Como productora viñatera del llamado Este de Mendoza, Gabiela Lizana ocupa actualmente la presidenta de APROEM, la asociación que nuclea a todos los fruticultores de dicha oasis, donde la mayoría cultiva la vid y son pequeños y medianos productores. Nos cuenta que tuvo la chance de ver a Alberto Fernández en tiempo de campaña electoral y que le regaló una botella de vino que mostraba en su etiqueta lo poco que recibían los productores primarios sobre el precio final del producto, apenas entre 4 y 6%.
“De una botella que en el mercado estaba unos 150 pesos, al productor se le paga con suerte 7 pesos y en cuotas. Ese porcentaje es el mas bajo del mundo. En cualquier otro lugar la participación del productor en el precio final es cerca del 30%, pero aquí ronda el 4, 5 o 6%. Así que le dije que si no ve que ese porcentaje cambie, la cadena vitivinícola seguirá teniendo inconvenientes para los más chicos”, contó la productora esta anécdota a Bichos de Campo.,
“Se lo regalé y lo único que le pedí fue: ¿Por favor, si llega a Presidente no sienta que se solucionó la crisis vitivinícola hasta que no cambie esta porción, porque suele suceder que después los que tienen llegada a los presidentes y ministros son los grandes, los que tienen una mayor posibilidad de lobby. Ellos tienen más fuerza institucional y entonces siempre instalan sus requerimientos: el tipo de cambio, las retenciones, o que se promocionen las exportaciones. Y todo eso estaría muy bien siempre y cuando algo derramara alguna vez hacia el sector productivo, que es algo que hace años no sucede”, explicó Lizana.
Mirá la entrevista completa con la productora del oasis este mendocino:
La mayoría de los productores del Este de Mendoza (integrado departamentos de San Martín, Junín, Santa Rosa, La Paz y Rivadavia, y que constituye la principal región vitivinícola del país) son actores muy vulnerables, que están pasando una crisis económica que lleva varios años y que no solo pone en jaque su actividad sino también su vida en el campo. “La falta de rentabilidad es lo esencial que hay que recuperar para salir adelante”, mencionó Lizana.
Según su relato, los viñateros están recibiendo en esta Vendimia 2020 el mismo precio por la uva que desde hace tres años, sin mayores actualizaciones por inflación y con costos de producción cada vez más elevados. Eso lleva a que la rentabilidad sea en algunos casos hasta negativa y que se abandonen a su suerte muchos parrales. Esta agonía ya lleva siete años según sus cálculos.
“Esto definitivamente hará que quede menos gente en el campo, los viejos, porque los más jóvenes no ven la oportunidad y terminan en la ciudad a veces hasta desempleados”, destacó Lizana. “La vitivinicultura en Mendoza además de ser un negocio -para pocos hoy- es una forma de vida, de arraigo y generación de trabajo”, aclaró.
Según su mirada sobre la larga crisis de esta economía regional, “es verdad que todos los actores de la cadena del vino están pasando un mal momento, excepto los 4 o 5 grandes que fraccionan la bebida y la comercializan bajo diferentes marcas por la Argentina y el mundo”, mencionó. “Ellos son los que se están tecnificando cada vez más -con menor uso del personal- y compran tierra de productores que van quedando en el camino”, apuntó.
Lizana aclaró que no está mal que algunos crezcan y se tecnifiquen, pero que consideró que ese proceso debería derramar a los chicos para que puedan seguir existiendo. “Pasa que los que más poder de lobby son los grandes, que pueden viajar muchas veces a Buenos Aires y tienen sus propios reclamos, como tipo de cambio, exportaciones o publicidad para el vino. Que está bien, pero los chicos quedamos abandonados”, insistió.
Para la presidenta de APROEM sin dudas tiene que aparecer alguna intervención del Estado para corregir las distorsiones y las situaciones de abuso de posición dominante de los más grandes sobre los más chicos. “Bajo la situación actual son solo 4 o 5 los que se benefician y no tiene mucho sentido que se formen cooperativas de productores o bodegueros si a la larga no logran independencia y les terminan vendiendo a estos pocos grandes”, aclaró.
Por otro lado, Lizana se mostró indignada porque el Plan Argentina Contra el Hambre (PACH) no incluye esta problemática de los productores. “Es inútil que existan las mesas del hambre cuando el la Argentina se tira la fruta y la verdura. Si no atacamos las necesidades de los productores de alimentos, van a tener que importar los alimentos para paliar el hambre y serán cada vez más los habitantes necesitados, porque los actuales productores se volverán pobres desempleados”, consideró.