Cecilia Trillo es bióloga y se dedica a la etnobotánica, ciencia que estudia las relaciones de los humanos con las plantas.
Dentro de este mundo se interesó especialmente por las plantas comestibles, que ha investigado recorriendo monte y campo de Córdoba y Catamarca, motivada por las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las estrategias familiares de las personas que viven en los ambientes secos, salinos y áridos? ¿Quién se las enseñó? ¿Cómo las aprendieron? “Siempre estuve interesada en la habilidad de los pobladores en aprovechar los recursos naturales para generar dinero o mantener su estilo de vida rural, como criollos o serranos”, explica.
-Usted menciona que las plantas comestibles silvestres sufren de cierto desprestigio. ¿En qué sentido?
-En que para muchas personas las plantas del monte y sus frutos son cosas de pobre o de indio.
-Ah. Y muchas generaciones recibieron esa mirada despectiva…
-Sí. Cuando sus nietos se iban a la ciudad a estudiar, las abuelas les sugerían que no dijeran que eran de campo ni que tenían sangre india, para que no los marginaran. Hasta el día de hoy comer polenta es comida de perro o de pobre… nos cuesta salir de esos discursos y miradas. Ahora, lentamente, existe una revalorización desde ámbitos urbanos, académicos y de los medios de comunicación para reactivar las costumbres de recolección de frutos del monte y elaboración de productos.
-¿Por qué, entonces, es importante preservar el patrimonio de plantas silvestres?
-Porque tienen que ver con la identidad. El conocimiento sobre las plantas alimenticias (y también medicinales, tintóreas, etc.) es la herencia inmaterial que nos dejan los mayores sobre las especies que constituyen los ambientes naturales, las técnicas específicas para usarlos y los “símbolos” culturales que implican.
-¿Por qué destaca el término “símbolos”?
-Porque es en ese punto que se conectan con la identidad. Cuando comemos un fruto silvestre en la caminata para ir a la escuela o para buscar los animales, nos sentimos “del campo” o “serranos”. Cuando nos juntamos a comer un locro, humita o hacer un arrope, somos “del campo”, somos “criollos”. La comida es algo más que nutrientes, es comensalidad, es conmemoración, entre muchas otras cosas.
-¿Cómo surgió su investigación sobre las plantas comestibles de Catamarca?
-Cuando estaba en la Universidad Nacional de Córdoba y dirigí un trabajo de investigación sobre plantas alimenticias del monte y las prácticas de uso desde una perspectiva histórica, según restos arqueológicos encontrados antes de la llegada de los españoles. En Catamarca continué con esa línea de análisis y allí encontré que las especies comestibles más frecuentes en el discurso de las pobladores son ají quitucho, chañar, mistol, algarrobo, piquillín, tunilla, ulúa, ucle, albarillo, pasionaria, molle de beber, tomate de árbol, verdolaga, nogal criollo, tala, aguaribay y tusca.
-¿Cómo se usan? ¿Estos productos llegan a las ciudades?
-Muchas de esas especies se cocinan en arropes, mermeladas o torrejas; otras se muelen y con esa harina se hacen bizcochuelos, alfajores, patay, fermentados o bolanchao (una suerte de golosina). Otras especies se comen frescas sin ningún proceso de modificación. Y las comen todos los que las conocen y les gusta, sin importar si nacieron en el monte o en la ciudad. Se pueden conseguir algunos productos en mercados urbanos y en ferias agroecológicas.
-Usted cuenta que algunos entrevistados dicen que cuando colectan y consumen frutos se sienten conectados con el monte. ¿Cómo es esa conexión?
-Es difícil explicar con palabras. Juntamos y comemos frutos del monte porque nos gusta el sabor, nos gusta recolectar y sabemos cómo elaborar productos. Hay una cuota de alegría y de felicidad en la tarea, además algunos pobladores logran darle valor agregado y venden productos generados en el monte. Hay historias de pobladores que, en el pasado, vivieron esta tarea con desagrado y fastidio; otros lo recuerdan con gusto
-¿Hay algún proyecto para difundir las plantas silvestres?
-Actualmente dirijo un proyecto de extensión universitaria con presencia en el mercado de frutas y verduras más grande la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca en el que visibilizamos las plantas del monte, dialogamos con los visitantes, participamos de programas de radio (¡la gente de campo escucha radio!) y generamos un recetario que será de distribución gratuita. Comenzó en agosto de 2024 y termina en julio de este año. Algunos centros vecinales realizan actividades específicas, como convocar a realizar arrope o participar de talleres de elaboración de productos.
-Cuando usted cuenta sobre su trabajo, ¿qué reacción tiene la gente?
-Algunos me miran con cara de “quiero volver al pasado”, otros se sorprenden de que en la actualidad los pobladores conserven la tradición y que los jóvenes la mantengan viva. Otros preguntan por la inserción al mercado de productos o me comentan nuevas recetas, fruto de la experimentación. Y hay muchos interesados en los aspectos de sustentabilidad ambiental, económica y social de la tarea, ya que es una herramienta para que los jóvenes vuelvan y se queden en el campo aunque sea en algunos momentos del año. Cada uno desde su propia experiencia de vida.
-O sea que despierta mucho interés.
-Así es. La cultura asociada al uso de la plantas está viva. Quizás de manera diferente a la tradición de los mayores, pero viva y en permanente cambio. No comparto las miradas apocalípticas de muerte y pérdida irrecuperables sobre el conocimiento de las plantas. Para mí es un desafío profesional dedicarme a registrar las tradiciones del pasado y ver cómo las nuevas generaciones las cambian, las reciclan y las siguen usando.
Las plantas y frutos silvestres son las que más propiedades alimenticias tienen,ya sea en proteínas,fibras y vitaminas,sobre todo las más “raras” de conseguir en otros alimentos.
Y la “polenta”es denigrada por ignorancia,es la que más provee de inmunidad contra las enfermedades comunes,cotidianas.
Falta información específica sobre esto en las escuelas. Saludos.
Totalmente, tal cual lo más reciente el creciente consumo de miel natural, de la mano de quién la produce!!! En carne propia soy apicultor y se nota !!!
La polenta en argentina hace dos años es considerada como el alimento de la realeza o la casta
Polenta es un manjar…con queso ,manteca ,leche,un huevo frito arriba…con salsa o sin ella,se cocina rápido y entiendo es muy alimenticia..
A los bebés se les da como papilla,bien diluida..
Habría que sacarle ese estigma y comentar sus poderes nutritivos..soy de la ciudad y la consumo habitualmente.
La polenta es y será un manjar, comida de abuela que le agrega a sus ya propiedades alimentarias el amor de quién la prepara.
Es verdad, un aplauso para ud
Pues les comento, que los hongos – setas – eran comida de los pobres en europa, al igual que las berries; se colectaban en el campo, no se cultivaban. Pero aquí son un manjar caro y siempre lo han sido. Es mucho más caro un kg de berries que de manzanas o naranjas. Y ni qué hablar de un kg de setas, suyo valor nutricional es, cuando menos, bastante pobre respecto de cualquier otra cosa. No es el saber tradicional ni las costumbres de la abuela el problema, sino el color de piel y el origen geográfico de los que hacían uso de esos saberes en su vida cotidiana: en la alimentación o la salud. Tiene mucho de prejuicio racista.
Desde hace dos años en argentina que la polenta se considera como alimento de la exclusiva realeza o la casta
También tendría que comentar ésta señora bióloga como han cambiado el maíz con el cual se hace la polenta y no es sano ya que la cambiaron genéticamente entonces antes un plato de polenta era algo sano y ahora no lo es como el trigo etc .
Han modificado todo genéticamente a parte de los pesticidas ya no es sano ni para los humanos ni para los perros . Solo es sano para sus bolsillos.
Sin embargo la expectativa de vida sigue en aumento y no conozco de gente que murió a causa del trigo transgénico o el maiz genéticamente modificado. La agricultura orgánica no puede alimentar a 8000 millones de personas.
Absoluto desconocimiento el tuyo, te lo digo con mucho respeto porque durante mucho tiempo pensaba lo mismo. Pero resulta que no: la agricultura orgánica puede alimentar mejor y a mas personas., Largo tema, saludos
Concuerdo con usted!
Puede, si todos aprendieran a que en una maceta las plantas también se cultivan…
El año pasado vinieron a comprar tunas desde Europa, inmediatamente me puse en campaña para conseguir productores.para mí sorpresa encontré más de 70 hectáreas abandonadas en la zona , al final solo se logró exportar muy poca cantidad con un excelente tamaño y grado Brix altísimo.ojala este año se logre exportar mucha cantidad.
La polenta es el manjar de los kirchneristas!!
La polenta es un manjar de los kirchneristas que es absolutamente alimenticia más si se cocina con leche,o.un poquito de queso ,siempre es mejor que salchichitas con puré o puras verduras de los leones vegetarianos de 1000ley jjjjjjj
La polenta kirchnerista siempre será más alimenticia que la nada de los leones vegetarianos
Cómo pelea la gente al vicio, qué es importante??? Si la polenta en la actualidad es o no nutritiva o si es Kirchnerista o 1000keista?
Es evidente la respuesta…
….no peleen chicos que no suma.