Si la provincia de Buenos Aires necesitaba recaudar más dinero, “lo más sencillo hubiera sido aumentar el canon a los tragamonedas y bingos, que no son nada productivos. En cambio en la actividad hípica tenemos gente que produce”, subrayó el empresario farmacéutico Juan Carlos Bagó, un apasionado del sector hípico y una de las voces que se levantaron públicamente en contra de la ley impulsada por la gobernadora María Eugenia Vidal para eliminar el Fondo de Reparación de la Hípica vigente de 2004.
Bagó habló con Bichos de Campo luego de que esta semana lograra media sanción en el Senado bonaerense, el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo bonaerense. Y se quejó de la justificación que utilizaron los legisladores de Cambiemos para que pase a manos del estado provincial el fondo que hoy se integra con parte de los recursos que se recaudan de los Bingos y van a parar a la hípica, como compensación por el daño que a principios del milenio le provocó la irrupción de las máquinas tragamonedas en el mercado del juego.
“No se puede comparar a los hipódromos con la gente que alienta el juego de azar. No puede ser que un senador diga que prefiere darle una manta a un chico que a un caballo. Es una cosa que no tiene nada que ver con lo que estamos discutiendo”, se quejó Bagó.
Escuchá la entrevista completa al empresario:
Bagó, que además de ser un reconocido empresario farmacéutico, es el dueño del Haras Firmamento, uno de los más reconocidos en el mundo de los pura sangre de carrera, explicó: “He hecho cosas en mi vida a fuerza de pulmón y pasión, y los caballos de carrera transformaron mi vida. Desgraciadamente nadie conoce o profundiza lo que es el medio hípico. Por eso estoy involucrado y las cosas las defiendo hasta el final”.
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“Estamos hablando de un fondo de reparación. Cuando vos tenes que reparar algo, es porque se ha hecho un daño. La inclusión del juego de azar (con la irrupción de los slots, que comenzó por el hipódromo de Palermo y luego abarcó diferentes bingos de la provincia) nos ha quitado a nosotros una población muy importante que era aficionada al caballo de carrera. El daño original es la inclusión de las máquinas tragamonedas en los hipódromos, que ha llevado a la gente a la ludopatía, la cual representa el 84% entre los que juegan, pero en la hípica es del 1%”, contextualizó el empresario.
Y en ese punto enfatizó que lo que está bajo discusión “no es un subsidio. El fondo viene de la recaudación de los bingos a la hípica, no pasa por la gobernación. La gobernación es un mero tránsito”.
Bichos de Campo preguntó entonces cuál sería la razón de tan fuerte ofensiva oficial para desmantelar ese fondo en los próximos años. “No se cuál es la motivación, pero acá se está destruyendo una actividad que es básica. Porque hoy toda la gente que trabaja en la hípica, los peones fundamentalmente, son personas que viven apasionadas por el caballo”, respondió Bagó.
“Si ese fondo se cayera, la actividad hípica también caerá. Consideremos que emplea a unas 84.000 personas e involucra a 300.000 personas”, declaró además.
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El fondo de la polémica, según Bagó, se utiliza más que nada en los premios de las carreras. “Ellos son el motor que hacen funcionar a la industria. Si vos tenés buenos premios, tendrás buenos caballos, compradores y exportación, lo que se traduce en criadores, hipódromos, jinetes, herreros y veterinarios, todos componentes de esta gran industria”, aseveró.
El debate se produce actualmente en la Legislatura bonaerense porque tras años de gestiones, fue otra ley la que que dispuso la creación de este fondo como manera de hacer frente a la crisis que atravesaba la actividad hípica en 2004. La llamada ley de Turf 13.253 dispone, entre otras cosas, que una fracción de la recaudación de los bingos y de las maquinas tragamonedas sostengan esta actividad.