Héctor Mandrino trabajó muchos años como transportista y ahora, como empleado permanente de una empresa de contratistas, sigue manejando los camiones cuando hace falta, sobre todo en tiempos de cosecha. Eso lo ubica casi al final de la cadena productiva, ya que es el enlace entre el campo y los acopios y puertos. Aunque disfruta mucho su trabajo, sobre todo porque implica viajar y a veces conocer lugares nuevos, reconoce que no es nada fácil y que más de una vez quiso tirar la toalla.
Hasta hace un tiempo que Mandrino, vecino de Curarú, una localidad de Carlos Tejedor, formó parte del grupo de camioneros pyme que transporta las cosechas: son esos que trabajaron mucho hasta lograr tener su camión propio. Sin embargo hace más de siete años debió desprenderse de él en un momento en donde los números no cerraban, como sucede ahora con muchos de sus pares. Desde hace tres años trabaja en una empresa de cosecha de la zona y asegura que no se arrepiente. Ahora puede conducir un vehículo mucho más moderno.
“Para el que le gusta el camión es lindo, aunque por ahí un poco sacrificado. Depende también el lugar en el que se trabaje. Yo estoy muy a gusto”, señaló Mandrino a Bichos de Campo.
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La particularidad de su trabajo, y tal vez uno de los aspectos más difíciles, es que no es continuó todo el año. Hay gran demanda de transportistas durante la época de cosecha, momento en que Mandrino disfruta de acompañar a las maquinas y llenar las tolvas de grano, pero el resto del año eso se tranquiliza, por lo que hay que saber bien cómo administrar los gastos.
“Durante la cosecha las tarifas rinden, aunque tampoco son una locura. El resto del año estás parado y no salvás los costos. El gasoil es caro, las gomas y los repuestos también. Pero no queda otra que trabajar de esa forma. Después uno se pelea por tarifas, kilómetros, etc. Eso es el problema de ser independiente”, contó.
Esto no es un dato menor si se tiene en cuenta que las últimas cifras emitidas por la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) indicaron que en los primeros tres meses del año se registraron aumentos de los costos del sector del 15%, a razón de 5% por mes.
-¿Y qué es lo que menos te gusta de ese trabajo?
-Los tiempos de espera. Eso es lo desagradable de ser camionero. Cualquier tontería como una carta de porte mal hecha te tiene parado un día en un puerto perdiendo viajes, gastando en comida, etc. Con una clavada de esas no sabés que hacer, te dan ganas de dejarlo. Muchas veces tenés que agachar las orejas y seguir.