Pedro Borgatello se tuvo que hacer cargo de la empresa ganadera cuando perdió a su padre, uno de los productores que impulsó el desarrollo de la raza Brangus en Argentina, y que fundó la cabaña Quilpo Norte, ubicada en Cruz del Eje, provincia de Córdoba.
“La pasión por la ganadería y por el Brangus la heredé de él. Desde que falleció, me tocó hacerme cargo de darle continuidad y potenciar lo que él hizo. Lo que más extraño es la consulta permanente que teníamos el uno con el otro para definir cosas. Hoy me toca decidir sólo y a veces pesa un poco”, contó Pedro en conversación con Bichos de Campo.
Con poco más de 40 años, el ganadero es hoy uno de los directivos de Asociación Argentina de Brangus y está a cargo de la comisión técnica que tiene en marcha nuevas investigaciones para potenciar el desarrollo de la raza, tanto en el norte del país como en otras regiones de clima más templado.
Uno de los trabajos apunta a elaborar un indicador sobre el desarrollo del pelo del ganado y su adaptación a zonas con garrapata.
“Estamos trabajando en el diseño de nuevos DEPs (diferencia esperada de progenie) como los de pelo y resistencia a garrapata. Recibimos información de 3.000 fenotipos de animales. A partir de eso se generó información estadística y antes de fin de año lanzaremos un DEP de largo de pelo”, indicó Borgatello.
A partir de esa información se busca detectar la heredabilidad de ese carácter genético, para que los criadores puedan luego elegir entre animales con producción de pelo más corto, que sufran menos el calor intenso del norte; o de pelo más largo, que sirve a rodeos de cría en clima más templado, donde se está extendiendo la raza.
Esto va a permitir, además, un mayor comercio con países donde también está creciendo la raza. Un caso es el de Colombia, donde el Brangus muestra buena adaptación en zonas montañosas o por sobre el nivel del mar; y otro el de Estados Unidos, donde la raza muestra buen desarrollo hacia el norte del territorio, en el que prima el clima más frío.
Otro indicador clave que se encuentra en desarrollo es el vinculado a la garrapata. “Está demostrado que hay animales de pelo fino y corto que tienen una forma más fácil de acicalarse, y por ende tienen menos carga de garrapata”, señaló Borgatello.
Estos desarrollos van a favorecer la incorporación de genética en los rodeos en función de las características climáticas y geográficas de cada campo de cría. Así como se venden reproductores con información sobre el peso al nacer o al destete que transmitirán a sus crías, ahora también se podrá informar sobre el pelo y su impacto en la productividad, algo que cobra especial relevancia ante la problemática de garrapata que enfrentan el norte y el litoral.
Pedro está confiado en el aporte que harán estas investigaciones al desarrollo de la raza, y ve con muy buenos ojos el futuro de la actividad.
“Hoy se manejan valores que siempre fueron una expectativa por lograr. Siempre soñamos vender el ternero a más de tres dólares por kilo, o reproductores por 5 a 6 mil dólares. La estabilidad económica que se logró con este gobierno también nos ayuda a trabajar de forma más ordenada y con un horizonte más claro. Ojalá es escenario se consolide”, finalizó.