Más allá del lema “Siempre vivo, siempre verde”, elegido por la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) para su último congreso, y que apunta a hacer más sustentables los sistemas productivos actuales, hubo una consigna implícita que cruzó toda la agenda: la necesidad del campo de cicatrizar debates y establecer un frente común con el resto de la sociedad argentina, especialmente de cara a los desafíos que se abrieron desde la irrupción del coronavirus y en medio de la crisis económica.
José Luis Tedesco, vicepresidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), asegura que en esta materia hay que ser proactivos, ya que el productor agropecuario tiene varios “clientes” a los que atender cuando produce.
“En el sistema que proponemos desde la agricultura siempre verde, pensamos en el cliente. Tenemos al cliente del producto, al de los servicios, y al del ambiente; y de este último nace acercarnos, porque el cliente del ambiente es, a su vez, el usuario del ambiente, la persona que habita el planeta tierra que comparte con nosotros”, dijo a Bichos de Campo
Tedesco, que vive en Chacabuco, en el interior de la provincia de Buenos Aires, expresó que es consciente de que la sociedad es ciertamente un cliente cada vez más exigente, que maneja un caudal de información grande, y que puede premiar o castigar. Pero también manifestó que “está la vocación de nuestra parte, de satisfacer a ese cliente; de esa búsqueda vino este congreso”.
Mirá la entrevista completa a José Luis Tedesco:
-El agro extensivo pampeano ¿Está más para ser castigado o premiado?
-Tenemos clientes a lo largo y ancho del mundo que juzgan a nuestra agro producción pampeana, bajo el cristal de la producción de sus lugares, y te pongo a Europa como ejemplo, que tiene una producción mucho más insumo dependiente que la nuestra, juzgan la nuestra con el cristal con el que miran la agricultura de ellos. Nuestro agro es innovador, muy amigable con el ambiente, y sólo con la técnica de la Siembra Directa, Argentina es el país que más redujo la erosión en el mundo.
-Es cierto que el principal cliente de la agricultura es el extranjero, y que parece estar satisfecho. El problema es que los cuestionamientos los tenés desde adentro. La valoración negativa surge de quienes conviven con vos en el mismo ambiente.
-Este cliente nuestro, que es nuestro vecino, es exigente y está bien que lo sea. Con todo esto de las redes, empiezan a preguntarse qué tal es la agricultura, y quizás no saben cómo es la que practicamos acá y cómo se diferencia de la que se practica en Europa. Ese es nuestro desafío, poner en valor todo este sistema productivo que tenemos en Argentina, que realmente es muy diferente de lo que se hace en el mundo, y tenemos grandes oportunidades de capitalizarlo con nuestros productos y con nuestros servicios ambientales.
-En esto de poder dar certezas al cliente de que están haciendo las cosas bien, mediante las certificaciones aparece la iniciativa de Municipios Verdes. ¿Qué son?
-Los Municipios Verdes nacieron hace unos cuatro años, por un conflicto surgido en el municipio de Bandera, en Santiago del Estero. Nos convocó el intendente para contarnos, y en ese momento yo estaba como director adjunto de Certificaciones, por lo cual empezamos a ver la posibilidad de hacer algo con ellas, porque estas son una especie de protocolos, normas o manuales de Buenas Prácticas, a partir de las cuales se empieza a generar el cumplimiento. Ahí entra una tercera parte que no es el municipio ni el productor: son los entes de certificaciones que establecen cómo funciona el sistema, de acuerdo a qué norma o protocolo.
-¿Y cómo es esa certificación de municipio?
-Monte Buey, Córdoba, por ejemplo, fue el primer municipio certificado del país y le siguieron otros de Córdoba y Buenos Aires. Se trata de generar diálogo, de transparentar datos y procesos, de mostrar qué se hace en cada lugar, y sobre todo, tratando de implementar la Siembra Directa con todos sus beneficios, con agricultura siempre verde en todos los casos que sea posible, intensificando rotaciones y bajando la cantidad de aplicaciones de agroquímicos. Ahí se llama al ente auditor y sale el Municipio Verde.
-Y ahí la ganancia es involucrarte a la comunidad política, y a tu vecino urbano, el cliente ambiental del cual hablamos al principio…
-Si, y de hecho, en estas rondas de consensos tienen la posibilidad de participar los vecinos también, dando su mirada y su opinión. Es un ámbito muy rico realmente.
-Bueno, ya tenemos un año y medio de evidencias en esto. ¿Bajó el nivel de conflictividad?¿Ha demostrado ser una herramienta útil?
-Si. Hasta ahora ha sido una herramienta útil, inclusive para el mismo municipio, porque ahora puede tener más información y posibilidades de resolver algo que, por ahí, no se está haciendo del todo bien. Porque puede relevar el área y saber cómo se produce. Por un lado mejora el control entre todas las partes, con la aplicación de la ley, del conocimiento técnico, y al mismo tiempo con los vecinos, que tienen la posibilidad de saber lo que pasa cerca de su casa, entrando al sistema desde su computadora.
-En realidad se trata de tender puentes. De que el tipo que tiene acceso a la información y vea una pulverizadora, no la demonice…
-Exacto, y otro aspecto muy fuerte es cuando hay un ingeniero agrónomo, que es un profesional que va al lugar y verifica la aplicación, que brega porque se cumpla la receta agronómica. Esa persona ya está dando garantías de que se están haciendo las cosas bien, y ese ya es un mensaje muy poderoso.
-¿Sienten que hay progreso en esto de amigarse con la sociedad?
-Esto es muy complejo. En algunas situaciones sentimos que hay progresos, en otros sentimos que cuesta un poco más. Pero en general sentimos que la sociedad argentina empezó a revalorizar más la cuestión agropecuaria, más en este contexto de pandemia. Y se interioriza más desde otro lugar, porque veo que antes era demonizar al campo, y hoy te dicen que lo necesitan para ingresar divisas. Escuchar eso habla de un mensaje interesante porque nos da esto del “nosotros”, y de que el campo puede ayudarnos.