Por Alejandra Groba (@agroleaks).-
Aunque parezca perdido en el fondo de los tiempos, mañana se cumple recién un año de la llamada Operação Carne Fraca (Operación Carne Débil), en la que las mayores empresas de Brasil resultaron salpicadas por denuncias de corrupción y adulteración de mercadería.
El escándalo mundial fue tan grande como fugaz, en parte superado por las casi 2.000 grabaciones con pedidos de coimas que ventiló Joesley Mendonça Batista, líder del entonces mayor frigorífico del mundo, JBS (antes Friboi). Los audios enchastraban a cantidad de funcionarios brasileños, entre ellos nada menos que al presidente, Michel Temer.
La historia viene a cuento porque, a raíz de esos episodios, el liderazgo de las exportaciones de carne de Argentina y del Mercosur pasó a manos de una empresa que era casi desconocida por estos pagos, aunque ya era la tercera mayor de Brasil y operaba en Paraguay y Uruguay: Minerva, como la diosa romana de la guerra y la sabiduría.
En junio del año pasado, Minerva Foods comunicó a la Bolsa de Sao Paulo su intención de comprar los activos de JBS en la Argentina, Paraguay y Uruguay, y en una operación relámpago, en agosto lo había concretado.
Ver: El polémico JBS cambia de manos en la Argentina y la región
Hace unos días, comunicó que en el último trimestre de 2017 pasó a liderar las exportaciones de carne del Mercosur, de las que maneja el 22%. El Mercosur, la única región en la que la producción de carne es fundamental y todavía puede crecer.
En la Argentina, Minerva tiene cinco plantas exportadoras, que JBS había comprado durante el gobierno de Néstor Kirchner y que cerró durante el de Cristina Fernández, con excepción de la más grande de todas, la gigante Swift, en Rosario.
Según los registros de la SUCCA, esta planta fue la que más faenó y acaparó algo más del 3% de los 12,55 millones de vacunos que se liquidaron el año pasado. Y, según la empresa, en la segunda mitad de 2017 acaparó el 15% de las exportaciones argentinas. Aquí además, como en Brasil, tiene productos elaborados.
En Uruguay y Paraguay, donde Minerva ya operaba, pasó a tener una posición mucho más sólida. En el primero, pasó a competir muy parejo con su compatriota Marfrig, que hasta ese momento lideraba cómodo el mercado con cerca de un 20% de la faena. En Paraguay, pasó a quedarse con cerca del 45% de la faena.
La empresa tiene hoy 26 plantas de faena, con una capacidad de casi 26.400 cabezas diarias. Opera en los cuatro países mencionados y Colombia, y en los últimos tres meses de 2017 tuvo ingresos netos por 3.960 millones de reales (unos US$ 1.265 millones).