Un grupo de estudiantes, veterinarios y biólogos interesados en la fauna, provenientes de varias universidades nacionales, se comenzaron a ocupar de la creciente tensión que surge entre las poblaciones de pumas y los productores agropecuarios, que suelen quejarse de ataques de esos animales a sus ganados. Acaban de publicar un interesante manual para intentar evitar esos sangrientos ataques, y con el objetivo de hacer más llevadera esa convivencia.
El Proyecto Puma-Productor, que así se llama la iniciativa, “nace con la intención de aportar herramientas a los productores que permitan disminuir las pérdidas de ganado por la depredación del puma, lo que llevaría a disminuir la caza de esta especie”. Por un lado, los estudiosos creen que es fundamental “la conservación del puma para la preservación del equilibrio de los ecosistemas”. Pero a pesar de ello, aclaran: “No estamos ajenos a los conflictos con los que suelen enfrentarse los productores y comprendemos su desesperación cuando ven amenazada su fuente de ingresos”.
En ese sentido, el Grupo señaló: “Creemos que la mejor forma de disminuir la cacería de esta especie es brindar a los productores distintas alternativas que ayuden a atenuar sus pérdidas económicas y sin que sea necesario que salgan a la caza de los animales que les generan problemas”.
Por eso, el Grupo Puma-Productor lo que comienza por hacer es generar una serie de consejos para quienes producen en el medio rural y están expuestos a los ataques del felino. Estos “métodos disuasivos”, afirman, ya “han sido utilizados de forma eficaz para disminuir las pérdidas de ganado por ataque de pumas”.
Collares rociados con gasoil: Una de las formas más económicas de disminuir las pérdidas del ganado durante el pastoreo es el uso de sustancias que, por medio del olor, generen repulsión en el puma, alejándolo del rodeo. Esto ya ha sido aplicado por productores de ganado bovino en la zona sur de Córdoba, que solían perder terneros. Utilizaron collares (sogas o tiras de arpillera o tela) rociados en gasoil.
“El veterinario que trabaja con estos animales nos confirmó que no se vio ningún efecto contraproducente en el ganado por el uso de estos collares y que parece evitar los ataques del puma debido al olor que porta el combustible. No es necesario embeber el material en el líquido, el efecto parece ser igual de efectivo con simplemente rociar el collar, evitando de esta manera dañar al ganado”, se aclaró.
Los collares también podrían utilizarse en majadas de cabras, aunque “en ovejas probablemente arruine la calidad del vellón”.
Ojos en la retaguardia del ganado: En el noreste del país algunos productores han implementado esta curiosa técnica para disminuir las pérdidas por ataques de yaguaretés. Pintar “ojos” en la parte posterior de los animales puede confundir al depredador a la hora de buscar el punto ciego de sus presas. Esta técnica suele ser utilizada en ganado bovino, aunque puede adaptarse al caprino perfectamente.
“Por más simple que parezca, existen varios trabajos de investigación realizados alrededor de esta metodología que muestran resultados muy alentadores”, afirma el Grupo de estudio.
No dejar animales muertos: Los investigadores sugieren “la recolección rápida de los animales muertos en el campo” para prevenir ataques del puma. “Es una práctica que disminuye las posibilidades de que los depredadores se acerquen atraídos por el olor. Los pumas no suelen alimentarse de carroña a no ser que sea una cuestión de supervivencia, pero sí pueden sentirse atraídos por el olor de los mismos y de esta manera terminar atacando el ganado”, explicaron.
Perros protectores del ganado: Otro recurso a disposición de los prodcutroes es la utilización de perros protectores de ganado. La práctica está en crecimiento en la Patagonia y “parece ser un importante instrumento para disminuir considerablemente las pérdidas de ganado ovino por depredación en esta zona”.
“Es importante considerar que para el buen funcionamiento de esta práctica hay que tener en cuenta que el perro protector se debe criar entre el ganado, con contacto mínimo con el ser humano y que no cumple el mismo rol que un perro pastor. Para este tipo de trabajo se suelen usar determinadas razas como el
Perro de montaña de los Pirineos y el Pastor de Maremma”, amplió el manual.
Una mula, la mejor defensa: Siempre que se habla de este tipo de ataques aparece quein sugiere incorporar una mula en el rodeo a defender de los pumas. “Las mulas son utilizadas para la protección de potrillos en algunos criaderos equinos del país. Si el animal es criado desde pequeño entre el grupo de caballos se siente parte del mismo y defiende a los potrillos de ataques de depredadores incluso mejor que las mismas yeguas”, indicaron los investigadores.
Queda claro que esos animales “poseen más carácter y resistencia que un caballo de la misma contextura”. El manual citó la experiencia de algunos productores con experiencia en mulas. Dijeron que en caso de ataques “la mula se enfrentará a una amenaza, en lugar de huir como hace el caballo, que sólo peleará cuando no tenga más remedio”.
En el sur de la provincia de Córdoba, la utilización de mulas para la protección de ganado bovino, según las personas que las utilizan, redujo las pérdidas casi a cero. “Además hemos encontrado información sobre la introducción de burros a las majadas de ovejas con el mismo fin”, dijeron.
Cencerros para la majada: La implementación de cencerros puede servir tanto para desorientar al depredador como para avisar al productor de movimientos extraños en una majada. Desde el grupo se recomendó: “Es importante que para su óptimo funcionamiento estén colocados en un la mitad o al menos un tercio de los animales, y no solo en uno”. También se aclaró que, para aliviar el costo, “los cencerros pueden ser comerciales o caseros, elaborados con latas o elementos que produzcan ruidos”.
Todos estos vídeos son del sur de Santa Fe. pic.twitter.com/dihcRpkrS8
— Jorge José Cetta (@jorgecetta) August 29, 2020
La fauna silvestre alimenta al puma: “En muchísimos casos, los productores han confirmado la presencia de pumas en áreas de producción, incluso con avistamientos frecuentes, pero sin ataques hacia el ganado debido a la presencia de presas silvestres, de las que el puma se alimenta”, dice el documento.
En este sentido, los expertos consideraron que “una de las primeras medidas a tomar a la hora de buscar la reducción de los ataques del puma hacia el ganado es la conservación de sus presas silvestres. Si se practica la caza descontrolada de animales como vizcachas, liebres, cuises, corzuelas, y demás, se está promocionando al ganado como la fuente de alimento más accesible para el puma”. Lógica pura.
El trabajo recomienda “tratar de mantener áreas en las que el ganado no acceda y sin demasiada circulación ni explotación por parte del hombre, que le permita a estas especies subsistir y que sirva de lugar de alimentación para los pumas”.
Corrales para el encierre nocturno: Una de las primeras medidas a tomar ante la prevalencia de ataques durante la noche, es el encierre nocturno de los animales en corrales que estén cercanos a la propiedad donde los productores pasan la noche. “Estos corrales deberían no solo impedir la salida del ganado, si no dificultar el ingreso de depredadores”, se explica.
De todos modos, como hay evidencia de que un corral no es barrera suficiente para algunos ataques, el Manual incluye algunos adicionales que deberían aplicarse en conjunto, como:
- Colocar elementos que produzcan ruido cuando el puma se acerca.
- Atar perros dentro de los corrales, sin necesidad de demasiado entrenamiento.
- Evitar estímulos visuales que atraigan al depredador, ya que ver al ganado vulnerable durante la noche es algo que atrae al puma a ingresar al corral.
- Colocar repelentes alrededor de los corrales, que son los mismos repelentes que se usan en el ganado durante el día y pueden ir desde gasoil hasta repelentes comerciales especializados.
- Tener un sistema de luces y sonidos. Estos sistemas pueden ir desde tubos fluorescentes conectados a paneles solares como métodos más económicos, hasta sistemas de luces intermitentes en los corrales y sensores de movimiento que activan ruidos aleatorios.
- Implementar boyeros eléctricos alrededor de los corrales.
- Colocar alambre de púas en la parte superior de los corrales.
- Construir corrales de alambre tejido y de gran altura, pero de no ser esto viable el productor deberá colocar siempre los materiales más resistentes a su alcance revisando frecuentemente la integridad del corral y tratando de ampliarlo a la mayor altura posible.
El Proyecto Puma-Productor puso a disposición una dirección de correo electrónico para ampliar la información: proyectopuma.productores@gmail.com