Durante la pandemia se revalorizó como nunca el hecho de vivir en comunidades rurales o incluso en establecimientos agropecuarios. La salud mental es enemiga del encierro. Pero el aspecto desfavorable en tal sentido es que en muchas zonas productivas los servicios sanitarios son por demás insuficientes.
Por ese motivo, cuando comenzaron a aparecer los primeros informes sobre el uso de ivermectina como tratamiento contra el Covid-19, en el ambiente agropecuario el uso del fármaco comenzó a extenderse, incluso con la administración de productos de uso veterinario, aunque tal práctica no es recomendable porque el propelente presente en el producto para bovinos (polietilenglicol) puede ser tóxico para humanos.
Sucede que para los empresarios y profesionales del sector ganadero argentino la ivermectina es una vieja conocida, porque hace décadas que se emplea como antiparasitario en vacunos. Así que, para intentar protegerse, no dudaron en recurrir a su auxilio.
El año pasado Héctor Carvallo, ex director del Hospital Interzonal Alberto Eurnekian de Ezeiza y profesor de Medicina Interna en la Universidad Abierta Interamericana, junto Roberto Hirsch, jefe de Departamento Enfermedades Infecciosas Hospital F. J. Muñiz, realizaron uno de los primeros estudios clínicos con ivermectina a nivel mundial para el tratamiento y profilaxis del Covid-19.
“Esta pandemia puso en evidencia a dos tipos de profesionales: los que arriesgaron la vida y algunos incluso la perdieron dando la batalla, lo que es meritorio. Y los que se escondieron detrás de un escritorio, no se informaron y se guiaron por comentarios. Las aguas se dividieron entre el heroísmo y la absoluta cobardía y la ignorancia”, expresó Carvallo en diálogo con Bichos de Campo.
Carvallo señaló que dejar a pacientes con Covid-19 en sus domicilios a la espera de evaluar la evolución de la enfermedad puede ser considerado abandono de persona. Y justamente, para dar respuesta a tales situaciones, crearon un que libro que contiene recomendaciones tanto para profilaxis como para tratamientos contra Covid-19.
“Nuestra intención no es que el protocolo se siga como si se tratase de una dieta de una revista; la idea es que la información sea compartida por la gente con profesionales de la salud, es decir, con el médico de confianza”, apuntó Carvallo
Por ejemplo, para tratamientos en casos leves de Covid-19 la recomendación es emplear una dosis de 0,6 miligramo por kilogramo de peso del paciente (0,6 mg/kg) y repetir a los tres y cinco o siete días después de la primera toma; luego continuar con una dosis semanal hasta complementar 30 días de tratamiento. También recomiendan complementar la toma de ivermectina con carragenina (CG), bromhexina (BM) y ácido acetil salicílico (AAS).
El mismo protocolo que se emplea para casos leves, también se aconseja aplicar como preventivo en las situaciones de “contacto estrecho” con convivientes, lo que comprende a todos los adultos de una familia con un caso confirmado de Covid-19 dentro de la misma.
“La dosis contempladas las incrementamos recientemente no porque hayan fallado la dosis iniciales, sino porque las nuevas variantes de Covid-19 que existen en este momento son más complicadas que las primeras; el contrincante que tenemos este año es más poderoso”, explicó.
Covid-19: La ivermectina se está usando más en la casa de los ganaderos que en la hacienda
Carvallo indicó que en muchas naciones africanas en las cuales se emplean dosis elevadas de ivermectina para tratar de manera sistemática la oncocercosis –una parasitosis que se conoce como ceguera de los ríos–, los niveles de afectación con Covid-19 fueron muy bajos.
“El tiempo de permanencia en plasma es bastante escaso en el caso de la ivermectiva; lo que se logra con mayores dosis es la acumulación de la droga en el tejido adiposo, porque lo que es importante el efecto acumulativo. Así lo emplean en África y así se uso en la Argentina más de dos décadas atrás con la sarna costrosa de Noruega en pacientes con HIV. Por lo tanto, el uso de dosis elevadas secuenciadas de ivermectina no es una novedad”, señaló.
La ivermectina, independientemente del propósito de su uso, no está recomendada para menores de cinco años o personas con menos de quince kilogramos de peso; tampoco para embarazadas ni para mujeres que se encuentren amamantando.
“Para muchísimas enfermedades existen tanto vacunas como tratamientos. Desde el primer día aclaramos que el motivo de nuestro trabajo no fue imponer la ivermectiva por sobre las vacunas, porque la cuestión es la ivermectina y las vacunas y no la ivermectiva o las vacunas”, expresó.
A pesar de tal aclaración, el trabajo de Hirsch y Carvallo fue ignorado por muchas autoridades sanitarias. “Existe una retórica que tiende a hacer callar o desacreditar todo lo que fuere potencialmente peligroso para la autorización precaria que tienen las vacunas. Pero en ningún momento se tiene en cuenta con eso lo único importante en estos casos, que es el paciente”, resaltó.
De todas maneras, el tratamiento con ivermectina fue probado y aprobado en las provincias de Corrientes, Jujuy, Salta, Tucumán, Misiones y La Pampa. “Una cosa es aprobado y otra cosa es obligatorio; que esté aprobado autoriza a usar el fármaco, aunque sea fuera de prospecto, en el contexto de la pandemia con el consentimiento por parte del paciente”, comentó.
Carvallo cree que, de todas maneras, un uso más generalizado del fármaco habría contribuido a evitar muchas tragedias en el último año. “Si alguien me dice que cualquier enfermedad, la que fuere, hay que dejarla avanzar hasta eventualmente estadios severos para recién ahí empezar a tratarla, eso va en contra del sentido común; si me dicen que hay una sola opción terapéutica y no tengo derecho a probar ninguna otra, eso va en contra del sentido común; si me dicen que hay un tratamiento y que si al tercer o cuarto día el paciente sigue igual o peor y lo que tengo que hacer es aumentar la dosis del mismo tratamiento, eso va en contra del sentido común, porque es necesario replantarse lo que se está haciendo”, concluyó.
Ivermectina