Quienes conocen el verdadero estado de los caminos rurales son quienes tienen que transitar por ellos cotidianamente, ya sea porque viven en el medio rural o para sacar la producción de los campos. En el caso de la lechería, esto sucede todos los días, y por eso el estado de los caminos es un tema más que sensible para el sector. En la principal cuenca lechera del país se acaba de completar un relevamiento que muestra la magnitud del abandono de esa red terciaria.
“Es trascendental abordar el problema desde la conjunción público- privada. Del total de más de 12.000 kilómetros de caminos de la red terciaria, hay que reparar al menos 3.610 kilómetros. En la actualidad, la mitad de esos caminos está mejorado, pero el 50% restante es de calzada natural, y es necesario mejorarla para conectar el 100% de los tambos y las 180 escuelas en estos departamentos claves de Santa Fe”, dijo a Bichos de Campo el gerente general de la Cooperativa Guillermo Lehmann,
Gonzalo Turri ,en referencia a los departamentos de Las Colonias y Castellanos, en donde se concentra la principal zona lechera del país.
La cooperativa Lehmann integra el Nodo Regional Pilar, junto a la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Región CREA Santa Fe Centro. Desde ese grupo de trabajo se han realizado un informe que llevó 3 años y que aborda la problemática de los caminos rurales. Del estudio de situación participaron decenas de presidentes comunales de esos departamentos santafesinos.
Escuchá la entrevista completa a Gonzalo Turri:
“El trabajo muestra que 10% de la población de los dos departamentos analizados vive en el campo, y por lo tanto nos permite tener una mirada que trasciende lo meramente productivo y económico, para pasar a la dimensión social, más si consideramos que en los últimos 30 años unas 2.700 familias migraron de los campos a las ciudades”, evaluó Turri.
Para el gerente de la cooperativa Lehmann, “las personas que viven y trabajan en el campo necesitan caminos en condiciones para poder brindar su trabajo y ganarse un ingreso digno”.
Esas personas “tienen las mismas necesidades que cualquier habitante de pueblo o ciudad, e implica poder brindar a sus hijos asistencia médica cuando estén enfermos, o poder participar de otras jornadas ya sea educativas o laborales. Mientras no haya caminos, la gente no pensará que un modo digno de ganarse la vida sea viviendo en el campo”, enfatizó.