“Es cierto que los vacas emiten gases de efecto invernadero”, reconoce el médico veterinario Guillermo Berra, que es directivo de la Sociedad de Medicina Veterinaria y estudió durante años en el INTA Castelar los temas relacionados con la producción vacuna extensiva. El estudioso conoce con certeza este proceso biológico: las vacas emiten metano (un gas es 23 veces más potente que el dióxido de carbono) con sus eructos y además son fuente de óxido nitroso con sus flatulencias. Pero lejos está el experto en condenar a la ganadería como la principal responsable del calentamiento global. Incluso asegura que se podrían reducir bastante estas emisiones si los productores fueran un poco más eficientes que ahora.
Según la explicación de Berra a Bichos de Campo, el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés) es quien mide las emisiones de gases de efecto invernadero de todo el mundo. Básicamente son cuatro los que causan el calentamiento global: el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y los clorofluorocarbonos. Dos de estos son generados por los rumiantes.
Ver ¿Cómo se miden en la Argentina las emisiones de gases que producen el efecto invernadero?
Pero a partir de conocer esta realidad, Berra comenzó a lanzar datos como para relativizar aquella acusación absurda de que los bovinos de la Argentina son los grandes responsables del calentamiento. “Hay que tener en cuenta que en el mundo hay cerca de 1.300 millones de vacunos y nosotros tenemos solo 50 millones. En el total de gases medidos por el IPCC, la Argentina representa solo el 1% de las emisiones mundiales. Y toda Sudamérica llega al 5%, que es lo mismo que emite un solo país: Estados Unidos”, informó Berra.
Aquí la entrevista completa con Guillermo Berra en Bichos de Campo:
El especialista sugirió que la ofensiva contra los bovinos, a los que se les achaca una responsabilidad mayúscula en el cambio climático, está más ligada a los intereses comerciales y geopolíticos que a otra cosa. Recientemente, tras la firma del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, algunos países europeos que se ven amenazados por el ingreso de productos agropecuarios de Sudamérica salieron a argumentar en contra de los modos de producción locales, mencionando cuestiones como los desmontes y las emisiones del ganado.
Para Berra la mejor forma de encarar el asunto es demostrar que cuanto más eficientemente se produce, menos son las emisiones de las vacas. En ese sentido, argumenta: “Mejorando el índice de destete, tenemos menos vacas improductivas lanzando gases. Y por ende serán menores las emisiones por cada kilo de carne o litro de leche producido”.
“Podemos reducir en hasta un 30% las emisiones en la Argentina si producimos más eficientemente. Menciono el destete, pero se puede hablar de mejoras en los forrajes, sanidad, etcétera. Todos los demás índices productivos”, fue su razonamiento.
“Es cierto, como estudió Ernesto Viglizzo, que nuestras pasturas secuestran carbono. Pero esto no lo mide el IPCC, de modo que hay que salir a responder por otra vía y esta es muy válida, que producimos carne de calidad y que bajaremos las emisiones siendo más eficientes”, destaca el investigador.