En marzo de 2023 la Argentina importó 1,38 millones de toneladas de soja y procesó 2,11 millones, lo que implica que el 65% de la molienda se explicó por el poroto importado de países vecinos.
Ahora bien, en términos cambiarios, ¿eso fue o no favorable? Las estadísticas públicas (Indec) dicen que sí, aunque por un margen pequeño.
En marzo de 2023, último mes del ciclo comercial de la soja argentina 2021/22, las exportaciones netas del complejo sojero fueron de 33 millones de dólares, una cifra casi 98% inferior a la registrada en igual mes del año anterior.
Las cifras oficiales muestran que las exportaciones sumaron 891 millones de dólares y descendieron casi 50% en términos interanuales. Ese resultado fue producto de un descenso en las cantidades y en los precios de 45% y 8,3% respectivamente.
Si bien en marzo descendieron los precios de exportación del aceite de soja en bruto (-19%) y del aceite de soja refinado envasado (-6,3%), se registraron aumentos interanuales en los precios de la harina de soja (+6,2%).
En tanto, las importaciones de soja el mes pasado consumieron 858 millones de dólares, las cuales se realizaron en el marco del régimen de admisión temporaria y provinieron de Paraguay (82,3%), Brasil (15,9%) y Bolivia (1,8%).
Gracias al aumento registrado por los valores internacionales de la harina de soja, el saldo final, en términos netos, fue un ingreso de divisas de 33 millones de dólares a pesar de la escasez de oferta de poroto presente en la Argentina debido a un desastre climático inédito.
En el primer trimestre de 2023 las exportaciones netas de los principales productos derivados del cultivo de la soja y sus subproductos alcanzaron 1739 millones de dólares, una cifra 2274 millones de dólares menos que en enero-marzo de 2022.
A partir de abril, con el inicio del ciclo comercial de la soja 2022/23, las importaciones argentinas de poroto seguirán teniendo un rol preponderante en el complejo sojero.