Antes que nada: es casi obligatorio darle las gracias a los climatólogos del Climate Prediction Center e International Research Institute for Climate and Society (CPC/IRI), quienes, con gran anticipación, lograron advertir a los productores agropecuarios que se venía una tercera fase “Niña” consecutiva en 2022/23.
En agosto pasado el CPC/IRI, uno de los principales centros de estudios climáticos del mundo que realiza un seguimiento del fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), que comprende la oscilación de parámetros meteorológicos del Océano Pacífico ecuatorial, anticipó que se venía otra fase “Niña”, la cual suele promover restricciones hídricas en la mayor parte de las zonas agrícolas argentinas.
El anticipo para esa fecha permitió que muchos empresarios agrícolas diseñaran planteos agronómicos “defensivos” y orientados a evitar –como es el caso de las siembras tardías– el peor momento de una eventual restricción hídrica estival.
Pero eso ya es historia y ahora la clave es poder visualizar qué depara el futuro. Al respecto, el último pronóstico elaborado por el CPC/IRI indica que la “Niña” tenderá a diluirse en el primer cuatrimestre de 2023 para dar paso a una fase “Neutra”.
Pero el dato es que el centro climático proyecta que en el trimestre comprendido entre julio y septiembre de 2023 se presenta una mayor probabilidad relativa de ocurrencia de una fase ENSO “Niño”, la cual suele estar asociada con precipitaciones mayores a las normales en buena parte del territorio del Cono Sur.
Eso indicaría, en caso de consolidarse ese pronóstico, que Argentina, Uruguay y el sur de Brasil podría esperar un escenario de lluvias abundantes para el período de siembras de la campaña gruesa 2023/24 luego de tres años de problemas y penurias.
Por supuesto: no se trata de una buena noticias para aquellas zonas, como es el caso de la región oeste bonaerense, que, si bien se vienen defendiendo bien en fases “Niña”, con la llegada del “Niño” suelen experimentar inundaciones que algunas ocasiones resultan catastróficas.