El fenómeno de expansión del maní argentino sigue en auge. Este fruto, que hace solo algunos años difícilmente salía de la provincia de Córdoba, donde se erige un polo agroindustrial exportador de excelencia, está encontrando nuevos horizontes.
Es que entre la zona núcleo manisera, comprendida entre Hernando, Gral. Deheza y Gral. Cabrera, en el centro de Córdoba, los lotes no alcanzan para la producción de maní, y hace tiempo se vislumbra una expansión del cultivo hacia al sur, con especial destino Buenos Aires.
El crecimiento de este polo cordobés, sumado a la necesidad de rotar los lotes donde se siembra maní, ya que no se puede repetir su implantación hasta dentro de 5 años, hace que el noroeste de Buenos Aires y el sur de Santa Fe hayan dado condiciones para la propagación de este fruto. También las condiciones comerciales que otorga el maní a los productores hace que en la zona núcleo, donde están los mejores potenciales de rendimiento agrícola, los agricultores opten por ceder sus tierras a las empresas sembradoras de maní, y así obtener buenos ingresos y con menos riesgo que el de una siembra tradicional.
A este fenómeno se sumó también La Pampa, donde está por concluir una campaña histórica con rendimientos récord. Según la Bolsa de Cereales de Córdoba, con la campaña estival acercándose a su cierre, el maní sobresale con una producción récord que duplica ampliamente el promedio histórico, acompañado por el girasol, que logró la segunda mejor producción provincial.
De acuedo a los datos aportados, el maní creció un 88% interanual, donde se sembraron 31.900 hectáreas, y la producción fue de casi 75 mil toneladas. La variación histórica mejoró un 93%.
Según los analistas cordobeses, en cuanto a la evolución de la campaña, destaca el maní, que alcanzaría una producción récord debido a una expansión significativa del área sembrada, la mayor desde que se tienen registros y que duplica ampliamente el promedio histórico provincial. “La cosecha se realizaba con normalidad, aunque se registraron algunas demoras puntuales debido a la humedad en sectores como Chapaleufú. Los mejores rindes se dieron en la zona de Ingeniero Luiggi, donde rondan los 32 qq/ha de grano limpio y seco”, según advirtieron los expertos.
La siembra de maní en esa provincia estuvo también motorizada por el vigente temor a la chicharrita del maíz, que no solo impulsó al fruto, sino que también dio lugar al crecimiento del girasol en dicho territorio.
La cosecha del girasol concluyó entre abril y mayo, confirmando la segunda mayor producción provincial, impulsada principalmente por un área sembrada que también fue la segunda más alta desde que se tiene registro. El rinde promedio provincial fue ligeramente inferior al histórico, destacándose el departamento Quemú Quemú con un promedio de 25 qq/ha.
Otro dato a destacar es que la entidad cordobesa en junio incorporó los datos de superficie sembrada obtenidos a partir de la clasificación de imágenes satelitales, reemplazando las estimaciones anteriores que provenían de reportes de colaboradores. Esta nueva metodología indicó una reducción en la superficie sembrada de maíz y soja respecto a lo previamente informado, mientras que para sorgo y maní se detectó una mayor área implantada.