El secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, reiteró este jueves en las Jornadas Nacional de Trigo realizada en Leones que no está dispuesto a aprobar el trigo transgénico HB4 desarrollado por la empresa Bioceres hasta tanto no cuente con aval de los países que importan ese cereal de la Argentina.
El funcionario también reclamó a la empresa de biotecnología argentina que no se victimice ante esta decisión, pues ya se le han aprobado cuatro cultivos modificados y esto la convierte en la quinta empresa con más eventos comerciales a nivel global, detrás de las cuatro grandes multinacionales del rubro.
“Hay cuatro empresas grandes: Bayer (que compró Monsanto), Basf, Syngenta y Corteva. La quinta a nivel mundial después de estos cuatro monstruos globales es Bioceres. Lleva aprobados cuatro eventos, tres de ellos en nuestra gestión, y tiene por salir dos eventos más. La quinta a nivel mundial es nuestra empresa argentina. ¡Miren si no vamos a estar orgullosos de que haya ese talento y estos desarrollos en nuestro país!”, enfatizó Etchevehere, tratando de dar por cerrada la polémica que en los últimas semanas lo enfrentó con dicha empresa de tecnología y que llegó incluso a un intento de laudo por el presidente Mauricio Macri.
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Al lado de Etchevehere, en la reunión de Leones, hablaron tanto Diego Cifarelli, de la Federación de la Industria Molinera (FAIM), y Gustavo Idígoras, del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec), que ratificaron que sus sectores no están dispuestos a correr el riesgo de perder mercados si la Argentina aprueba el HB4 y se convierte en el primer país del mundo en sembrar un trigo transgénico.
“Tenemos que pensar la innovación con visión comercial. El mundo consume por año 175 millones de toneladas de trigo y nosotros le vendemos el 7 u 8% de eso. Esas 175 millones son no transgénicas, por lo tanto cualquier país que se le ocurre hacer un movimiento en sentido corre muchos riesgos”, advirtió Idígoras.
Hace 24 horas, los directivos de Bioceres, de Ciara-CEC y de la FAIM se reunieron buscando un acuerdo entre privados y eso alimentó las versiones periodísticas sobre una inminente aprobación del trigo HB4. Esas especulaciones se terminaron con las palabras de Etchevehere y de las entidades de la cadena comercial triguera. No lo quieren.
Tras enfatizar que la Argentina tiene 52 OGM autorizados desde 1996, de los cuales 18 corresponden al gobierno de Macri y los últimos 12 a su propia gestión al frente de Agroindustria, Etchevehere recordó que en el caso del trigo HB4 “hay un límite desde el punto de vista comercial y esto quiere decir que los compradores nos dicen: ‘No estamos preparados para poder comercializar este producto porque vemos que todavía hay resistencia de los consumidores'”.
“Si uno va con un producto que el consumidor no quiere comprar, se choca contra una pared”, enfatizó el ex ministro.
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De todos modos, Etchevehere se mostró dispuesto a colaborar en una “hoja de ruta” para lograr convencer a otros países de las bondades de adoptar tecnologías como la desarrollada por la firma argentina. Habló de llevar el tema a los países importadores del cereal y hasta a foros internacionales como el G20.
En la página donde la Conabia informa los eventos aprobados en la Argentina figuran a nombre del INDEAR, la sociedad que Bioceres conformó junto al Conicet, solamente tres eventos transgénicos: la soja HB4 con tolerancia al stress hídrico, un cártamo que produce quimosina bovina, y una alfalfa resistente al glifosato y bajo contenido de lignina. Pero hay que añadir la misma soja resistente a sequía a la que se le “apiló” el gen de tolerancia al herbicida glifosato.