadora aislando el efecto de otras variables que también inciden en el salario (como el tamaño y el sector de la empresa, así como el género y la edad del trabajador, o la provincia en que se ubica la firma).
Así concluye que la diferencia real de salarios atribuible a la exportación es de casi el 30% (29,8%).
“En otros términos, si se tomaran a dos personas del mismo género, la misma edad, que trabajan en el mismo sector, en una empresa de mismo tamaño y en la misma provincia, y una trabaja en una firma exportadora y otra en una no exportadora, la que trabaja en la empresa exportadora tiene un salario 30% mayor que la que está empleada en una empresa que solo abastece al mercado local”, se explicó en un lenguaje muy llano.
El trabajo del CEP-XXI fue realizado a partir de datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y de Aduana sobre 2019. Relevó 1,8 millones de trabajadores y trabajadoras formales que se desempeñan en firmas exportadoras.
La difusión de este documento se produce en medio de una discusión entre Matías Kulfas, el ministro del área, y el secretario de Comercio, Roberto Feletti, que responde a los sectores más duros del kirchnerismo y ha dicho que quiere “desacoplar” todavía más los precios internos de los externos.
Para el área de Kulfas, de quien depende Feletti en los papeles, está claro que “el crecimiento de las exportaciones es condición necesaria para aliviar los recurrentes problemas de balance de pagos que la economía argentina ha enfrentado de manera casi continua a lo largo de las últimas cinco décadas, los cuales inciden sobre los salarios de toda la economía”.
Pero además remarca que “exportar más no solo es benéfico en términos de obtener divisas para evitar crisis de balanza de pagos, sino también para incrementar los salarios de los trabajadores que se desempeñan en firmas exportadoras, paso fundamental en la reducción de la pobreza y las privaciones sociales en Argentina”.