Finalmente, quince días después del anuncio, el gobierno publicó esta noche el decreto 506/2023, que eliminó de modo temporal, hasta el 31 de diciembre de este año, las retenciones que pagan los diversos productos de la industria láctea, y que llegan a 9% en el caso de la leche en polvo y al 4,5% en el resto de los productos.
Este medida había sido anunciada por el ministro de Economía y candidato presidencial del oficialismo Sergio Massa, en la que denominó Mesa Láctea Nacional, frente a industriales, algunos productores y trabajadores del sector lácteo. Fue casi un acto de campaña, que por ahora demora en aplicarse. Si la suspensión de retenciones por 90 días demoró hasta ahora, todavía falta la reglamentación de un segundo anuncio que prometió un incremento del 30% en las partidas oficiales destinadas a mejorar el precio de la leche a los tambos de hasta 7 mil litros diarios, que son la mayoría.
Estos anuncios de Massa apuntan a generar un mecanismo para volcar, según los propios cálculos de Economía, casi 10.000 millones de pesos a mejorar el precio pagado al productor, en momentos en que muchos tambos o cierran o reducen sus rodeos de vacas lecheras, pues mantenerlas en actividad les sale más caro que lo que cobran luego por la venta de la leche. La reducción de retenciones por 90 días es una manera de liberar recursos para mejorar el precio al productor. Mediante el programa Impulso Tambero, en tanto, se compensa directamente el valor pagado al productor, como reparación ante la suba de los costos que provocó el propio Massa con la implementación de los sucesivos Dólar Soja.
En el decreto que suspende las retenciones por los siguientes 90 días, de todos modos, no se hace un mea culpa sino que se responsabiliza de la crisis lechera al mercado, argumentando que “la baja en los precios internacionales para los productos lácteos, registrada a partir del segundo semestre del presente año, genera una menor capacidad de pago de las industrias hacia los productores. En este contexto de baja de precios internacionales y una débil demanda del principal consumidor mundial, la producción nacional entra en el período de crecimiento estacional con una perspectiva de aumento en los niveles de producción que redundará en una caída en los precios a pagar al productor”.
Luego sigue la sarasa propia de muchos decretos que incluyen relato para disponer finalmente que se suspenden “hasta el 31 de diciembre de 2023, inclusive, para las mercaderías comprendidas en las posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur que se consignan en la Planilla anexa, las alícuotas del Derecho de Exportación hoy vigentes, resultando de aplicación, desde la entrada en vigencia del presente decreto y hasta aquella fecha, inclusive, la alícuota del 0%”.
Quizás sea entonces el final de las retenciones a los lácteos, pues las otras opciones electorales diferentes a la que encarna Massa han anunciado que en caso de ganar las elecciones, luego del 10 de diciembre eliminarán los derechos de exportación a las economías regionales. Las provincias de la Región Centro, donde está concentrada la industria láctea, han venido pidiendo que se considere a la actividad lechera como tal.
La planilla anexa es la siguiente:
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