El sueño de subirse y probar una cosechadora John Deere, una Case IH, una New Holland o una Challenger, todas en el mismo día, puede llegar a darse no solo en una exposición dinámica a campo sino en el living de la casa. Desde hace un par de meses crece cada vez más entre los jóvenes (y no tan jóvenes) el furor por el Farming Simulator, un juego lanzado en 2018 por Giants Software, de Suiza, y en donde se pueden disfrutar de más de 300 vehículos rurales de más de 100 marcas.
No es un simple simulador para pasear sobre los tractores. El juego simula todas las actividades agropecuarias, con planes de negocios, de siembras, todos los tratamientos de cultivos y hasta los manejos comerciales de los granos cosechados.
Encima, en estas últimas semanas, la descarga de su versión 19 es gratuita para todos los usuarios de PlayStation Plus, algo ideal para épocas de encierro por el coronavirus. Tuvo un gran éxito y se llenó de comentarios en las redes sociales.
“Conviértete en un auténtico granjero y haz prosperar tu granja en dos territorios gigantescos (americano o europeo) repletos de actividades granjeras, productos que cosechar y animales que cuidar”, invitan desde la página de PlayStation. “Haz crecer tu granja online con otros jugadores y descarga modificaciones creadas por la comunidad para disfrutar de una experiencia increíble”, agrega.
Las distintas marcas no se quieren quedar afuera y van sumándose a través de actualizaciones. Por ejemplo, con el pack de equipamientos Kverneland & Vicon, que estará disponible el 16 de junio, los jugadores tendrán acceso a una gama de productos de 20 piezas agrícolas, como empacadoras, arados, jardineras y otros del fabricante noruego con más de 140 años en el mercado.
Para los que lo han jugado (o los que lo vieron jugar) se está ofreciendo una experiencia de usuario realmente sorprendente. Las gráficas son muy reales. Basta con ver el trailer del juego:
Joaquín Fervari vive en Emilio V. Bunge, partido de General Villegas, y trabaja de promotor en las acciones que lleva a cabo AcaSalud por el interior del país. O trabajaba: con la cuarentena hace varias semanas que está en su casa y todas las noches “la da al vicio” junto a Mateo Lovagnini, estudiante de administración agropecuaria y compañero de trasnochadas.
“El juego nos atrapó porque es muy real. Crecen malezas, tenés que tratarlas, tomas decisiones todo el tiempo, decidir a qué puerto mandar los granos… Podés elegir todo tipo de actividad, poner ganado, sembrar avena, hacer rollos para eso. Hacés de cuenta que realmente estás en el campo”, explica Mateo.
Joaquín también hace hincapié en la realidad, no solo de los gráficos, sino de las actividades a desarrollar para poder ir progresando: “Tenés que producir granos para poder venderlos e invertir en maquinaria. No es que la plata la hacés así nomás, cuesta esfuerzo”
“Además cuando arrancás tenés como varias opciones de inicio. En una te dan una cosechadora medio viejona, un tractor chiquito, dos o tres lotecitos. O peor, también podes elegir arrancar con nada de nada y arrancás como empleado de contratista, y vas viendo cómo te las arreglás. También podés arrancar con mucha plata, tipo inversor y vas viendo que hacés, que campo alquilar, a quién contratás”, ejemplifica Mateo. No solo es un “elige tu propia aventura”, como aquella colección de libros de décadas atrás, sino que es un “elige tu propia cuna”.
Juan tiene 13 años y es el hijo de Guadalupe Covernton, jefa de Promoción del Grupo Don Mario. Su padre, Federico Recagno, también está vinculado al campo: trabaja en la cerealera COFCO. Pero Juan nunca mostró mayor interés por el agro, si por “la Play”. “Antes jugaba a otros juegos, como al GTA (Grand Theft Auto, “gran robo de autos”) y cuando arrancó con este juego lo primero que se encontró es que no tenía que irle a robar granos al vecino sino que ahora tenía que producirlos. Y ahora me cae a las 11 de la noche diciéndome ‘mamá, la colza! se me cayó el precio´. O lo escucho protestar porque el cosechero le dejó una franja. Cosecha, vende, va a puerto, está buenísimo”, explica Guadalupe.
Y acá estamos aprendiendo a ser productor en la Play. Su empresa se llama DONMARIO. 😊
Contratistas, semillas, surcos, máquinas y silos. Costó el carro y la primera franja de trigo fue toda al piso.
Siembra, fertilización, cosecha… y labranza antes de volver a sembrar 😭! pic.twitter.com/9q5477rk10— Guada Covernton (@guadacovernton) May 25, 2020
El “campo” de Juan, obviamente, se llama “DONMARIO”. Su madre (ex integrante del staff de AAPRESID) se lamenta de la “labranza antes de volver a sembrar”.
Marco Prenna, sub director de Insumos Agropecuarios e Industrias de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) y presidente de Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA), tuiteó: “El agro llegó a la Play… ja. Mi hijo jugando con sus amigos al #FarmingSimulator19, esta vez no le pongo horario, ja”
El agro llegó a la Play… ja. Mi hijo jugando con sus amigos al #FarmingSimulator19 , esta vez no le pongo horario ja pic.twitter.com/IfmQLGFiL7
— Marco Prenna (@marcoprenna) May 10, 2020
En el video se puede ver a Felipe Prenna charlando con sus amigos que juegan en línea con él sobre una cosechadora que “compraron”. Marco, el padre, explica que pese a ser un ingeniero agrónomo, “nacido y criado en el interior cordobés”, sus hijos “son más urbanos que rurales”.
“Cuando empezó a jugar a éste juego y se fueron enganchando con los amigos se me dio una oportunidad que no la esperaba. Sus amigos también son urbanos pero él les dijo ´mi papá es agrónomo y nos va a ayudar´. Y es algo muy interesante: los ayudo a decidir en base a un presupuesto, que maquinaria comprar, que cultivos hacer, explicarles para que sirve cada maquinaria, explicar que es un cabezal maicero. Y todo esto no solo le llega a Felipe sino a sus compañeros, que ninguno está para nada vinculado al campo. Ojalá se prendan y enganchen muchos más chicos”, desea Prenna.
En la página web de Giants Software podemos descubrir que existe una “liga”, la FSL (Farming Simulator League), donde se puede competir “contra los mejores jugadores del mundo para ganar premios por valor de más de 250,000 euros”. La “liga” está auspiciada por empresas de tecnología, auriculares y sillas para gamming pero también por Corteva Agriscience – una de las empresas líder mundial en fitosanitarios que surgió de la fusión de Dow y Dupont – y la DLG, que es nada menos que la Sociedad Agrícola Alemana, la rural de los germanos.
“Me parece que comunicacionalmente a nosotros como industria, que nos cuesta acerca campo con ciudad, (el juego) es una excelente herramienta para pensar a futuro”, se entusiasma Guadalupe Covernton. “Hoy, si te metés en el juego ya ves que muchas empresas norteamericanas lo están haciendo”, agrega.
Y gran razón tiene. A simple viste parece que las grandes marcas de la maquinaria agrícola mundial ya lo tomaron en serio y muchas empresas de insumos empiezan a aparecer. Pero el Farming Simulator en realidad abre las puertas a que un sinfín de niños y adolescentes de las grandes urbes se metan de cabeza en el negocio agrícola de una forma más que didáctica.
Las páginas especializadas nos informan que “la más reciente edición, Farming Simulator 20, es un interesante giro a la experiencia diseñada para Switch y dispositivos móviles, permitiendo asentar la gestión a través de las pantallas táctiles sin renunciar a la conducción”.
Nosotros leemos atónitos, tratando de entender que nos quisieron decir a los viejitos que jugábamos al Estanciero con fichas de cartón.