La semana pasada se realizó en Trenque Lauquen un evento que para muchos puede haber sido una actividad más, pero que para los observadores de la política agropecuaria no debería pasar inadvertido: se trató del 1ª Foro de Medio Ambiente de CARBAP.
¿Por qué debería ser apuntado especialmente? Porque es la primera vez en que el ruralismo más tradicional y combativo asume un debate franco sobre la presión ambiental a la que está sometida la actividad agropecuaria y comienza a ensayar respuestas adecuadas. Y porque quien la organizó es nada menos que la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa, la más poderosa de las confederaciones que integran CRA, con cerca de 120 sociedades rurales de base integradas.
Uno de los principales responsables de esta convocatoria, que contó con la asistencia de más de 200 productores, fue el presidente de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen, Ignacio “Nacho” Kovarsky, uno de los nuevos jóvenes dirigentes que se enrolan en Carbap y renuevan sus ejes temáticos.
-Es raro, porque en general los ruralistas no hablaban mucho de medio ambiente. Esos eran temas como ajenos. Hablaban más bien de impuestos, de falta de infraestructura… ¿La agenda se está renovando?
-Creo que en el gremialismo rural está pasando lo mismo que pasa en las empresas agropecuarias. Hay una transición generacional que trae cosas buenas y cosas malas. Creo que esa transición y esa apertura es importante. Es bueno que las entidades se abran a las nuevas agendas.
-¿No es una agenda impuesta desde la sociedad?
-Por supuesto es una agenda que la sociedad también te va pidiendo. Nosotros no dejamos de tener la agenda gremial. Pero además decimos que el productor viene haciendo cosas por el medio ambiente, muy tranqueras adentro, naturalmente. O porque te lo pide el suelo, porque te la pide la producción, Lo que sí necesitamos hacer es debatirlo. Necesitamos hacer una puesta en común entre todos y empujar también a aquellos productores que vienen más rezagados. Se trata de dar un salto de calidad y hacer la misma producción pero de la mano de la sustentabilidad. Hay herramientas disponibles para poder hacerlo.
Mirá la entrevista con Ignacio Kovarsky:
-¿Es posible ser sustentable si, como ustedes argumentan siempre, están sometidos a una elevada presión fiscal? Hay mucha gente que abona esta teoría: si a vos te exprimen mucho, queda poco resto para ser sustentable.
-Es así. Hoy charlábamos también un poco de eso. Se han escrito proyectos de sustentabilidad en la Legislatura, te hablan de rotación de cultivos, de cuidado del suelo, muchas veces con castigos en vez de con beneficios. Y nosotros decimos que con todo el peso que tenemos de los impuesto, y con esto de las retenciones y cuestiones así, lo que hacen es sacar rentabilidad a los cultivos que le hacen bien al suelo., Te llevan al monocultivo. Hay cosas que van de la mano. La producción puede hacer un montón por el ambiente, pero tiene que haber una buena interacción y un buen entendimiento público privado para que la cosa funcione. Si no es imposible.
-Habría que incorporar el tópico ambiental como materia de reclamo ante las autoridades, porque la sustentabilidad finalmente tiene que ver con tres planos: social, económico y ambiental. Te ponen mucha presión en lo ambiental, pero te dan poca respuesta en lo económico y en lo social, porque además el campo se va despoblando.
-No nos olvidemos que la misma gente, los productores, viven en el campo o su familia pasa los fines de semana por allí. Entonces nosotros somos los primeros en decir que no vamos a intoxicarnos ni nosotros ni a nuestra familia. Claramente no lo haríamos con la sociedad. Es una cuestión que no va. Pero lo que siempre pedimos es más libertades, no más regulación. Necesitamos buenos árbitros y buenas canchas, bien marcadas y delimitadas. No podemos tener en cada lugar una ley distinta, en cada partido una ordenanza distinta (sobre agroquímicos) y con árbitros que a veces se dejan llevar más por por las tapas de los diarios o por los miedos, o por los discursos y no por lo que en verdad necesitamos.
-¿No sentías que la presión ambiental es mucha veces más para la galería que para resolver realmente un problema ambiental?
-Muchas veces los reclamos sociales son extremistas pero colaboran a lograr un medio mucho mejor. Seguramente si no hubiese muchos de los reclamos en cualquier cuestión de la sociedad, hay cosas que la estaríamos haciendo como hace un montón de tiempo. En el caso del sector agropecuario, vos trabajás con el recurso más importante que es el recurso tierra. El medio ambiente para nosotros es un recurso para trabajar y vivir. Las tendencias de la sociedad, las modas y esas cuestiones, llegan en general con gritos, digamos mucho más fuertes. Para lograr mejorar cosas primero hay que darle bola, pero después hay que sentarse en una mesa y debatir seriamente.
-¿Qué quieren debatir desde Carbap?
-¿Con qué reglas nos vamos a regir? ¿Cómo lo vamos a llevar adelante? Porque, como decías vos, las patas de la sostenibilidad son esas tres: la sociedad, lo ambiental y lo económico. Hay que darle bola a las tres, hay que lograr el equilibrio y seguramente lo hagamos cuando nos sentamos a debatir, y podamos dejar de lado algunas cuestiones. Las mesas interdisciplinarias tienen que estar. Pero para despojarnos y podernos aprender del otro y escucharnos seguramente hay que abrir un poquito más la cabeza.
-¿Y qué tema de la agenda ambiental que acosa el sector te preocupa más? ¿Qué acusación te parece más injusto?
-Yo lo veo para adelante, y no veo otra cosa que la oportunidad de ser agentes de cambio y de la oportunidad desde el agro de decir que no solo podemos llevar adelante mejor nuestra producción sino que podemos tener la posibilidad de darle una mano a industrias que no pueden, por ejemplo, secuestrar carbono. La industria, la energía, no puede secuestrar carbono. Nosotros podemos hacerlo por ellos. Entonces, creo que es una oportunidad.
-¿Los productores no son enemigos entonces del medio ambiente?
-No podemos ser enemigos del medio ambiente porque vivimos y producimos en el medio ambiente. Por eso siempre decimos que habrá gente que hace malas cosas, pero que el 99,9% de las veces se hacen las cosas bien en el campo. Lo que pasa es que no lo contamos, se cuentan siempre lo que se hace mal. Habrá que tener penalización para los que hagan las cosas mal, pero todos los días en Argentina se produce muchísima millones de hectáreas, todos los días se pulverizan, todos los días se hacen labranzas y claramente no se cuentam todas esas cosas que se hacen bien, se conocen las malas.