El dólar. Ese bendito billete verde que cada vez que sube hace tambalear a todas las actividades económicas en Argentina. El primer día hábil de julio ya arrancó sobre la base de los $29,03 y la gran pregunta es cuándo se quedará finalmente quieto. Fernando Marengo, economista jefe de Arriazu Macroanalistas, cree que habrá que trabajar mucho todavía para encontrar una estabilidad económica duradera.
“Tenemos que bajar el nivel de gasto agregado, lo que implica un ajuste. El problema es que nadie quiere pagar el ajuste. Es por eso que hay una disputa política. Pero la realidad es que ese ajuste lo termina siempre pagando el más débil, por caso el empleado que no está sindicalizado. Y además, nunca falta un político iluminado que encima propone que expandamos el gasto, para que la gente tenga más dinero en el bolsillo y gaste más. Pero con esto no entendemos que lo que cambió en realidad es la restricción presupuestaria”, explicó Marendo en diálogo con Bichos de Campo.
Según el economista, el mayor porblema es que “la Argentina arrastra 70 años de deterioro permanente, donde lo recurrente fueron siempre las crisis, en las cuales el país siempre gastó más de lo que generó. Para tener una idea de la situación actual de la economía argentina, el mundo que nos venía financiando un gasto mayor a nuestros ingresos decidió desfinanciarnos”.
Marengo explicó que quien nos presta dinero “es un inversor, que lo que busca es maximizar una ganancia pero ajustada por riesgo. En el último tiempo, la situación mundial se deterioró, lo que impactó de lleno en las economías emergentes. Al apreciarse el dólar, el precio de las materias primas tendió a caer, con lo cual, los países productores de esas materias primas, vieron disminuir sus ingresos”.
A lo descripto, Marengo agregó que “hay que sumar que en Argentina hubo un cambio de metas de inflación, lo que puso en dudas la independencia del Banco Central; la lucha por la reforma laboral jubilatoria, la discusión para retornar las tarifas a niveles del año pasado, con lo cual no se bajaría el déficit fiscal; y es un país que necesita financiamiento, pero al que le financia le impone un impuesto, el de la renta financiera de los extranjeros”.
La política cambiaria argentina es otro tema a considerar para Marengo. “Tanto el extranjero como el argentino piensan en dólares, donde el que tuvo pesos siempre perdió. Por eso, cuando empezó la crisis hacia fines de abril, el Banco Central, en vez de defender el tipo de cambio o moverlo una sola vez y dejarlo fijo, lo fue moviendo de a poco. Y consideremos que esta moneda es el único bien que cuando sube de precio, todos queremos comprar mas, porque no sabemos cuál será su valor final”, argumentó Marengo.
El economista consideró que “el Banco Central salió a vender dólares que el FMI le prestó al Gobierno para tratar de tranquilizar al tipo de cambio, y lo hizo a un ritmo de 100 a 150 millones por día y como no le pareció suficiente, licitó 300 millones más. Yo estoy de acuerdo con esa política, pero siempre y cuando esa venta de dólares tenga un programa por detrás; porque el Banco Central, vendiendo dólares y estabilizando el tipo de cambio, lo único que hace es ganar tiempo”.
¿Cómo salimos de este embrollo económico? Para Marengo, no se puede eludir la restricción presupuestaria. Por ende, buscar soluciones mágicas, lo único que hace es exacerbar el problema y terminar con más recesión.
“Lo primero que hay que hacer es atacar el corto plazo que es lo que hace el Banco Central. Lo segundo es revertir las expectativas con los vecinos que nos prestan y ajustar el gasto un poco más. Lo tercero y fundamental, y lo que nunca logró Argentina en 70 años, es aumentar los ingresos del país, lo que implica un desafío de largo plazo y un modelo de desarrollo de país que nos demanda ser competitivos, bajando la presión tributaria y abriéndonos más al mundo. Hoy el único sector en condiciones de hacer eso es el sector agropecuario y le está siguiendo el sector energético”, concluyó Marengo.