Los productores se quejan con frecuencia de que el Estado les cae encima hablando siempre de una “renta extraordinaria”, pero que ese mismo Estado desaparece cuando lo que deja la actividad agrícola son solo pérdidas. Habrá una buena oportunidad para verlo este verano, pues una gran cantidad de productores sufrirán “perdidas extraordinarias” que podrían llegar hasta los 800 dólares por hectárea.
Este vez no será culpa de la política sino de la intensa sequía de los últimos meses, que ya está malogrando gran parte de la cosecha esperada de trigo y otros cultivos de invierno, que se implantaron con la esperanza de que lloviera y eso no sucedió, al menos hasta ahora. El daño para el país es grande, pues de las 21 millones de toneladas que se esperaban al principio de la campaña ya hemos descendido a 15 millones. En el balance de las exportaciones, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) ya calculó una caída del ingreso de por lo menos 1.500 millones de dólares.
¿Pero qué pasa con los productores?
Se perdió todo el trigo desde Pergamino al oeste de Bs As. Sur de Santa Fe, Sur de Córdoba.
Pensaría más bien en las MILES de familias que has perdido U$S 400 a 500 por ha sembrada. Y en toda la cadena de valor. Un evento así en otro país, ocuparía titulares una semana.— Gustavo N Ferraris (@GustaFerraris) October 16, 2022
Los técnicos de esa entidad calcularon que debido a la falta de lluvias en las etapas críticas del cultivo, más la ocurrencia de temibles heladas inoportunas, el rendimiento promedio de la región núcleo cerrará con un rendimiento promedio de 18 quintales de trigo por hectárea (qq/ha), muy pero muy lejos de los 28/30 quintales de un año normal.
“La 2022/23 será la peor campaña de los últimos 12 años y por lejos. El registro más bajo era de 27 qq/ha (en la 2012/13) y hoy ya se estima casi 10 quintales menos: 18 qq/ha. Lamentablemente, hay grandes posibilidades que este rinde siga recortándose en el corto plazo”, dice el último informe GEA de la BCR, que se ocupa especialmente de seguir la evolución de los cultivos.
Arrancó la cosecha de trigo pic.twitter.com/WagnjTueid
— Ing. Eduardo Sie rra (@IngSierraEdu) October 14, 2022
Confirmado este escenario, lo que hay que decir es que se trata de un promedio, pero habrá productores que pierdan todo y otros que quizás salgan mejor parados. Allí entonces es importante hacer un recálculo de los márgenes económicos promedio, para ver cuándo dinero dejarán de ganar (o mejor dicho, perderán) los productores afectados por este fenómenos climático.
Este cuadro divide entonces los resultados según el rendimiento esperado ( con 0, 10, 20 o 30 quintales por hectárea) y de acuerdo a si el productores sembró el cereal en campo propio o arrendado, un dato que cambia por completo los números:
Dice el análisis de la BCR: “Los cálculos muestran que las pérdidas en campo alquilado con productividades de 20 qq/ha a cero (o sea para lotes que no se cosecharán) se corresponden con pérdidas de 300 a 800 dólares por hectárea”.
Los analistas precisaron que “donde el trigo se ha perdido en un 100%, la pérdida es de 606 dólares en campo propio y de 867 dólares bajo alquiler”. Es una hecatombe, porque en un escenario climático estable, una hectárea de trigo con rendimientos promedio (de 30 quintales), podría dejar un margen neto positivo de 162 dólares en campo propio.
https://twitter.com/VascoGarciandia/status/1583474391060398080?s=20&t=ayf42qcY77ZuPcsuN_vahA
Lo grave es que en la región núcleo agrícola (de la ruta 5 para el norte) “ya hay 192.000 ha de área pérdida”, es decir que no se va a cosechar. Esto implica que ahí la pérdida para los productores involucrados llegaría a unos 140 millones de dólares.
Hay además en el área de influencia de la Bolsa de Rosario otras 400.000 hectáreas implantadas con trigo en malas condiciones, y que pueden pasar a engrosar la categoría de área no cosechable. Es decir que esa pérdida podría llegar a multiplicarse por tres.
Pero de las pérdidas extraordinarias no se escucha hablar a los políticos de turno.