Si dicen que siempre con las plagas más vale prevenir que curar, algo de cierto hay en eso. En Argentina en los últimos años volvió a aparecer la langosta, cuando durante 50 años se había mantenido a raya. Ahora está atacando con virulencia en la zona del Valle de Traslasierra, Córdoba.
Por si fuera poco, además, en la Patagonia se declaró la Emergencia sanitaria por ataques de la llamada tucura sapo (foto), una de las tantas variedades de tucuras, que está provocando daños en cultivos hortícolas, pasturas y pastizales naturales, sobre todo en la comarca donde habitan los mapuches.
Sobre el ataque de estas dos plagas, Héctor Medina, coordinador del programa nacional de langostas y tucuras del Senasa, indicó a Bichos de Campo que “desde 2016 el impacto en Argentina ha sido mínimo. Lo que pasa es que, a diferencia de otras áreas, la langosta en nuestro país se mueve por áreas de monte, en particular en el gran Chaco americano. El Senasa no observa impacto en la flora nativa, pero sí en pastizales”.
No obstante, Medina aclaró que “este tipo de plagas son una lotería, porque de repente tenés una manga de 20 kilómetros cuadrados, con miles de millones de insectos volando, que de golpe bajan sobre un lote de cultivos y lo devoran por completo. Ese es el riesgo más importante. Hemos visto daños en el invierno pasado sobre trigo, en la zona de Chaco y Santiago del Estero, donde se dieron pérdidas de 100 a 200 hectáreas, dependiendo del estado vegetativo del cultivo. Por eso decimos que el daño potencial es altísimo”.
A modo de dimensionar el impacto de las langostas, Medina indicó que en África, donde la plaga está mas descontrolada, “una manga puede comer lo mismo que 35 mil personas. Acá en Argentina, la cuenta la hacemos con vacas, y estimamos que el daño potencial de una manga de langostas de 1 kilómetro cuadrado equivale a lo que comen dos mil vacas en un día. No ha pasado esto, pero precisamente por este daño potencial es que es importante trabajar para contener la situación”.
Escuchá el reportaje completo realizado a Héctor Medina:
En cuanto a las langostas, Medina remarcó que no sólo son noticia en Argentina, sino también a nivel mundial. “Es considerada una plaga migratoria y transfronteriza. Por eso desde 2017 estamos trabajando en conjunto con Bolivia y con Paraguay para unificar criterios de monitoreo y articular acciones de control. La comunicación es la clave”.
“En Argentina la emergencia fitosanitaria por langosta (foto) a nivel nacional está declarada desde 2017. Lo que ocurrió es que, luego de haber estado en recesión por más de 50 años, volvió en 2015 a la Argentina y a países vecinos, y el último año debimos extender la emergencia”, explicó el especialista.
Según Medina, los focos se están dando en Catamarca, en Salta, en la frontera con Bolivia, y en la zona del valle de Traslasierra en Córdoba, noticia que tomó notoriedad en varios medios de comunicación debido a que se trata de una zona turística. “Se están haciendo controles y mucho trabajo local con la gente de los municipios. Es importante saber que esta plaga en particular, a diferencia de la tucura, tiene una capacidad de desplazamiento de hasta 150 kilómetros en un día, lo que hace que el manejo y el control sean muy complejos. Por eso el tema de la comunicación y de la articulación juegan un papel central”, destacó.
De acuerdo al coordinador del programa nacional de langostas y tucuras del Senasa, “Argentina fue ejemplo para países vecinos en lo que es la interacción y articulación público- privada. Al principio costó mucho, pero luego de un buen trabajo hemos tenido éxito en la coordinación a nivel local con los municipios, con las provincias, y con los productores, que son la clave en el control de esta plaga”.
Ver: Declaran la emergencia sanitaria por los ataques de tucura sobre la región mapuche
Acerca de cómo se pueden combatir este tipo de insectos, Medina destacó que “el ingeniero agrónomo matriculado es una pieza clave en este combate, y un ejemplo de ese control es lo que pasó recientemente en Traslasierra, que aunque no es una zona netamente productiva per se, sino turística, el tema del control fue clave y hubo que trabajar bastante con la preocupación de los ambientalistas”.
“En este caso, el rol de los intendentes locales fue una pieza necesaria para hacerles entender a los ambientalistas que era necesario hacer los controles, siempre preservando el impacto sobre el medio ambiente, la salud animal y las personas. Eso lo ponemos siempre por delante de las plagas. Los controles siempre se realizan cumpliendo con las resoluciones a nivel local, provincial y nacional”, añadió.
Acerca de porqué afloran plagas como la langosta, que hace 50 años estaban controladas, Medina adujo al cambio climático como una de esas respuestas. “El clima es la hipótesis fundamental que manejamos entre expertos a nivel nacional y también a nivel internacional. La aparición de la langosta se asocia a los inviernos benignos, con temperaturas y precipitaciones por encima de lo normal, lo que hace que prospere el desarrollo de esta plaga. Pero no estamos seguros de que el clima sea el factor más importante; pensemos que en 1850 o 1900 no se hablaba de cambio climático y tampoco se hablaba del corrimiento de la frontera agrícola”, explicó.
Concluyó en que “trabajar con países vecinos nos permitirá fortalecer las acciones regionales y nos permitirán contener la plaga. Yo siempre digo que Argentina podría tener recursos infinitos y ser exitosa en el control, pero si los demás países vecinos, no logran contener la plaga, los tres países seguiremos sufriendo invasiones de modo constante. Por eso debemos trabajar en sintonía”.
Una vez que pasaron las langosta no dejan enfermedades a las vacas