Luego de que la semana pasada una helada intensa golpeara a los cultivos de trigo localizados en el sur de Brasil, esta semana un nuevo evento severo volvió a afectar al cereal.
En la mañana de hoy buena parte de las regiones trigueras del estado de Paraná, donde se concentra la mayor parte de la producción de trigo de Brasil, registraron temperaturas en un rango de -2,5 a -4,5 ºC, según registros del Sistema de Tecnologia e Monitoramento Ambiental do Paraná (Simepar)
La mala noticia es que, según proyecta Aprilis Meteorological Services, la ola polar seguirá hasta mañana viernes 30 de julio, para luego comenzar a disiparse a partir del sábado.
La cuestión es que la mayor parte de los trigos afectados se encuentran en pleno período crítico de formación de rendimiento –entre encañazón y espigazón–, con lo cual en los próximas días, cuando se haya retirado la ola de frío, se deberán estimar los daños productivos.
La noticia representa un factor potencialmente alcista para el trigo argentino, dado que, ante un eventual fracaso de la cosecha brasileña, se incrementarán las necesidades de importación del cereal por parte de Brasil.
De todas maneras, el régimen de intervención vigente sobre el trigo argentino representa una obstáculo para que los factores regionales de oferta y demanda se reflejen en los valores internos del cereal.