María Alejandra Marino acompañó días atrás a un grupo convocado por al asociación civil Fertilizar para ver diferentes campos ganaderos en la zona de Balcarce, donde ella investiga. Esta ingeniera agrónoma es docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata y se especializa en la fertilización en pasturas en campos ganaderos.
¿Pero cómo? ¿Fertilización en campos ganaderos?
En efecto, llama la atención. En general los productores fertilizan el trigo, fertilizan el maíz, y ahora cada vez más se está hablando de la fertilización en soja. ¿Pero fertilizar pasturas en los campos ganaderos? Es lo que el programa Colonia Agropecuaria conversó con esta profesional, que llevando a cabo junto con Fertilizar ensayos de nutrición en la provincia de Buenos Aires junto con la Unidad Integrada Balcarce.
-¿Por qué empezamos a hablar de golpe y porrazo de fertilización en pasturas? Es raro escuchar hablar de fertilización en pasturas.
-Es exactamente así, en la Argentina la aplicación o la recomposición de los nutrientes que se llevan los cultivos y las pasturas es escasa, pero lo es mucho más en especies forrajeras.
-No hay una cultura de ni siquiera medir cuántos nutrientes se lleva una pastura.
-Bueno, eso de no medir es una generalidad, pero es mucho más grave en pasturas y en recursos forrajeros. Por decirles una anécdota, cuando recorremos campos ganaderos la gente del campo me dice “acá nunca entró una fertilizadora”. Y no, claro. No hay costumbre. No hay mucho conocimiento y hay una suposición de que en ambientes ganaderos la fertilidad natural es alta. Y bueno, eso a veces no es tan así.
-Siempre aparece la ciencia para decirnos que podemos estar equivocados. ¿Qué dice la ciencia? Me imagino que tu objeto de estudio es tratar de medir los suelos y los nutrientes en los campos ganaderos.
-Exacto. Y esto va un poco de la mano con esta necesidad de ser más eficientes y tomar decisiones en base a datos. Lo que proponemos es que se conozca la cantidad de nutrientes que ofrece cada ambiente, la cantidad de nutrientes que requiere cada recurso forrajero, y en base a eso empezar a trabajar con estrategias de fertilización inteligentes y bien eficientes.
-No tirar al voleo porque no sería lo recomendable tampoco, sino tener un diagnóstico previo.
-Es exactamente así. Hace muchos años que venimos trabajando en este tema, el productor a veces es reacio a hablar de fertilizantes por el precio, porque lo asumen como un insumo caro, pero en otras partes del mundo lo que se está haciendo es trabajando con estas aplicaciones eficientes por un tema ambiental, por causarle el mínimo impacto al medio ambiente. Entonces, va por dos lados. Va por un lado de no tirar fertilizante sin sentido, para que sea económico, rentable, aumente la productividad y sea amigable con el medio ambiente.
-¿Y qué hay que empezar haciendo un análisis de suelo aún en los campos ganaderos? ¿Tratarlos como si fueran un lote agrícola?
-Correcto. Lo primero que hay que prever es cuánto pasto necesitamos para nuestro rodeo. Después, empezar a evaluar cuál es el ambiente donde vamos a establecer los recursos forrajeros, qué especies, cuánto van a demandar las especies que nosotros vamos a manejar. Y ahí sí, hacer un análisis de suelo para ver qué nos ofrece el ambiente para abastecer esos recursos.
-En general, los estudios que vienen haciendo, ¿qué les muestran a ustedes? ¿Que somos deficientes en qué nutrientes? ¿En qué pasturas se requieren más nutrientes?
-El requerimiento de nutrientes es más o menos parecido a lo que necesitan los cultivos. En la medida en que el rendimiento esperado de la pastura sea mayor, la demanda de nutrientes va a ser mayor. En región pampeana, al igual que en cultivos, los nutrientes más deficientes son fósforo, nitrógeno, puede aparecer azufre, eventualmente potasio, y los micronutrientes. Pero los dos que se llevan la gran responsabilidad del rendimiento en pasturas y pastizales son fósforo y nitrógeno.
-¿Y cambia mucho el rendimiento de acuerdo a la aplicación de fertilización?
-Está medido que en región pampeana los recursos forrajeros, pasturas y pastizales rinden la mitad o la tercera parte de lo que podrían producir si estuvieran bien manejadas y bien nutridas.
-Es un montonazo eso. Si ya hay mucho pasto en la pampa, en la región pampeana, y vos me decís que se puede más que duplicar la producción.
-Permitime que haga un comentario que siempre hago: La región pampeana es una región privilegiada para producir pasto. Con 800 a 1000 milímetros de lluvia, 15 grados de temperatura media en año… Entonces tenemos que aprovechar ese beneficio que nos da el ambiente para producir pasto. Y bueno, lo que necesita es que lo manejemos bien y que la nutramos bien. Ahora, la dificultad es muy cultural. Primero, que los productores no se imaginan esto, y después que es muy difícil medir. Bueno, pero hay manera de medir la producción de materia seca por hectárea y uno puede calcular, pero medir en términos económicos el beneficio de la fertilización.
-Si vos vas finalmente a cosechar el pasto o a echarle la vaca encima, ¿cómo lo traducís? ¿En mayor carga animal por hectárea? ¿Hay algún modo de convencer al productor?
-Ese es el problema. Lo que decimos siempre es que vos cuando fertilizas un cultivo, un trigo, un maíz, viene la cosechadora y cosecha hasta el último grano, y entonces tenés una medida bien exacta del impacto de la fertilización, de la nutrición. En la parte ganadera, la que cosecha el pasto es la vaca, y entonces se desdibuja el beneficio de la fertilización. Si bien están apareciendo nuevas tecnologías para facilitar la medición de pasto, todavía el productor argentino no tiene a disposición muchas de estas tecnologías.
-Pero está claro que es un camino que en algún momento hay que empezar a recorrer esto de pensar en fertilización en pasturas.
-Es un camino que ya se está pensando en recorrer. Sinceramente, se abren muchas posibilidades para la ganadería, y hay una nueva generación preocupada por ser más eficientes, incrementar la productividad, y eso va de la mano de mejorar la nutrición del pasto, aprovechar mejor el pasto disponible, y manejar mejor el sistema ganadero. Así que creo que el futuro a corto plazo va a ser muy positivo.
-¿Y si no lo hacemos? Te cambio la pregunta: si no lo hacemos, ¿vamos degradando los suelos? ¿Las pasturas se llevan nutrientes como sucede, por ejemplo, con la soja?
-Sin ninguna duda, y te doy otro ejemplo. Nosotros suponemos que lo más extractivo son los cultivos. Bueno, no hay una producción más extractiva en nutrientes que un maíz para silo, que cada vez se usa más, o una forrajera para reserva forrajera. Esas son las cubiertas más extractivas que hay en nutrientes, y cada vez son más importantes en la cadena forrajera. Entonces, ¿qué pasa si no se nutren bien los recursos forrajeros? Se va deteriorando el recurso suelo, se va favoreciendo la erosión del suelo, un montón de aspectos negativos.
-Ahí también hay una cuestión cultural a resolver, porque uno ve la imagen de una pastura y dice “qué lindo el pasto verde”. Y lo asocia con lo sustentable, cuando quizás abajo están pasando otras cosas.
-Ahí vamos. La pastura, sobre todo la pastura perenne, la que persiste año tras año cubriendo el suelo, está fijando carbono todos los días del año, y ese carbono que fija forma parte de las raíces y la materia orgánica del suelo. La nutrición afecta tanto la parte aérea como la parte radical. Dicho de otra manera, pasturas mal nutridas fijan menos carbono, secuestran menos carbono, y hacen que el sistema ganadero sea mucho menos sustentable.