SurFood es una firma salteña perteneciente al grupo Familia Crestón, que produce, procesa y exporta cultvios “especiales”, entre los que se destacan los porotos negros y el poroto mungo. Ese último es más conocido en la Argentina por dar origen a los “brotes de soja”.
La producción de ese poroto se realiza en el norte argentino y más particularmente en el este de Salta, aunque la distancia a los puertos implica un gran desafío logístico por los altos costos de transporte.
Los directivos de la empresa contaron a Bichos de Campo que ese escollo -sin dudas muy serio- se pudo ir sorteando “algo con las mejoras ferroviarias, pero aun falta mucho desarrollo en infraestructura a nivel país”.

La estrategia de la empresa, entonces, es desarrollar especialidades o cultivos de nicho, como porotos, garbanzo, maíz pisingallo o semillas de sésamo, enfocándose en productos en los cuales pueden agregar valor para así poder competir en mercados internacionales.
En Argentina, dentro de la superficie dedicada a la producción de legumbres, al poroto mungo se le destinan aproximadamente 50.000 hectáreas. Es una estimación, ya que no existen cifras oficiales sobre dicho cultivo todavía.
“La producción del mungo viene creciendo, aunque depende mucho de los valores de los commodities y de la rentabilidad de las especialidades. La decisión de sembrar estos productos se toma en función de los precios y la situación económica del productor”, contó Matías Goñe, presidente y director Comercial de SurFood.
Para este cultivo, la posibilidad parece ser buena, porque los niveles de precio actuales oscilan entre los 920 y 950 dólares la tonelada en el mercado internacional (condición CFR puertos base) debido a falta de stocks en los países importadores y a falta de oferta hasta las próximas cosechas en países que son productores tradicionales.
Goñe agregó: “Ante de este contexto, el precio promedio en el primer semestre se ha visto entre 800 y 850 dólares costo y flete”.
Por otra parte, el escenario para el poroto mungo presenta mejores perspectivas si es comparado con otras especialidades. “El consumo en Asia, especialmente en países del sudeste, está creciendo a un ritmo del 5% anual, y se estima que esta tendencia continuará hasta 2030”, sostuvo.

Los destinos principales del producto argentino son Vietnam, Filipinas, Malasia y Tailandia. Al no existir aún acuerdo sanitario con China, se ve limitado el acceso de un potencial mercado de gran volumen.
También India es un gran consumidor de este producto, pero la apertura de sus fronteras se realiza de forma intermitente, dependiendo de las necesidades de cubrir desfasajes internos de stocks.
“Nuestros clientes en Asia buscan un producto de calidad, y nuestra producción cumple con los estándares internacionales”, agregó Santiago de San Román, otro de los directivos de la firma.
La estabilidad en los valores a los que se exporta el poroto mungo, explicó este empresario, permite proyectar un crecimiento sostenido en las exportaciones y en la inversión en el sector. Por eso considera que el crecimiento en volumen puede ser significativo, estimando que en Argentina se podrían alcanzar unas 200.000 hectáreas de siembra en unos años, siempre que las condiciones del mercado sigan siendo favorables y se logren acuerdos comerciales estratégicos, como el que están gestionando con Vietnam para reducir aranceles y facilitar la exportación.
En otro contexto, el mercado del poroto negro viene enfrentando dificultades relacionadas con la demanda y la competencia internacional. Brasil, que fue durante mucho tiempo el principal cliente de este ultimo cultivo, ha tenido una cosecha muy grande el presente año y empezó a producir más legumbres en su territorio, volviéndose un competidor directo.
La producción brasileña en el último año ha provocado una disminución en las exportaciones argentinas hacia ese país, que en épocas anteriores compraba entre 70.000 y 80.000 toneladas anuales, pero en la actualidad se redujo a cerca de 4.000 o 5.000 toneladas, explicaron los directivos de SurFood.

Ese magro volumen equivale a solo el 5% de lo que compraba anteriormente. En este rubro Brasil también apuesta a la autosuficiencia alimentaria y ha priorizado la producción interna de legumbres, trigo y otros alimentos básicos.
El crecimiento en Brasil, junto con la caída de la demanda de Argentina y la saturación del mercado, han provocado una caída en los precios del poroto negro a nivel global y desde Argentina como consecuencia.
Al respecto de San Roman dijo: “Esto, en términos de costos de producción, complica mucho la rentabilidad de los productores argentinos, que tienen costos operativos entre 450 y 500 dólares por hectárea”.

La caída en los precios de mercado y la sobreoferta han generado preocupaciones en la industria. “Muchos productores están evaluando qué sembrar en los próximos meses, y en este contexto, el poroto negro en Argentina ya no resulta tan atractivo. La mayoría opta por soja o maíz, que tienen mayor liquidez y menor riesgo”, indicó de San Román.
La expectativa de los productores argentinos, según ambos directivos de SurFood, es que en los próximos meses podría experimentar una baja adicional, en especial si Brasil continúa con su producción amplia, lo que desvalorizará aún más la cotización del poroto negro en el mercado internacional.
 
			 
					



