El Centro de Corredores de Rosario agrupa a quienes son intermediarios tradicionales en el comercio de granos: Los corredores se ocupan de agrupar la oferta fragmentada de los productores de granos para negociar en mejores términos con una demanda concentrada. Son ellos, entonces, los que mejor interpretan los ruidos del mercado agrícola. Con la sequía haciendo estragos todavía en el campo, creen que lo peor todavía no ha llegado. Ese escenario comenzará a verse a fines de mayo, con los primeros vencimientos de las deudas tomadas por los productores.
“Es un año muy complicado. La seca ha pegado duro, porque es directamente el final de tres campañas consecutivas de sequía. Hubo algo que venimos manejando desde hace años, el famoso carry over (el remanente de mercadería que va quedando cada año), que hizo temporizar un poco la problemática de las primeras dos secas”, relató Daniel Boglione, el presidente del Centro de Corredores de Rosario. Pero a punto seguido advirtió que -en este tercer ciclo seco- esas reservas del productor se fueron reduciendo a una mínima expresión. No queda capital de trabajo.
“Vamos a tener que esperar unos 60 ó 90 días para ver el resultado final de este desastre que hoy estamos conociendo. Estamos hablando prácticamente de un 50% de pérdida de producción”, agregó Boglione. Y
Ampliando el diagnóstico, sostuvo: “Eso repercute no sólo en el sector granario, repercute en las pequeñas ciudades, en todas las empresas y microemprendimientos que trabajan a partir de la producción agropecuaria. Ya se está notando la gran recesión en ciudades pequeñas y pueblos. Va a haber la mitad del transporte de camiones. El problema pega fuerte en casi todos los sectores”.
Mirá la entrevista con Daniel Boglione:
El representante de los corredores anticipa un año para el infarto. “Va a ser muy duro el año. Estamos esperando que se regule la situación climática, para poder entrar -quizás- a una buena siembra de trigo, aunque todavía no lo sabemos porque los informes climáticos dicen que podemos esperar un equilibrio lógico para el mes de setiembre. Vamos a necesitar llenar perfiles desde acá hasta el 10 de junio. Sería importante lograr una buena cosecha fina, para poder llegar a la gruesa del 2024, que va a ser muy difícil”, remarcó.
“Otro problema que vamos a tener, de acá en más, es la inversión para poder sembrar para el año 2024. La inversión para sembrar es algo que la gente desconoce; la inversión es importante y el riesgo también lo es”, añadió.
Conocedor del estado de ánimo de sus clientes, Boglione apuntó que “el productor está desalentado, con una gran desazón. Recién se está trillando; la gente está tomando conciencia de lo que le está entrando, a partir de ahí comienza una nueva etapa, la de armar estrategias para ver cómo se llega”.
“Hay preocupación porque sabemos que las líneas de crédito que dan los bancos son insuficientes y a tasas muy onerosas. También corremos el riesgo, particularmente en el maíz, de que se baje la calidad de siembre en función de bajar costos (destinando más superficie a la soja, que es más barata). Eso es algo que va a ocurrir. Que se interrumpa en muchos lugares el ciclo de rotación, mucha gente volverá a hacer soja sobre soja, por los costos, o volverá a hacer un sorgo sobre maíz”, resumió Boglione.
“Esas cosas hay que tenerlas en cuenta y se va a empezar a ver a partir del mes de mayo, junio o julio, cuando el productor tenga en sus manos el resultado final de lo que le dejó la cosecha. Y de ahí en más empieza a construir una estrategia para ver cómo siembra, de qué manera, con qué elementos, quién lo va a apoyar al año que viene; porque el año es largo: hay que llegar a abril del 2024, nos espera un año bastante complejo”, planteó.
-¿Es suficiente la ayuda oficial? ¿Se sienten acompañados como cadena agrícola?
-Eso no existe. Son todas promesas. Hace meses que se escucha que han prometido créditos blandos y cosas que no llegan. Lamentablemente el Estado es sólo socio en las ganancias, en las pérdidas es un Estado ausente. El país necesita del Estado para que desarrolle programas de producción y de todo tipo, granarios y ganaderos, para que crezca la producción. Necesitamos crecer y producir. Brasil es un hecho de cómo ha crecido, a partir de un banco de desarrollo muy importante, y eso es lo que actualmente no cuenta la Argentina.
-¿Entonces qué hace el productor?
-Hay que agradecer que el productor sigue sembrando, porque después de esta paliza el productor vuelve a sembrar. Va a buscar las condiciones, los créditos, va a ver quién le da un apoyo, pero va a volver a sembrar, como lo ha hecho toda la vida. El productor siempre siembra.
-¿Como siembra? ¿Es todo deuda o hay capital propio en juego?
-Hoy el campo no es uniforme. Hay productores que tienen capital de trabajo, hay otros que lo han gastado, y hay productores que no lo tienen. En eso el campo es dispar. La experiencia me dice que el canal financiero ha venido del lado de la exportación, o de los bancos, o de algunos negocios de pre-financiación de exportaciones. Los acopios en los pueblos son los que, en muchos casos, ayudan para que el productor pueda sembrar. Las cooperativas. Todo ese sistema va a ser el que va a promover el cultivo para el año que viene- expresó Boglione.
De todos modos advirtió que para recomponer esta sistema después del desastre provocado por la sequía “hay que ver esas empresas que históricamente estuvieron para ayudar a desarrollar el cultivo en los campos, en qué condiciones económicas están para poder auxiliar al productor. Ese es el otro problema que tenemos, porque estamos con 2500 puntos de riesgo país, una inflación galopante; y ya sabemos todos los males que tenemos. Eso tampoco ayuda, porque las condiciones económicas del país hacia afuera son tan malas, que es muy complicado para el exportador ingresar divisas al país”.
“Estamos en una situación muy incómoda y, obviamente preocupados. Pero no solamente los corredores, también los acopiadores y los productores. Hoy el sistema de trabajo nuestro está en condiciones muy limitadas para lo que pueda ser estrategia colectiva de trabajo a largo plazo”, volvió a decir el corredor.
-¿Esta crisis va a durar varios años?
-Hay que ver el grado de endeudamiento y, de acá en más, qué ocurre con el sistema en sí, cómo va a quedar después de esto. Pero si las instituciones siguen trabajando, se logran estrategias importantes, el campo no creo que tenga que enfrentar una seca como ésta el año que viene. La tendencia climática es a normalizarse y, teniendo en cuenta el pensamiento del productor, no cabe duda que si el tiempo acompaña deberíamos tener una excelente cosecha en 2024 y así sucesivamente.
Boglione se despidió diciendo que “el tema central es cómo se llega y si estamos en condiciones de armar estrategias para que el productor pueda llegar. Cómo podemos ayudar al productor para que pueda sembrar y llegar a la cosecha de 2024, que puede ser positiva”.