La firma Soychu se levantó de las cenizas, pues hace un par de años gran parte de su frigorífico entrerriano se prendió fuego. El accidente causó importantes pérdidas productivas y económicas. Pero la empresa logró recuperarse y continúa siendo un actor de peso en el sector avícola. El mal trago ya es historia y desde hace dos años trabaja a capacidad plena.
Franco Santángelo, titular de esa empresa, estuvo en la muestra alimentaria Anuga 2025 y contó que están faenando en la planta de Villaguay 9 millones de pollos por mes, logrando recuperar por completo la capacidad productiva..
En este contexto, aclaró que el problema del sector no está en las industrias sino en los galpones de engorde de los productores integrados a las grandes avícolas. Allí está el cuello de botella de la actividad y por eso en 2019 desde la cámara sectorial presentaron un plan para la renovación de esas granjas, que se fue atrasando, pandemia y crisis económica de por medio.
“Para ser competitivos tenemos que hacer inversiones en las granjas de crianza de pollo. Hoy la gran diferencia con Brasil está en eso y por su puesto en los volúmenes de producción”, dijo el empresario. En uno de esos modernos galpones pueden criarse unos 40 mil pollos, diez veces más que en un galpón tradicional.
Según los presupuestos que manejan las avícolas, renovar un galpón cuesta cerca de 300 mil dólares, y como se requiere actualizar 1200 de estas construcciones, la inversión necesaria se aproxima a los 360 millones de dólares.
Ante la falta de financiación por parte del sector bancario, muchas de las renovaciones se hacen con dinero de las mismas empresas que apuestan a reconvertir sus galpones y los de sus integrados.
“Muchos tienen temor de endeudarse, de hipotecar la granja. Es lo que venimos peleando hace rato, que haya un crédito que sea garantizado con el galpón mismo. Pero vamos a tener que encararlo las empresas, ya lo estamos haciendo en las granjas propias”, agregó Santángelo en diálogo con el enviado de Bichos de Campo.
El empresario consideró que el productor integrado que no se sume a la ola se quedará afuera del negocio porque su granja no tendrá la capacidad de competir con las nuevas, mucho más modernas y equipadas, y su productividad será mucho menor. “En los momentos que se gana plata somos todos iguales, cuando se empieza a empatar o perder, tener costos más bajos hace a la diferencia”, señaló.
Con respecto al mercado mundial resaltó que hay demanda y que los importadores europeos en Anuga estaban interesados en cerrar negocios por pollos de origen argentino. De todos modos, este interés se vio limitado porque ese destino está cerrado para la Argentina ante los últimos brotes de influenza aviar. Santángelo también resaltó la fuerte demanda de los demás mercados como China y Medio Oriente.