Eugenio Ferreyra maneja una ,moderna y activa bodega en la zona del este mendocino, en Rivadavia, donde renovó un viejo edificio que había pertenecido a la conocida bodega Tittarelli. Pero antes de llegar a esa instancia, Eugenio empezó muy de abajo, manejando un transporte. Así fue pasando por todos los eslabones del negocio vitivinícola.
“De parte de mis abuelos, la nuestra es una familia muy tradicional de Rivadavia”, nos cuenta Ferreyra, que tiene hasta calles con ese apellido. Pero en el tema vitivinícola, la marca Eugenio Ferreyra no es tan antigua. El comenzó en 1993 dedicándose a la intermediación de los vinos, luego armó una empresa de transporte en 1997, adquirió algunas viñas y finalmente en 2011 pudo comprar el establecimiento industrial.
Toda esa experiencia acumulada le permitió sacar una buena lectura de la situación que atraviesa desde hace unos años una economía regional clave, y por lejos la más importante actividad produciva en Mendoza.
“La concentración en grandes corporaciones es el daño más grande que hemos permitido los bodegueros y viñateros, y que nos ha llevado a esto. Hemos perdido la modalidad de vender. Antes cualquier bodega fraccionaba su damajuana o botella, tenía un mercado y vendía. Y así la Argentina llegó a tener 74 litros per cápita (de consumo). Hoy estamos en unos 19 litros, esperando no se caiga más el consumo”, manifestó Ferreyra a Bichos de Campo.
Mirá la entrevista completa realizada a Eugenio Ferreyra, bodeguero de Rivadavia:
El bodeguero -que ahora produce vinos para muy distintas marcas y no con marca propia- evocó los tiempos de su infancia, contando que por ese camino de acceso a su bodega salían 50 millones de litros por mes. Pero aclaró que ese panorama cambió mucho y la actividad casi familiar de antaño “se reconvirtió totalmente, porque todas las bodegas cambiaron de dueño; desde Gargantini hasta Tittarelli y el mismo Falasco. Se fueron reconvirtiendo en otros dueños”.
Ferreyra añadió que no solo la concentración del mercado de vino en pocas manos es el origen de la crisis vitivinícola que sacude Mendoza desde hace varias temporadas (y aclaremos que esta entrevista la realizamos antes de la cuarentena, que puede agravar el panorama). “Se trata, más bien, de una conjunción de factores. Otro muy preponderante es la falta de agua. Mendoza se quedó sin agua. Están todos los oasis totalmente secos y hemos llegado a niveles muy bajos. Ya vimos las fotografías del Aconcagua sin nieve, los diques sin agua. Todo eso repercutió”, aclaró.
Con viento más en contra que a favor, para el empresario no parece que la vitivinicultura pueda recuperar terreno en el mercado interno. Y “ahora nos toca pasar el coronavirus”, dijo el bodeguero amargado.
La última cosecha ya comenzó a mostrar efectos claros del desgaste ene l sector. “Como lo que no arregla el hombre lo arregla la naturaleza, se espera una cosecha muy pobre, que creemos que estará entre 20% y 30% menor en volumen. Y ojalá que sea esa cifra no sea mayor, porque sino le hará más daño a la vitivinicultura”, indicó.
¿Y por qué cae la producción? El bodeguero analizó que “al tener los precios tan bajos, la gente no pudo trabajar los viñedos. Además, el calor excesivo de enero perjudicó mucho y hasta sorprendió a los ingenieros, quienes pensaban que el agua estaba. Pero cuando llegaba la uva y se pesaba, las mermas eran cada vez más grandes”.
Según el bodeguero, “el este provincial siempre ha sido manipulado o tildado de que hacemos mal las cosas o no tenemos calidad, pero acá, en Eugenio Ferreyra elaboramos vinos a muchas empresas de primer nivel. Les hacemos vino, por ejemplo, a Campari, a Norton, a Gancia, a Salentein, a Bianchi. Hoy se podría decir que somos una bodega 100% de servicio. Empezamos con las comisiones, le seguimos con el transporte y después nos fijamos esa meta de servicio”, remarcó el bodeguero.
En su relato, Ferreyra manifestó con orgullo que exportan vino a granel desde hace 4 años: “Hemos cargado vino a Inglaterra, Canadá y Nueva Zelanda. El año pasado fue muy positivo para nosotros; sacamos casi 2 millones de litros afuera”.