La profundización de la seca impacta de lleno en los rindes de los cultivos y atenta contra el ingreso de divisas en 2023. En ese contexto, el Ministerio de Economía lanzó primero el dólar soja 1, con un valor de 200 pesos, y ahora estamos en el segundo tramo con un precio de 230 pesos. Así las cosas, lo que se iba a implementar por única vez, ya tuvo su revival.
En este contexto, los productores creen que habrá al menos una versión más del tipo de cambio especial para alentar las ventas de soja, que se verá originada en la caída en el ingreso de dólares que se espera por la magra cosecha 2022/23.
Como contracara, la medida generó fuertes distorsiones. Los productores que elaboran carnes, huevos o leche, o que usan a la harina o al aceite de soja como insumo, sufren la suba de sus costos. Pero también muchos agricultores cuestionan la decisión.
Eugenio de Bary, productor en Venado Tuerto y miembro de la comisión directiva de CREA, indicó sobre el dólar soja: “La medida es un parche para tapar un problema. Lo que nosotros necesitamos son políticas que nos den certezas en el mediano y largo plazo. Este parche tiene sólo una finalidad recaudatoria y financiera”.
El agricultor destacó que el dólar soja 2 generó fuertes distorsiones en tanto se les incremento el costo a los productores que consume los derivados de la molienda del poroto, así como también a las empresas que producen biocombustibles. “Luego sacaron un anexo en el dólar soja 1 para que la distorsión no genere otras distorsiones, como la de los alquileres pautados en quintales de soja”, recordó.
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De Bary consideró, en este marco, que el dólar soja es un “engaña pichanga, porque cobramos más en pesos y menos en dólares. Es más, en la primera versión el tipo de cambio de 200 pesos duró solo unos días y luego el precio (de la soja) empezó a bajar”.
El productor dijo que en esta oportunidad “se dio una baja de 25 dólares en el valor de la soja” al día siguiente al anuncio de la medida y destacó que desde entonces “se está pagando por debajo de la capacidad teórica de los exportadores”.
De Bary habló además del impacto de la seca en la región del sur de Santa Fe. “Los rindes de trigo estaba presupuestados en 4.500/5.000 kilos pero por la seca cayeron a 20/25 quintales. Cuando se agregó el efecto de las heladas se redujeron a 7/12 quintales en nuestra zona”.
El efecto de la crisis hídrica en conjunto con las heladas tardías significarán una caída de 4.500 millones de dólares en el ingreso de divisas a nivel país. A eso hay que agregar el impacto posible de la sequía sobre la campaña gruesa (soja y maíz). Por ahora no se sabe cuánto maíz no sembrado pasará a maíz tardío o a soja, y qué rindes tendrán esos lotes.
Pero lo más alarmante es el impacto en la vida de las comunidades del interior, pues detrás de esos números de catástrofe hay empresas, productores y empleados intentando sobrellevar la situación en un contexto económico adverso.
“Las economías de los pueblos se mueven a partir del campo, y esto va a afectar a los contratistas, las almacenes y los viajes de los camioneros por dar solo algunos ejemplos”, dijo De Bary.
Triste realidad que estamos viviendo, y que nos Va a llevar a un 2023 aun más catastrófico, todo esto bien descripto por Eugenio De Bary y Del Solar
Esperemos se revierta pronto esta situación ya limite