Hoy se celebra el Día del Investigador Científico en la Argentina porque el 10 de abril de 1887 nació en Buenos Aires Bernardo Alberto Houssay. Fue un estudiante prodigio. Se graduó de bachiller a los 13 años, en el Colegio Nacional de Buenos Aires; a los 17 años se recibió de farmacéutico y a los 23 años de médico.
En 1922 recibió el Premio Nacional de Ciencias por su trabajo Acción fisiológica de los extractos hipofisiarios, donde hay indicios de las investigaciones que le valieron el Nobel.
En 1934 impulsó la creación de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC) con la finalidad de conseguir el financiamiento adecuado para que los científicos desarrollen sus investigaciones con más tiempo y resultados más precisos.
En el año 1945 publicó el tratado Fisiología humana, en coautoría con figuras destacadas de sus equipos de trabajo. La publicación, que incluía artículos e ilustraciones sobre fisiología general, fue traducida a varios idiomas, entre ellos, al francés, inglés, portugués e italiano, un hecho importantísimo de la divulgación científica argentina.
La publicación de este tratado le otorgó a Houssay la consagración internacional y el 23 de octubre de 1947 fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina convirtiéndose así en el primer latinoamericano en recibir la distinción en ciencias. Sus investigaciones y descubrimientos sobre el papel de la hipófisis en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre resultaron esenciales para comprender la diabetes. Además, uno de sus mayores discípulos fue Luis Federico Leloir, Premio Nobel de Química en 1970.
A menudo se personifica a "la ciencia" cuando detrás de esa actividad hay miles de personas que trabajan, estudian, investigan y producen conocimiento. ¡Vaya el saludo en su día a los trabajadores y trabajadoras en ciencia de la Argentina! pic.twitter.com/0wJtBITOK9
— CONICET-CENPAT (@CONICETCenpat) April 10, 2022
En Bichos de Campo decidimos que la mejor manera de honrar el legado de Houssay es difundir las más recientes investigaciones del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) sobre cuestiones relativas al ámbito agropecuario, las cuales reflejan, con inocultable claridad, la evolución del sistema científico argentino.
“Se quedan con todo, no nos queda nada”. Acaparamiento de Tierras y Aguas en la Región Chaqueña, Provincias de Chaco y Salta (2021). Esta investigación, realizada por la doctora en antropología Malena Castilla y la doctora en ciencias sociales Mariana Schmidt, asegura que “el acaparamiento de grandes extensiones de tierras cultivables por parte de agentes transnacionales, regionales y/o nacionales, tiene lugar en gran medida de modo inconsulto con las poblaciones que allí habitan, privándolas del acceso a los territorios así expropiados”.
Y también asevera que el modelo productivo “no solo generó el avance de la agroindustria sobre otras actividades regionales, sino que también supuso una avanzada en la apropiación y gestión desigual de los bienes de naturaleza, como los bosques y el agua. Un resultado directo ha sido el arrinconamiento y desalojo de la población indígena y de pequeños productores, que históricamente han usufructuado de estos recursos para la producción y reproducción de sus vidas”.
¿La reina comparte el trono? La soja en Santiago del Estero durante el periodo 2015‐2018 (2021). El economista Mariano Juan Parnás y la abogada y socióloga Claudia Yésica Fonzo Bolañez llegaron a la conclusión de que la soja en esa provincia argentina “ya no reina en solitario, debido a que existe una fuerte tendencia hacia la convergencia entre las superficies sembradas con la oleaginosa, el maíz y el trigo. Las políticas sectoriales de desregulación y liberalización implementadas por el gobierno liderado por Mauricio Macri durante las primeras semanas de su mandato, tuvieron un rol fundamental en este proceso. Sin embargo, a pesar del retroceso de la soja, fenómenos como el extractivismo o la acumulación por desposesión se han afianzado”.
El trabajo afirma haber demostrado que a partir de 2016 “la soja comienza a compartir su trono con los cultivos de maíz y trigo en Santiago del Estero, incentivada por las políticas de liberalización y desregulación agrícolas que favorecieron en mayor grado a estas dos últimas”, pero que luego de eso, “lejos de producirse una transformación virtuosa, el modelo de agricultura industrial se ha profundizado (entre las campañas 2014/2015 y 2017/2018 la superficie sembrada en Santiago del Estero ha crecido un 35%), la acumulación por desposesión no se ha detenido y el neo-extractivismo se ha fortalecido. En otras palabras, resulta paradójico que, a pesar de la retracción en la superficie sembrada con soja, sus efectos perjudiciales no hayan acompañado esta caída, sino por el contrario se mantienen vigorosos”.
Por lo tanto, concluyen los investigadores, “concentrarse en la soja y colocar en un segundo plano procesos de mayor alcance, como la acumulación por desposesión o el neo-extractivismo, implica poner el acento en un instrumento que puede cambiar de forma, dejando intactos o incluso fortalecidos aquellos fenómenos que atentan contra el bienestar socioeconómico de las naciones, tal y como ocurre en Santiago del Estero con el avance del maíz y el trigo, y el retroceso respectivo de la soja”.
Reflexiones, hipótesis e interrogantes en torno a los resultados del CNA 2018 para la provincia de Santa Fe (2021). La investigación liderada por Marcos Andrés Urcola del Grupo de Estudios en Política Pública Ruralidad y Ambiente (GEPPRA) y Evangelina Tifni del Grupo de Estudios Agrarios (GEA) descubrió que “un poco más del 50% de la cosecha de cereales y oleaginosas de la campaña 2017-2018 fue realizada con maquinaria contratada. La relevancia de estos actores en el agro pampeano y extra-pampeano nos da cuenta de la importancia que cada vez más cobra la variable tecnológica. El acceso al uso de maquinaria o tecnología para la producción a escala cobra tanta importancia como el acceso a la tierra en este contexto. Aspecto que nos invita a ajustar nuestros enfoques analíticos del agro y del mundo rural pampeano en función de las complejas dinámicas productivas y contractuales que derivan de las mismas”. Increíble.
“Ahora tenemos este virus, pero cuando tenés tantos problemas en la zona nada alcanza”. Extractivismo, segregación y pandemia en la provincia del Chaco (2021). Malena Castilla, doctora en Ciencias Antropológicas y becaria posdoctoral del Conicet en el Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras, afirma que durante la pandemia, en el año 2020, “el acaparamiento de los bienes comunes y los desmontes continuaron y se acrecentaron”, y que “lo mismo ocurrió con las fumigaciones y la concreción de proyectos extractivos que se presentan en la zona bajo supuestos programas sustentables”.
“El plan agroganadero, las factorías de cerdos, son algunos de los ejemplos de proyectos firmados por el gobierno nacional que provocarían, una vez más, un aumento de la contaminación y desigualdad socioeconómica, habitacional y cultural entre los habitantes del Chaco”, asegura.
El trabajo dice que pretende haber demostrado que el avance de la “maquinaria productiva-apropiativa-extractiva” (sic) se profundizó y consolidó en el territorio chaqueño, lo que generó mayores niveles de vulneración y desigualdad entre los habitantes de la provincia, principalmente sobre los integrantes de los pueblos indígenas. Frente a este escenario, organizaciones ambientales, sociales, indígenas y de campesinos, se expresan en contra de dichos proyectos y frente al avance de tal maquinaria. La posible contaminación y la ausencia de participación local en la toma de decisiones genera escenarios de conflictividad y disputa que se despliegan a lo largo del territorio”.