Los incendios en La Pampa y Mendoza afectan una superficie productiva, sobre todo ganadera, cercana a unas 300.000 hectáreas, que incluye al menos una tercera parte del Parque Nacional Lihué Calel, ubicado en el centro sur de La Pampa.
Jorge Arocena, vicepresidente segundo de Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y ex presidente de la Sociedad Rural de General Pico, en La Pampa, comentó en Bichos de Campo que “se perdieron pasturas, alambrados y animales” por esta nueva tanda de incendios que asolan la provincia.
“Aún no tenemos las cifras oficiales, pero debemos considerar que la provincia de La Pampa ofrece un protocolo de ayuda con asistencia de rollos y fardos para alimentación de los animales en el caso de los productores afectados”, explicó.
Arocena recordó las dos muertes que se cobró este fenómeno; la de los contratistas Iván Starkloff, de 32 años, y su hermano Federico, de tan solo tenía 20 años de edad, quienes se vieron en una encerrona cuando cambió el viento de modo imprevisto y quedaron atrapados en medio del fuego. “Los encerró el fuego en la zona de Bernasconi. Esto es muy lamentable,. No tuvieron escape queriendo defender su maquinaria en la desesperación ante el avance del fuego”, expresó Arocena.
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El dirigente de Carbap recordó el incendio de más de un millón de hectáreas que tuvo la provincia el año pasado. “Si comparamos con lo que fue en ese período, ojalá nos mantengamos en niveles más bajos que los que ocurrieron. Las altas temperaturas, la baja humedad y la gran cantidad de pasto seco disponible dificultan el control”, enunció.
“Si llueve en estos días, en un lapso de 120 días podemos volver a tener pasto. Pero consideremos que para lograr una recomposición más completa debemos esperar más de un año. El suelo es el banco de semillas más importante que tenemos, pero también debemos entender que estos ciclos llevan su tiempo”, concluyó Arocena.