La semana pasada, se comunicó con gran fanfarria el primer envío de arándanos a China y el gobierno festejó el hecho como un claro ejemplo de la política de inserción de los productos internacionales. Los que se exportaron fueron solamente dos pallets con esa fruta, pero el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, dijo que la operación “es resultado de los protocolos firmados con ese país en los últimos tiempos y del trabajo de muchos actores, como Cancillería, la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, y el Senasa”. Y agregó: “Esto demuestra una vez más que nuestro país se está se está abriendo al mundo”.
La alegría que expresan las autoridades en el comunicado no condice con las sensaciones que tienen los privados, que por ahora ven inviables las ventas hacia el gigante asiático. Así lo contó a Bichos de Campo Jorge Pazos, el presidente de la Cámara Argentina de Productores de Arándanos. El directivo participó la semana pasada de la mesa de competitividad de frutas finas, donde se expresaron ante las autoridades los problemas de competitividad del sector.
Pazos, de todos modos, rescató la mitad llena del vaso: valoró la apertura de un mercado para la que se trabajó durante cinco años. En ese lapso hubo varias visitas técnicas que, según explicó, fueron financiadas por los empresarios.
Pero luego indicó: “Esto tiene una parte negativa, porque nos encontramos con que hay que pagar un arancel de 30% (para entrar los arándanos a China) mientras que nuestros colegas y competidores tienen 0%”, como es el caso de Perú y Chile, dos competidores de la Argentina con salida al Pacífico y por lo tanto con costos de flete también más bajos.
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El dirigente de los arandaneros indicó que “nos debemos esa discusión en la mesa de competitividad”, al tiempo que reclamó que la apertura de mercados debe ir acompañada de la reducción de los aranceles y que en las condiciones actuales “no hay futuro en las exportaciones del producto a China”. En ese sentido, explicó que el tan promocionado envío se hizo a modo de prueba para testear el mecanismo, pero la venta “fue a pérdida y por eso se enviaron sólo dos pallets” de 720 kilos.
Pazos explicó que la producción de arándanos en la Argentina está estancada en 16 millones de kilos y que el área en franca reducción. Hace 15/20 años, dijo, la superficie llegaba a las 4.200 hectáreas y ahora “arañamos las 2.200”.
Luego agregó que en los últimos 5 años Perú desarrolló la actividad al punto de producir entre 8 y 10 veces lo que nuestro país. Según el productor y empresario al sector le falta competitividad y además las varias cuestiones que la reducen se encuentran la alta carga laboral. “En Perú los aportes laborales significa el 4% del costo salarial mientras que en nuestro país entre los que hace el empleado y el empleador suman 37%, eso habla a las claras del costo argentino”, finalizó.