Como buen descendiente de inmigrantes italianos, Santángelo cree en el trabajo como origen del dinamismo económico.
Por eso cuenta que en su empresa “empleamos en forma directa a 2.000 personas y de forma indirecta duplicamos ese número. La industria avícola genera cerca de 100 empleos en forma directa e indirecta”, destaca.
El empresario entrerriano considera que “la avicultura es un reaccionador de la economía” y tiene la esperanza de que eso “en algún momento lo va a descubrir algún gobierno”.
Espera que cuando eso suceda el sector reciba la ayuda necesaria para “hacer crecer las inversiones y salir a competir al mundo de un modo más eficiente”.
Escuchá la entrevista a Franco Santángelo:
Sobre la coyuntura que vive el sector, Santéngelo explicó: “La avicultura está bien, aunque atravesando los problemas que presenta la economía. Somos ´esenciales´, aplicamos los protocolos y hacemos el esfuerzo necesario para llegar con el productos a los argentinos y a la exportación” en medio de esta pandemia del coronavirus.
En lo que va del año la producción de pollos viene creciendo y por eso el consumo se consolidó según datos oficiales en 45 kilos. Pero tanta oferta resiente los precios de venta a salida de fábrica.
“En este momento estamos por debajo del costo, porque cayó la demanda mundial y eso presionó al mercado interno. Estamos en precio de venta debajo del costo pero por lo menos es un producto que rota constantemente, de todas maneras hay que seguir apostando a la eficiencia”, sostiene el empresario.
Los costos y precios de venta depende de cada empresa. Pero buscando promedios el directivo de Soychú dice que “el costo ronda los 77 pesos finales por kilo de pollo entero y llega a ese valor o un poco menos al público. Si se venden partes, el valor (del pollo eviscerado) es mayor, pero hay contemplar los desperdicios”.
En cuanto a la difusión del coronavirus dijo que en el sector fue inmediata la aplicación de los diferentes protocolos y que hubo apenas uno o dos casos que se pudieron aislar sin que entraran en contacto con las líneas de producción u otros empleados.
El golpe mayor vino por el lado de la exportación, ya que se redujo el nivel de compras de Medio Oriente, un mercado importante para las empresas locales. Las avícolas como Soychú salen a competir con un dólar oficial menos retenciones (del 9%) contra gigantes en producción y productividad, como son Brasil y Estados Unidos.
Respecto de las proyecciones del sector, Santángelo dijo que “todas las empresas tenemos inversiones pendientes”.
“El mayor desafío es el de los galpones o granjas”, indica. Se requiere en este caso mejorar la eficiente productiva, incrementar volúmenes pero para eso falta financiación y que baje la inflación.
“Lo que más se necesita es un mínimo de subsidio (de tasa) pero con una inflación más normal. Si tenés inflación del 40%, por más que te den una tasa del 42% es inviable, porque los valores cambian día a día y el productor que pone la mano de obra no puede asumirlas aunque los precios de sus servicios suban. Si la inflación es alta y la tasa es alta se generan muchas dudas”, resume.
Fotografías: Cátedra Avícola