El presidente Donald Trump logró reinstalar el “corredor granario” en el Mar Negro para asegurar el transporte de productos agroindustriales tanto por parte de Ucrania en el marco del conflicto bélico que esa nación mantiene con Rusia desde 2022.
La primera edición del “corredor granario”, vigente desde julio de 2022, se implementó –en el marco de un acuerdo con Naciones Unidas– con la condición de que la naciones integrantes de la OTAN cumplan determinadas exigencias rusas, entre las cuales se incluían la admisión de barcos rusos en puertos extranjeros de naciones aliadas a la OTAN y la reconexión del Banco Agrícola Ruso (Rosselkhozbank) al sistema interbancario SWIFT para facilitar el cobro de las exportaciones agroindustriales.
Como ninguno de tales pedidos se cumplió por parte de EE.UU., el líder de la OTAN, entonces en julio de 2023 Rusia abandonó de manera unilateral el acuerdo para generar sobrecostos logísticos enormes a las exportaciones ucranianas, los cuales meses después fueron morigerados gracias al uso generalizado de rutas fluviales sobre el Danubio.
Este martes el gobierno ruso anunció que “Moscú y Washington han llegado a un acuerdo sobre la iniciativa del Mar Negro, que se centra en garantizar la seguridad de la navegación y la prohibición del uso de buques comerciales con fines militares”.
En la misma línea, la Casa Blanca señaló, por medio de un comunicado, que “en consonancia con las conversaciones a nivel presidencial entre el presidente Donald J. Trump y el presidente Volodymyr Zelenskyy”, ambas naciones “acordaron mantener su compromiso de contribuir al intercambio de prisioneros de guerra, la liberación de civiles detenidos y el regreso de los menores ucranianos trasladados por la fuerza” hacia zonas de guerra.
“EE.UU. y Ucrania continuarán trabajando para lograr una paz duradera. EE.UU. reiteró a ambas partes la necesidad imperiosa del presidente Donald J. Trump de cesar las matanzas en ambos bandos del conflicto ruso-ucraniano, como paso necesario para lograr una paz duradera”, añadió.
La reimplantación del “corredor granario”, en los términos planteados por la administración Trump, no sólo facilitará la logística de las exportaciones ucranianas de cereales y aceite de girasol, sino también las ventas externas de productos agroindustriales y fertilizantes rusos.