El gobierno chino se está preparando para eliminar a EE.UU. de su lista de proveedores de maíz y sorgo con la ayuda de los productores sudamericanos de ambos cereales.
Esta semana una delegación de directivos de corporaciones chinas visitó la ciudad de Buenos Aires para reunirse con pares de diferentes sectores estratégicos, uno de los cuales –por supuesto– fue el agroindustrial. En la comitiva había referentes de Sinograin y China CO-OP Cereals and Oils.
Insólitamente, la misión comercial china no fue comunicada por ningún organismo oficial argentino para evitar –probablemente– generar rispideces con el gobierno de Donald Trump. Por supuesto: los medios oficiales chinos sí comunicaron el evento.
La visita coincide con una aceleración, en las últimas jornadas, de registraciones frenéticas de embarques de poroto de soja argentino con destino a China, lo que es perfectamente esperable en términos estacionales.
Pero la nota más destacada del acercamiento chino es el objetivo de borrar a EE.UU. de la lista de proveedores de cereales, para lo cual el gobierno liderado por Xi Jinping requiere la ayuda de la Argentina.
Mientras que en el caso del trigo China cuenta con múltiples proveedores para dejar afuera a EE.UU. no sucede lo mismo en lo que respecta al maíz y el sorgo, donde son pocos los países que pueden reemplazar al gigante norteamericano.
China viene reduciendo la dependencia del maíz importado como parte de un plan estratégico, aunque ya no tiene condiciones para autoabastecerse del cereal. Brasil y Ucrania son actualmente sus principales proveedores de maíz y próximamente lo será también la Argentina.
Si bien la habilitación oficial de exportación de maíz argentino hacia China está vigente desde mayo de 2023 (¡dos años atrás!), el gobierno chino aún no concretó la habilitación de ningún embarque del cereal procedente de la Argentina. Como es usual, el gobierno chino se reserva “cartas comerciales” para jugarlas cuando le conviene en términos geopolíticos.
La noticia es que ese momento finalmente llegó. Con la habilitación del ingreso del maíz argentino al mercado chino, se potenciará, por eficiencias logísticas, la exportación de sorgo a ese destino, lo que representa una materia urgente para China porque EE.UU. es el mayor proveedor de ese cereal.
En cuanto al maíz, en el corto plazo el “bloqueo” chino no representa un problema comercial porque la nación asiática es un comprador marginal de maíz estadounidense. Sin embargo, con el sorgo no sucede lo mismo y una sobreoferta interna de ese producto terminaría presionando a la baja los valores de todos los recursos forrajeros en el mercado de EE.UU.
En tal escenario, no es extraño que los administradores de fondos agrícolas especulativos en el mercado de Chicago (CME Group) comenzaran a liquidar posiciones “compradas” en contratos de maíz ante la expectativa de un proceso bajista para el cereal estadounidense, según datos publicados este viernes por la Commodity Futures Trading Commission.
Los chinos, expertos negociadores, están armando todo el “circuito” justo ante del ingreso aluvional de la cosecha brasileña de maíz tardío, de manera tal de reducir al máximo cualquier sobrecosto derivado del “enroque” de proveedores.
De hecho, al observar la dinámica de los precios FOB del maíz, los mismos parecen estar anticipando ya el ingreso de la cosecha brasileña por el comportamiento bajista que vienen experimentando.
La posibilidad de transformarse en un proveedor sistemático de maíz de China no sólo tiene beneficios comerciales, sino también económicos y sociales, ya que el gobierno de la nación asiática podría promover inversiones en el país orientadas a consolidar la cadena de valor agroindustrial.