Por Jeremías Drobot (@JereDrobot).-
“Estamos en un gran momento para fertilizar, por cuestión de precio”, afirmó el vicepresidente de Fertilizar, Jorge Bassi.
Según el precio del trigo a futuro y la urea actual, se necesitan 2,18 kilos de trigo para pagar 1 kilo de urea (que tiene 46% de N -nitrógeno-).
En cuanto al MAP (fosfato monoamónico con 18% de N y 22% de P -fósforo-), la cuenta da 3 kilogramos del cereal cada 1 del fertilizante. “Es una muy buena relación”, exclamó Bassi.
El directivo de la Asociación Civil que promueve la fertilización en el país mostró un gráfico en el que se evidencia que desde 2011, cuando se cayó el precio del trigo por la imposibilidad de exportarlo, la fertilización en el país fue disminuyendo año tras año hasta llegar a valores bajísimos allá por 2014 y 2015; menos de 150 kilos por hectárea, sumando todos los fertilizantes del mercado.
“Hoy estamos llegando a los valores de 200 kilos promedio por hectárea que estábamos en el 2010. Pero la disponibilidad de nutrientes es mucho menor, porque en todos estos años la monocultura de soja con escasa fertilización ha hecho que caiga la materia orgánica de los suelos por consecuencia también de la baja rotación con gramíneas”, esgrimió Bassi.
Además, los valores de fertilización siguen siendo bajos porque la genética triguera actual -con altos rindes potenciales- necesita más nitrógeno para llenar sus granos con proteína.
“Si elegimos genética francesa tenemos que utilizar manejo europeo, no criollo”, dijo Bassi al respecto. “Si no obtendremos altos rindes, porque la genética lo expresa, pero con la proteína diluida”. Para el profesional, un “8%, 9% o 9,5 % son niveles bajos de proteína en grano”.
El directivo de Fertilizar lamentó: “Vemos que el productor promedio -de punta- del sudeste bonaerense fertiliza con 150 kilos de N, pero hoy se necesitan 200 por la coyuntura que atravesamos”
Para finalizar, Bassi recomendó realizar análisis de suelo hasta 60 centímetros, midiendo nitratos, fósforo extractable de materia orgánica y Zinc disponible. Y si se mide Nitrógeno mineralizable mejor.
También aconsejó trabajar siempre con una fertilización balanceada entre los principales macronutrientes (N, P, S y Zn); ajustar la dosis de N con modelos de simulación o de umbral, teniendo en cuenta el potencial de las nuevas variedades; desdoblar las dosis de N para minimizar riesgos de pérdida por lluvia (no fertilizar solo una vez sino dos como mínimo); apuntar a rendimiento y calidad; y siempre brindar dosis alta de P y S para que tenga un efecto residual en la futura soja de segunda.