Pese a provenir de una provincia de “signo peronista”, el ministro de Producción de Salta, Martín de los Ríos, no duda y se pone del lado de los productores que reclaman al gobierno nacional gestos y ayudas más contundentes para enfrentar la sequía.
“Una sequía es una tragedia que hoy cachetea en forma transversal a la patria toda. Nosotros hemos tenido en Salta en estos últimos días algo de precipitaciones que nos han permitido terminar la siembra de la gruesa (maíz y soja) y lo que es legumbres (Salta es la principal rpoductora de porotos), aunque tarde. No haber podido sembrar hubiera significado perder toda posibilidad”, contó el funcionario.
Más allá de ese pequeño alivio, De los Ríos contó que “Salta es un continente en miniatura”, en función de la gran cantidad de actividades agropecuarias que allí se desarrollan: la agricultura sirve para alimentar ganado y producir carne directamente en la provincia; la vitivinicultura en la zona de los Valles Calchaquíes; el tabaco en el valle de Lerma; las frutas tropicales como la banana subiendo hacia la frontera con Bolivia. “Todas han sido afectadas y golpeadas por la sequía”, apuntó el ministro.
Fue en este punto que Martín de los Ríos habló más como productor agropecuario que como funcionario provincial: “Nosotros compartimos la necesidad de que este Estado voraz, tan socio comprometido en las buenas, trate de ser un socio solidario en este momento. Necesitamos claramente que el sector agropecuario se reactive, mucho más en regiones tan alejadas de los puertos” como el Noroeste.
“Con el sobrecosto que tenemos de flete necesitamos que se le levante a este sector un poquito el pie de la cabeza”, agregó.
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El ministro salteño reclamó, como para que no queden dudas, una dismuinución de las retenciones. “Cuando yo hablo de un Estado que mitigue su voracidad fiscal, estoy hablando de menguar el derecho de exportación. Muchas cadenas productivas lo siguen teniendo. Qué decir del tabaco, que es una economía regional (y tributa 12%), que paga derecho de exportación a pesar de que se vende industrializada esa producción”, se quejó.
“A estas cuestiones realmente las tenemos que discutir armónicamente, respetuosamente, sin bandería ni ideología política, pero con un sentido de patria federal que exige un tratamiento diferencial en ciertas regiones. No, no puede ser el mismo derecho de exportación abonado en puerto a quien produce a 1500 kilómetros de distancia”, definió el ministor salteño.
En este sentido, el funcionario reclamó una actitud más solidaria del gobierno federal. “Muchos productores van a quedar en el camino y tenemos tratar que eso no ocurra. Muchos otros, si no se van pegan en el poste y tenemos que tratar de que se reencaminen. A este sector simplemente dejándolo hacer, en dos minutos se acomoda”.
“Las lluvias van a llegar, pero allí tiene que haber un compromiso serio, en acciones concretas y que se realicen, no que se anuncien con convenios de canapé, sino que sean efectivamente instrumentadas, porque todos los sectores están transversalmente golpeados por una sequía histórica y dramática que sufre la Argentina”, apuntó.
En ese sentido, el funcionario consideró que “no alcanzan las declaraciones de emergencia tampoco. Más allá de que pospongan algunos vencimientos, todavía no hemos podido lograr en la ganadería efectivamente la no retención de ganancia presunta o ganancia a la venta forzosa sea una realidad”, precisó.
“Usted va a las provincias y reniega y se pelea con AFIP, cuando es algo en teoría acordado y legal. Entonces esas cositas las tenemos que agilizar. No hablo de mala voluntad, ni de falta de diálogo, ni de desentendimiento de la gravedad de la crisis. Hablo de concretar pragmáticamente ciertas medidas urgentes”, indicó De los Ríos.
El salteño también le pegó al Banco Nación respecto de los anuncios de financiamiento que no se concretasn. “Cuando uno va y se sienta frente al oficial, ahí es cuando no funciona. Allí es donde estamos fallando, porque muchas veces tener el certificado de emergencia es contraproducente para la entidad crediticia. Lejos de ser un motivo facilitador del acceso a un crédito, es contraproducente”, explicó.