En los últimos años la producción de flores, follaje y plantas ornamentales se consolida como actividad productiva emergente y de gran potencial en Misiones en base a sus favorables condiciones agroclimáticas y como alternativa de diversificación para casi un centenar de agricultores.
Entre ellos, se destaca una familia de Colonia Luján, municipio de Garuhapé, un paraje rural al que llegaron inmigrantes japoneses a fines de la década del cincuenta, en el escenario posterior a la Segunda Guerra Mundial. Descendientes de aquellos, Julio Yamada y Yuka Yamawaki dialogaron con Bichos de Campo y compartieron su historia de vida que también es la historia de la producción que eligen e impulsan: la floricultura.
En particular, la historia de Julio, nacido y criado en Colonia Luján, tuvo su capítulo en la ciudad de La Plata donde estudió agronomía. Una pasantía le permitió incursionar y conocer la producción de flores de corte en la Cooperativa Mercoflor. Allí se formó como floricultor y adquirió experiencia en el polo productivo y comercial más importante del país en lo que se refiere a esta actividad. A su vez, fue el lugar donde Julio conoció a su esposa Yuka, contadora en la entidad cooperativa.
El conocimiento adquirido hizo que Julio incentive a su padre, productor hortícola por entonces, a producir lilium, una variedad de flores que hasta el momento no se realizaba en Misiones y que llegaba solamente desde la provincia de Buenos Aires. Posteriormente, una enfermedad de sus padres, motivó que Julio y Yuka se trasladen definitivamente a Misiones y con ese arraigo, decidieron darle un impulso de lleno a la producción de flores a escala comercial.
“En lo que refiere a flores de corte estamos produciendo crisantemos, que tenemos todo el año; gerberas, que también prácticamente la producción es todo el año, girasol y gypsophila, que sí que es más estacional pero es una flor con mucha demanda”, explica Yuka.
-¿Qué ventajas tiene Misiones para que crezca la actividad florícola como opción productiva?
-Misiones tiene mucho potencial para dedicarse a la producción florícola. Su misma naturaleza brinda calidad de suelo y agua como así también el clima subtropical. Eso hace que podamos competir o proyectar abastecer de flores, a contraestación o en la época donde menos se produce en la provincia de Buenos Aires, lo que genera una oportunidad para que podamos ofrecer flores producidas aquí en Misiones. Pero es una actividad con mucho aún para crecer en la provincia como producción alternativa porque la mayoría de los agricultores ya vienen trabajando en producción de hortalizas y modificando un poco los hábitos y prácticas, pueden adaptar su emprendimiento para dedicarse a la floricultura.
-¿Dónde comercializan su producción?
-Al principio nosotros pensábamos en producir para mandar exclusivamente a La Plata. Pero luego, comenzamos a ver que las florerías locales nos fueron conociendo y nos empezaron a hacer pedidos. Por lo tanto, la comercialización se concentró en Misiones. Arrancamos con 10, 12 clientes y hoy estamos llegando a más de 60 comercios. Si bien nosotros recientemente iniciamos la distribución y estamos creciendo, aún hay muchísimas flores que vienen aún del mercado de La Plata y de Buenos Aires para abastecer la demanda local.
-Recientemente se conformó la cooperativa MisioFlor, ¿qué nuevas perspectivas genera para la actividad en la provincia?
-La formación de la cooperativa MisioFlor es un emprendimiento que impulsamos entre una cantidad importante de pequeños y medianos productores, que nos queremos profesionalizar y que la floricultura sea una actividad que le permita desarrollarse económicamente a cada uno de los agricultores, ya que la mayoría aún la realiza de manera complementaria a alguna otra producción principal. Todavía falta un paso más para que pueda llegar a ser un medio de vida para todos los productores que decidimos trabajar en MisioFlor.
-¿Cómo se imagina el futuro de la floricultura en Misiones?
-Nosotros, como conocemos la actividad, sentimos que todavía hay muchísimo por hacer en relación a la producción. Hoy, lo que producimos es menor en relación a la demanda que puede llegar a haber, no solamente acá en la provincia de Misiones. Ahora ya existen medios de transporte bastante eficientes para llegar a los centros de consumo más importantes como La Plata o Buenos Aires. Tenemos que pensar en abastecer el consumo de las flores de todo el país. Y el día de mañana, con calidad, volumen y continuidad en la producción, hasta podemos pensar en abastecer algún mercado del exterior.
Con ventajas competitivas a parir de clima subtropical y sus recursos naturales, la floricultura misionera se presenta como una actividad emergente con un techo lejos de alcanzar aún y con la proyección de abastecer no sólo la demanda local sino de posicionarse en un mercado altamente competitivo.
La creación de la entidad cooperativa, para quienes conocen en profundidad la actividad como Julio y Yuka, marca un punto de inflexión para promover la formalización, la innovación y la expansión de la floricultura entre los colonos misioneros.