Pasan los días y el faltante de gasoil es cada vez más marcado, mientras crece la la incertidumbre y desesperación de los productores que no cuentan con el combustible necesario para desarrollar sus actividades normalmente. En todo el norte hay siembras que necesitan avanzar, pero sin ese insumo vital corren riesgo. Por ejemplo la del trigo y otros cultivos de invierno.
Ya también está en progreso la cosecha de maíz y de soja, aunque también hay cultivos regionales que generan mucho movimiento económico y empleo en las provincias extra-pampeanas. Por ejemplo, nadie parece haber reparado en que una vez que se encienden en mayo/junio las calderas de los ingenios azucareros ya no se puede detener la zafra hasta el final de la temporada. El jefe de Gabinete, Juan Manzur, eso debería saberlo bien, pues proviene de Tucumán, epicentro de la industria azucarera.
“La situación es muy delicada. El faltante es importante y se percibe hace 50 días y con más intensidad en las últimas dos semanas en toda la provincia”, advirtió Sebastián Murga, presidente de la Sociedad Rural de Tucumán.
El dirigente explicó: “Si había un momento en el que no podía faltar gasoil era este, aquí empieza la trilla de maíz y estamos en la siembra del trigo, también promedia la campaña de limón y comienza la zafra de azúcar”. En este último caso, el trabajo es así: cuando se corta la caña con la cosechadora, en menos de 24 horas debe volcarse la carga en los trapiches, pues a medida que pasa el tiempo los rendimientos industriales de la caña van reduciéndose. Los enormes ingenios (Tucumán tiene más de una docena) no pueden parar y deben ser alimentados de modo permanente hasta fines de octubre o noviembre.
Murga dijo que el gasoil que se consigue y que valía 120/130 pesos pasó luego a los 160 pesos, pero ahora ronda los 210/220 pesos por litro.
“En la estación de servicio es más barato que el valor que tienen los mayoristas, que se lo reparten a los productores. Pero además del precio, cuando se lo consigue te entregan muy poco. Uno pide mil litros y le dan 200 o 300”, explicó.
Sin energía nada funciona, se paraliza cualquier actividad y eso pone en riesgo la producción, las inversiones y el empleo. “Los productores eligen que actividad encarar y cuál postergar. Aquí muchos priorizan la cosecha de caña y postergan la siembra de otros cultivos lo que impactará en la oferta futura”, indicó Murga.
El dirigente dijo que además de poner en riesgo al sector agropecuario, “como consecuencia de la falta de políticas para el sector y la imprevisión de los funcionarios, también está en riesgo el empleo. Sería impensado que dejen de funcionar los ingenios que dan mucho empleo”.
El productor dijo que la caña de azúcar requiere en este momento de 2.500 fletes cortos por día. “Esto no se puede parar. La actividad azucarera emplea a más de 100 mil personas y tiene componente social importante. Es impensado el riesgo social si frena esta industria que es la que más puestos de trabajo da en el sector privado”.
Murga indicó que lo mismo sucede con el limón, que en esta época del año requiere de camiones para enviar la mercadería a los puertos, aunque en este caso se trata de fletes más largos. “Hasta septiembre al menos tenemos en Tucumán un consumo alto de gasoil; el faltante no es por mayor demanda como indicaron algunos funcionarios sino por falta de previsibilidad y de política agropecuaria”, finalizó.