José Luis Méndez es profesor de educación física en Mar del Plata, y sus actividades al aire libre le permitieron encontrar en el bosque Peralta Ramos una excelente oportunidad de producción del chilto, también conocido como tomate de árbol o tamarillo, en lo que es un proceso de rescate de frutales nativos, de cuidado de la biodiversidad y de fomento de la agroecología.
“Desde chico mamé el tema de la huerta en mi casa, y el amor por la naturaleza me llevó a investigar en la línea de la permacultura, un sistema basado en las características del ecosistema natural, y el bosque de alimentos, que provee de frutas y hortalizas, regenera el suelo y promueve la fertilidad de la tierra. Así encontré a los frutales nativos que se adaptan muy bien en esta zona de bosques donde estoy yo. Fue así que en una de las investigaciones me encontré con el chilto”, describió Méndez a Bichos de Campo.
José Luis explicó que “esta especie proviene de Salta, Tucumán, Jujuy y del sector oriental de los Andes, Perú, Bolivia, Chile. Además es un árbol de soto bosque, es decir que vive debajo de otros árboles mayores. Y se ve que en el bosque de Peralta Ramos encontró un lugar que le gustó mucho”.
El bosque donde produce Méndez se extiende sobre 1.000 metros cuadrados. Allí cuenta con una población de 20 árboles de chilto y otros frutales, todo en medio de eucaliptos de más de 60 años, lo que genera un micro clima especial. “Calculá la acumulación de materia orgánica que hay acá. Es impresionante. Por ende yo no uso agroquímicos. En todo caso uso algún biol o abono orgánico que me preparan algunos amigos”, dijo el productor.
Según Méndez, “el chilto o tomate de árbol fructifica al año y medio, tiene una altura máxima de 3 metros y a partir de los 2 años empieza a producir de 20 a 25 kilos de fruto por árbol”.
En cuanto a su consumo, el fruto es utilizado como el tomate común, a excepción de la cáscara que no se utiliza porque es muy amarga. Y aunque su sabor difiere del tomate convencional, es muy rico y admite múltiples usos. “Se lo puede emplear para hacer dulces, mermeladas, salsas, helados, o se lo puede comer al natural”, comentó el marplatense.
La producción de chilto arranca desde abril y es escalonada. “La franja es muy grande, incluso cuando el tomate común no está en su mejor momento, y es ahí cuando se lo puede emplear al chilto como sustituto. Además, una vez cosechado el fruto dura mucho porque tarda mucho tiempo en degradarse, lo que le da una cuota extra”, añadió.
Escuchá el reportaje completo realizado a José Luis Méndez:
Méndez remarcó que tiene una buena producción de chilto si bien dejó en claro que no se dedica exclusivamente a cultivarlo. “Por ahora estoy en una transición entre la docencia y la producción, pero tengo varios árboles junto con otros frutales nativos que estamos tratando de recuperar y que mucha gente no conoce. Por eso, lo que estamos haciendo acá es un rescate de la biodiversidad que tenemos”.
José Luis trabaja junto a Alejandra en la tarea de investigar las adaptaciones de este tipo de frutales nativos. Un emprendimiento que, según relató, “casi que empezó como un hobby, y ahora le estamos dedicando más tiempo”.
Méndez cuestionó el monocultivo al que tienden muchos productores en Argentina y dijo que “estamos sumergidos en la monocultura y en una sola forma de pensar la producción, cuando la biodiversidad apunta hacia otro lado, hacia diversificar los cultuvos, proteger el suelo. Cuando uno diseña un bosque de alimentos también se apunta a eso, a que en cada estrato del bosque haya algo productivo que rinda y que produzca algo. De esta forma apuntamos a cuidar el suelo”.
El docente y productor remarcó que “la misión es cuidar y recuperar los suelos, pero hay que hacerlo de modo orgánico y natural, ya que la tierra es capaz de dar todos los nutrientes que las plantas necesitan. No hay que creer que todo viene de afuera”, recomendó.
También investiga los sistemas agro-forestales e incluso hizo cursos en Brasil, en donde se cuestiona el sistema de deforestación y el fomento del monocultivo de la soja. “Ellos hicieron un desastre con la deforestación y con la soja. Realmente allá es deprimente porque arrasaron con todo, y toda esa biodiversidad y riqueza que hay de la selva original en algún momento se agota. Una lástima porque se pierde vida del suelo”.
Como mensaje final, Méndez apuntó a quienes realizan agricultura convencional. Opinó que “tanta gente se enferma a causa de los agroquímicos, y el camino de la agroecología es un camino inverso. Es decir, la demanda debe venir de la gente y no esperar que venga de arriba la bajada de línea para que se cambie la forma de producir”.
Yo tengo una planta en casa hace años y siempre da tomates