En cinco años, la estancia y cabaña Media Luna alcanzará el siglo de existencia en el valle de Sarmiento, al sur de la provincia de Chubut. El ingeniero agrónomo y productor ganadero Nicolas Ayling, actual director de esa firma, ha sido testigo de gran parte de la actividad que se ha realizado allí durante estos casi cien años, que se ha reconvertido en más de una ocasión con el objetivo de seguir a flote.
“Mi abuelo adquirió la estancia en 1928. Cuando termine la carrera, mis padres me ofrecieron radicarme en la zona en 1973, donde en aquel momento tenían un emprendimiento de Corriedale con una muy buena demanda. Esa lana luego perdió su valor y entre el año 1982 y 1984 hicimos un traspaso hacia Poll Merino. En 1999 con mi señora sumamos el cultivo de cerezas y hace dos años, en 2021, iniciamos un viñedo”, relató Ayling a Bichos de Campo.
A esas actividades hay que sumarle la producción de reproductores Hereford y la creación de una cabaña dedicada a ello, que fue una de las impulsoras del mejoramiento de los rodeos bovinos en la zona de Sarmiento.
-¿Qué lo llevó a irse corriendo del ovino para sumar otras actividades?- le preguntamos.
-Yo creo que todo pasa por ser inquietos. Había una tendencia de poner los huevos en distintas canastas y un mensaje de que había que diversificar. Si uno se queda esperando que del Estado le vengan a solucionar la situación económica, podemos seguir esperando. Entonces uno trata de tener un cierto nivel de vida, un bienestar. Eso nos lleva a incursionar en tareas como la viñatera, por ejemplo.
-Muchos productores acusan problemas para mantener los campos y se ven extensiones de territorio en la provincia cada vez más vacías. ¿Cómo lo percibe?
-Es así y es una sumatoria de cosas: falta de políticas ovinas, falta de incentivos a la producción. A mí me preocupa muchísimo el despoblamiento que se ido generando a través de los años. El otro tema es que nuestras lanas en Patagonia se exportan a Europa principalmente, es decir que no somos chino-dependientes. ¿Qué pasa si esa lana le agregamos un estándar de sustentabilidad, ya sea buen trato animal, buen manejo de pasturas? ¿Qué pasa si le agregamos que esa lana y esa carne pueden ser orgánicas? Cuando uno va sumando, tiene valores realmente muy diferenciales con lo demás.
A continuación, Ayling agregó: “Hay un tema también que es serio y es que el 50% de los establecimientos ovinos tiene ingresos extra prediales. Significa que la gente está trabajando afuera para sostener la explotación, que tampoco es lógico. Hay falta de política ovina, de cambios en la política ovina, hay retenciones a la exportación. Hasta que eso no se revierta, lamentablemente se van a seguir despoblando los campos. Y hay una realidad: van envejeciendo los tenedores de campo y los jóvenes buscan otras alternativas. Se capacitan y no van a volver a algo que no es rentable. Entonces los campos se van despoblando, generan aumento de especies depredadoras, el abigeato, etc.”
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-Ustedes tienen ganado bovino. ¿Esa es una salida un poco más rentable frente a este contexto?
-Es poner los huevos en distintas canastas. Vos tenés los lanares, le agregas el vacuno y además otras actividades. Hay zonas donde directamente, por la cantidad de especies depredadoras, no pueden tener más lanares. Entre el abigeato y la especie depredadora no pueden tener más. Y vos fijate en Santa Cruz con el tema guanacos. Prácticamente han dominado toda la parte de Patagonia.
Luego puntualizó: “Hay campos que son inviables para bovinos. En una oportunidad hicimos un trabajo importante en INTA, que fue ver cómo fue el poblamiento de la Patagonia con el ovino y ella siempre empezó desde la costa y la pre cordillera hacia el centro. Hoy justamente el despoblamiento se está dando del centro hacia la cordillera y la costa. Ahí entra el factor de la falta de política, del mal manejo y de la falta de incentivos al buen manejo. Muchas veces se da dinero por créditos y a veces mal destinado. No hay seguimiento de las inversiones”.
-Para usted la frontera del ovino se ha corrido pero no en detrimento del bovino.
-El ovino se mantiene, bajo pero se mantiene. El bovino gana terreno pero no tanto.
-¿Qué proyecta de acá a cinco años cuando la cabaña cumpla el siglo de vida?
-Yo creo que seguiremos buscando alternativas. El que no se reconvierte o que no busca alternativa, lamentablemente no va a tener un futuro exitoso.