Hace unos días atrás, Armando Esquivel (@armandococinando) le puso fin a una serie en la que trabajó por más de 2 años y con la que demostró que para sostener cualquier proyecto digital, por más ambicioso que sea, lo que se necesita es pasión y dedicación.
Se llamó “100 formas de hacer papas” y, por estadística pura, es muy poco probable que cualquier asiduo consumidor de redes sociales no se haya cruzado alguna vez con alguno de sus videos. Y aquello que empezó en 2023 con unas sencillas papas fritas terminó esta semana con unas también sencillas papas hervidas. Las 98 recetas que hubo en el medio, son historia.
Una serie que siguieron millones de personas, se hizo en dos países distintos y terminó -como no podía ser de otro modo- en medio de un campo papero en Balcarce. Bichos de Campo repasó junto al influencer gastronómico la poco conocida pero muy interesante historia detrás de aquel proyecto.
Ver esta publicación en Instagram
“A veces, la papa no necesita nada más: hervirla y agregarle sal, pimienta y aceite de oliva. Así de fácil”. Con ese epígrafe presentó Armando su tan esperada receta número 100, el broche de oro a una idea que surgió cuando quedó desempleado y que, sin saberlo, le daría un giro copernicano a su historia personal.
Hace 3 años atrás, enseñaba lengua y literatura en los colegios secundarios de su ciudad natal, Bahía Blanca. Pasó tanta agua bajo el puente, y muchas papas sobre la mesa, que dejó los pizarrones y se terminó convirtiendo en un fenómeno de redes sociales. Todo gracias a un formato que fue su primer “piletazo” pero al mismo tiempo -cosa que rara vez sucede”- su gran hit.
Este profesor se confiesa amante del cine y, por supuesto, de la cocina. Llegó a hacer cursos y estudiar en profundidad la primera de ellas, y a ser más bien autodidacta en la segunda, más no había encontrado nunca, en sus 30 años de vida, la posibilidad de ejercerlas activamente. Menos aún, de convertirlas en un medio de subsistencia y combinarlas en un ambicioso proyecto.
La posibilidad apareció con lo que él llama la “tormenta perfecta”, una muestra más de que de toda crisis nace una oportunidad.

Por problemas de logística, Armando se vio obligado a renunciar a algunas horas de clase que dictaba en un pueblo cercano. Era pleno 2022 y en pocos meses se iba a mudar a España con su pareja a probar otra forma de vida ¿La de influencer? No, eso ni siquiera estaba en los planes.
“No quería quedarme con la espina de no haber probado eso, así que empecé haciendo videos en Youtube y fue muy bien”, recordó. La actividad le gustó, y sabía que en algún momento debía subirse a las nuevas tendencias, como Tiktok e Instagram.
El golpe de gracia lo dio luego de emigrar, cuando decidió pasar de cero a cien y lanzarse a las redes sociales directamente con “100 formas de hacer papas”. El éxito fue inmediato, como así también su decisión de poner un punto y aparte en su vida y abocarse 100% a esa nueva -y promisoria- carrera digital.
Su primer video cargado en Youtube:
“Ni en mis mejores sueños me imaginé que iba a estar viviendo todo esto”, señala el influencer. Si algún alumno le aseguraba que iba a terminar hirviendo papas en medio del campo en Balcarce para mostrárselo a millones de personas, probablemente lo hubiera mandado directo a dirección.
Durante 2 años y medio, hizo papas en todas sus formas y sabores, desde recetas milenarias, tradicionales y extranjeras, hasta las tendencias más extrañas de redes sociales. El capítulo final debía estar a la altura, por lo que decidió volver a las bases en un doble sentido: ir al campo donde -literalmente- nacen la materia prima que él utiliza, y a la vez elaborar una receta que nos acompaña desde los primeros meses de edad, la papa hervida.

Fue en uno de los establecimientos de la empresa Potato Growers en Balcarce, una firma familiar con mucha tradición en la actividad que, a través de su dueño, Gastón Viani, contactó a Armando algunos meses atrás para ofrecerle la provisión de su principal materia prima.
El ofrecimiento no era menor para él, no sólo porque usaba papa en cantidad para ensayar y montar sus videos, sino porque las necesitaba de cierta calidad y características para que culinariamente funcionaran. Eso, asegura, no le había significado un obstáculo en España, donde la oferta suele estar más segmentada y las variedades se distinguen en el mercado, por ejemplo, por su calidad para freír.
“Por eso, buena parte de la serie, las 80 recetas iniciales, las hice con papas que compraba en una verdulería”, explicó Armando. Fue ese el método que mantuvo cuando regresó a Argentina, por lo que, para cumplir con sus “mañas” de buen cocinero, tenía la costumbre de comprar el producto en diferentes lugares hasta que -haciendo “buenas migas” con el verdulero- encontraba lo que necesitaba.
Cuando fue contactado por la familia Viani, no sólo encontró el modo de ahorrarse tiempo sino que se topó, sin esperarlo, con el cierre que necesitaba para su historia.

Para el número final, Armando ensaya lo que ya hizo hasta el hartazgo: abre la bolsa de arpillera, pela y lava las papas y, como lo hizo en los anteriores 99 videos, explica la receta a su audiencia. Ya no en su cocina de España, o en la de Argentina, sino con un paisaje digno de un cuadro: las sierras de fondo y los brotes verdes en el suelo.
“Yo sabía que quería hacer algo diferente, y no tuve mejor idea que mostrar donde todo empieza”, explicó el influencer.
De ese modo, la receta más importante de todas terminó convirtiéndose en un cierre de varias brechas: entre el plato que llega a la mesa y el eslabón productivo donde todo nace; entre la digitalidad y la el mundo analógico, y entre los planos cortos, editados y atractivos de las redes sociales que difícilmente puedan hacerle justicia al inabarcable paisaje que ofrece, por ejemplo, un campo sembrado.
Ver esta publicación en Instagram
No hay que dejarse engañar, porque detrás de ese cocinero y personaje público que es hoy, con 2,8 millones de seguidores en Instagram, 4,8 millones en TikTok y 740.000 suscriptores en Youtube, aún sobrevive el profesor de lengua y literatura.
Es aquel que se admite “súper obsesivo y autocrítico” con cada contenido publicado, que estudió, practicó y volvió a estudiar las veces que fueron necesarias cada receta antes de prender la cámara, que escribió guiones, pensó narrativas y no dejó ni una palabra, y ni un plano librado al azar.
Pero también aquel que se animó a dictar sus clases -sus “100 formas de hacer papas”- sin tener la currícula siquiera completa, pues cuando pensó su primer contenido, en mayo del 2023, sólo tenía una lista que, como mucho, llegaba a las 50 recetas. Como “50 formas de hacer papa” no tenía sonoridad, ni era marketinero, jugó fuerte de entrada, y se hizo el camino después.
“Me tiré un poco a la pileta porque, si había podido anotar 50, tenía que haber 100”, admitió, entre risas.

También fue un profesor que, sin dejar de ser metódico, supo cuándo era necesario poner el pie en el freno y no dictar sus clases. “Tuve épocas de desgaste porque quería hacer otras cosas y estaba metido en las ´100 formas de hacer papa´”, admite.
Por eso nunca completó el listado de las 100 recetas de una vez, sino que planificó los contenidos de a tandas. Fue una forma de avanzar en su proyecto sin abrumarse, aún cuando más de un comentario en sus videos auguraba que se iba a quedar sin ideas. No sólo no sucedió, sino que estuvo lejos de eso.
Ver esta publicación en Instagram
“Fui cuidadoso y elegí recetas donde la papa fuera la protagonista”, explicó. Naturalmente, la lista se fue llenando con el tiempo, aún cuando hubo baches temporales considerables.
El más marcado fue entre octubre del 2024 y abril de este año, 6 meses completos en que no se publicó ninguna nueva forma de hacer papa. El período coincidió con su regreso a Argentina, tras un año y medio en España, forzado a abandonar el proyecto de la inmigración para aprovechar las oportunidades laborales que se presentaban acá.
Pero también, asegura, fue “una forma de tomar carrera para el sprint final”, pues ya tenía 80 recetas publicadas y sólo restaban 20. Entre ellas, una no menor, la número 100.

Por eso haber visitado un campo de papas y cocinar desde allí tiene para él un sentido distinto. Entre tanta vorágine, señala, fue justamente en ese contenido donde le dio un poco más de rienda suelta al Armando profesor, y al Armando amante de contar historias, hasta ese entonces más bien escondido detrás del Armando influencer.
“Esto deja una puerta abierta a explotar aún más lo didáctico. Me gustaría, a futuro, seguir explorando esa línea, porque es ahí cuando el profesor vuelve a salir a la superficie”, aseguró
Ver esta publicación en Instagram
El final de la nota queda reservado a una pregunta que quedó en el tintero toda la entrevista.
– ¿Por qué elegiste la papa?-, le preguntó Bichos de Campo.
– Porque no conozco a una persona a la que no le guste, por eso a esas recetas les va muy bien en internet-, respondió, con mucho pragmatismo. Algo nos dice que detrás del éxito de “100 formas de hacer papa” la popularidad del tubérculo no lo fue todo.





