El escenario es el que sigue:
- En octubre de 2020 el gobierno de Alberto Fernández aprobó el trigo HB4, modificado genéticamente por científicos argentinos para soportar en mejores condiciones la sequía.
- Bioceres, la empresa dueña de este OGM, sembró primero 7.000 hectáreas con esa variedad, para tener semilla disponible en el caso de que se habilitara el negocio. Y en esta campaña 2021/22 implantó cerca de 55 mil hectáreas en convenio con 225 productores.
- La habilitación comercial del trigo transgénico dependía de que esa variedad también se aprobara en Brasil, principal comprador del cereal argentino. La CNTBio, organismo regulatorio del vecino país, ha venido postergando una decisión desde junio pasado. Ahora pasó para noviembre, cuando se acerca la fecha de cosecha del cereal.
- Varios sectores de la cadena triguera, tanto en la Argentina como en Brasil,. han anticipado su rechazo a esta variedad transgénica, aludiendo que los consumidores lo rechazan. Y también han planteado sus temores a una “fuga” del HB4 implantado, que pueda contaminar lotes de trigo convencional y perjudicar a la Argentina en sus mercados.
En este escenario, el Ministerio de Agricultura reconoció la preocupación del sector y, tal como anticipó el jueves Bichos de Campo, elaboró un protocolo especial para asegurar a la cadena triguera que no habrá peligro. Mediante una resolución del Instituto Nacional de Semillas (INASE) conocida este viernes, se decidió crear una “Comisión Espacial de Auditoría para el trigo HB4”, que deberá monitorear todo este espinoso asunto.
“Créase la Comisión de Auditoría de Trigo HB4 en el ámbito de la Dirección de Fiscalización, dependiente de la Dirección Nacional de Articulación Federal del INASE”, dice la normativa que será publicada en los próximos días en el Boletín Oficial. esta es la resolución:
RS-2021-98354418-APN-INASE%MAGYP
La Comisión especial “estará integrada exclusivamente por agentes del referido Instituto Nacional”. Lo primero que hará es recibir información de parte de Bioceres, a la que se le otorgó un plazo de cinco días para informar sobre “el inventario actual de existencias en cada una de las plantas de procesamiento y/o lugares de almacenamiento con georreferencia de su ubicación. Deberá informar material clasificado, no clasificado, descartes y materiales de purga”.
Una vez definido cuánto y dónde conserva Bioceres de las semillas (en principio, la que se cosechó de las 7.000 hectáreas sembradas en la primera campaña, porque las otras 55.000 hectáreas todavía no han sido cosechadas), el INASE le permitirá “conservar hasta un 20% en calidad de semilla, debiendo identificar, en este caso, lugar de almacenamiento y condiciones del mismo, a fin de permitir su control y verificación”.
¿Y qué sucederá con el resto? El artículo 4° de la norma dictada hoy define con claridad que “todo material que no se encuentre incluido en el artículo que antecede (es decir en el 20% mencionado), deberá ser desactivado en su poder germinativo y/o procesado, debiendo informarse a la Comisión el lugar de procesamiento, cronograma de trabajo y destino del mismo, en un plazo que no exceda de los 10 días”.
Respecto del nuevo material sembrado en la campaña 2021/22 (las mencionadas 50 mil hectáreas), Bioceres también deberá informar en cinco días todos los lugares de siembra. Según anticipó oportunamente Bichos de Campo, estos están distribuidos entre 225 productores en todo el territorio nacional.
La compañía también deberá acreditar ante la nueva Comisión “un cronograma de cosecha que contendrá, como mínimo, el establecimiento a cosechar, superficie a cosechar, fecha de inicio de tareas, contratista que interviene, cosechadora o cosechadoras afectadas, y cualquier otro dato de interés” sobre este proceso.
A la vez se exigirá de la empresa con sede en Rosario, “un plan detallado de
preservación de identidad y confinamiento, que contenga asimismo un plan de contingencia que prevenga y remedie las posibles fugas de material”.
“Las plantas que se involucren en el procesamiento y almacenaje de Trigo HB4 deberán estar exclusivamente dedicadas al manejo de este material, no pudiendo procesar otro trigo convencional”, se estableció.
En el caso de esta cosecha, Bioceres será obligada a destruir la mitad de la cosecha esperada y solo podrá utilizar como reserva de semilla el otro 50%.