El gobierno nacional, al menos su expresión más conciliadora encarnada en el ministro del Interior, Guillermo Francos, parece haber tomado nota que perderá un montón de votos de legisladores de las provincias que producen biocombustibles cuando se discuta el mega proyecto de ley enviado al Congreso por el presidente Javier Milei. Por eso, en una reunión con ministros de la Región Centro, comenzó a dar señales de que está dispuestos a reescribir el capítulo dedicado a ese sector. Muchos sospechan que parecía escrito para dejar todo el negocio en manos de las petroleras.
Fuentes que participaron de la reunión entre Francos, el secretario de Agricultura Fernando Vilella; la subsecretaría de Transición y Planeamiento Energético, Mariela Beljansky, y el subsecretario de Combustibles e Hidrocarburos, Luis de Ridder; que dependen de Luis Caputo, dijeron a Bichos de Campo que el Ejecutivo mostró “bastante predisposición” a corregir el texto correspondiente al capítulo de Biocombustibles, y que ya había generado fuertes rechazos de todas las provincias con intereses en el asunto, ya que tienen industrias que convierten los cultivos en combustibles renovables.
Así las cosas, el anteproyecto enviado al Congreso fue rechazado de plano por Córdoba, donde está la mayor producción de bioetanol de maíz; Jujuy, Salta y Tucumán, donde ese mismo combustible se desarrolla a partir de la caña de azúcar; y Santa Fe y Entre Ríos, que tienen plantas que transforman en biodiésel el aceite de soja. Todos estos bio se utilizan para “cortar” obligatoriamente los combustibles fósiles, en proporciones que actualmente son de 7,5% para el gasoil y del 12% para las naftas.
En esa industria, fundada hace menos de 20 años, pensaban que en el gobierno de Milei iban a tener la chance de elevar esos porcentajes de corte, siguiendo la tendencia de otros países. Pero luego se desayunaron con el megaproyecto que la pretensión del libertario era liberalizar por completo ese programa de gobierno, para desmantelar el sistema de cupos y dejar que las petroleras pacten precios y volúmenes libremente.
Por eso los ministros de Agro y Energía de la Región Centro (Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos), y sus pares de Tucumán y Jujuy, fueron con caras de pocos amigos a la reunión con Francos, el ministro político de la gestión Milei. Allí se sorprendieron con que Vilella, que siempre se manifestó como el más firme impulsor de la sustitución de hidrocarburos por biocombustibles, era el más entusiasta a la hora de revisar (y reescribir sobre la marcha) el texto frío enviado por el Ejecutivo.
“Hubo coincidencias en cambiar cosas del proyecto. Vilella leía el anteproyecto explicando cuál era la interpretación correcta de lo que estaba escrito, y entonces parecía que no era lo que está escrito”, ironizó uno de los funcionarios provinciales.
¿Y qué cosas se aclararían en el texto que finalmente discutirán los senadores y diputados?
- Un punto clave del posible acuerdo lo dio a conocer Francos, quien dijo en un comunicado que “clarificamos que el porcentaje de corte de biocombustibles establecido en el proyecto Ley es un piso que no va a reducirse”. Esto quiere decir que se mantendrán los cortes obligatorios en los porcentajes actuales de 7,5% con biodiésel y 12% con bioetanol, la mitad de caña y la mitad de maíz.
- Por otro lado, se aclaró el concepto de que la oferta nacional de biocombustibles en ningún caso podrá ser reemplazada por esos mismos combustibles de origen importado, como planteaba el proyecto.
- Se habló de que “se mantendrán los derechos adquiridos”, respecto de los cupos asignados a cada empresa para participar del corte obligatorio.
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Finalmente se aclaró que las participación de nuevos actores al negocio, como las grandes aceiteras (que hoy no participan del plan oficial de fomento pero sí producen biodiésel que exportan), se dará sobre el porcentaje de crecimiento del corte, y no a expensas de las cuotas de mercado de las pymes del sector.