-“Esto acá no se puede”, fue lo primero que me dijeron.
-¿Y lo segundo?
-Que estaba loco.
-¿Y ahora qué le dicen?
-Que la vaca es fea.
Milton Schneider suelta una risa tan genuina desde su metro ochenta y pico, que llega rapidísimo hasta mi metro sesenta y me contagia. Estamos en Hasenkamp, Entre Ríos, donde el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) ha organizado una jornada que tiene como protagonista el campo familiar donde Milton realizó una innovación que dio que hablar: incorporó animales de la raza Blonde d´Aquitaine, a pesar de la negativa de todo su entorno.
Ya hace tres generaciones que la familia Schneider se dedica a la producción agropecuaria. Comenzó José, el abuelo de Milton, con un tambo de Holando y una chacra donde había de todo: gallinas, elaboración de quesos y producción de granos, como trigo, maíz y sorgo. También tenían vacas de cría de la raza Hereford.
En 1996, gracias a una buena cosecha y al boom de la soja, Estelio, el padre de Milton, pudo comprar un campo más grande para sumar al que ya tenían. Hoy son en total 740 hectáreas del establecimiento El Rocío dedicadas principalmente a la ganadería, y a la agricultura para garantizar una buena nutrición de los animales.
Alguien nos ha prestado un mate y charlamos sentados en el pasto. Milton me cuenta que ya hace casi cinco años que tiene las Blonde d´Aquitaine y que las ha cruzado con Braford y con Hereford, con mucho éxito. Sin embargo, al principio no fue fácil porque había una alta resistencia a incorporar la raza francesa, incluso a pesar de que su padre siempre le dijo que “hay que tener vacas de buena genética porque comen lo mismo que una común”.
“En 2019 ya veníamos con poca ganancia con la agricultura y un primo nos propuso alquilar un campo para hacer ganadería y ahí nos iniciamos en el rubro a ciclo completo y a vender acá, porque antes mi viejo hacía novillos de exportación pero siempre había problemas porque llovía mucho y no se podía sacar la hacienda o le cerraban la exportación, era un dolor de cabeza”, describe.
“Entonces en ese camino sumamos Braford para ganar rusticidad y Blonde d´Aquitaine para hacer un novillo en menor tiempo porque es un animal que se desarrolla de una manera exponencial y más rápido que otras razas. Se gana más volumen y de la misma calidad; probamos también con Limousine pero la Blonde le gana”, agrega.
El ganado adulto de El Rocío presenta una ganancia diaria de 2,77 kilos, mientras que los terneros alcanzan 1,71 kilos en sus primeros meses, y el establecimiento mantiene un promedio de preñez del 92%. Actualmente cuentan con 400 vientres, 11 Blondes y 7 toros de esta raza para rodeo de general y para armar la base genética de la Blonde. Y otro dato importante: hoy la ganancia al gancho que logró la familia Schneider es del 63,2%, mientras que antes era del 58%. Y Milton quiere volver a exportar.
-¿Cómo fue que eligió la Blonde d´Aquitaine?
-Por mi hermano Gustavo, que un día me dijo: “Mirá esta raza, Milton. Mirá qué volumen de carne, tiene más desarrollo muscular que la Hereford”. Pero la verdad es que en ese momento no le presté atención. Recién al tiempo empecé a buscar datos y ahí vi las ventajas que presentaba, como buena ganancia de peso, lo cual se sumaba a la rusticidad del Braford y a la calidad de la carne de la Hereford, así que me empezó a interesar. Busqué record de peso al gancho y me apareció la Blonde con un 73%. Me contacté con gente que producía esta raza y todos confirmaban los números que yo ya tenía.
-¿Cómo es la alimentación?
-Tenemos 350 hectáreas de pastos naturales y monte desmalezado, es decir que sacamos las arbustivas, el romerillo y el espartillo amargo para que crezca el pasto natural. Son 7 potreros en total, de 50 hectáreas cada uno, y las vamos rotando cuando el pasto queda a la altura de un puño. El tiempo que permanecen depende del clima, por ejemplo hoy hace 4 meses que no llueve y tuvimos que dispersarlas y darles rollos porque no queremos que pierdan estado corporal. También hacemos alfalfa y la recría pastorea directamente; tenemos otro lote con festuca, trébol blanco y cebadilla. Nuestra idea es hacer potreros más chicos y rotaciones más dinámicas.
-¿La terminación es con el “feedlot ecológico”?
-Así, es. Es un sistema de bajo impacto ambiental, donde los animales están en movimiento, así que se minimiza reducir la formación de barro, la acumulación de deyecciones y los olores. Además, no se contamina el agua de napa ni de cauces superficiales.
Bovinos con más espacio y bienestar: ¿De qué se trata el “feedlot ecológico” que propone el INTA?
-Cuéntenos sobre su experiencia con la Blonde…
-Todas ventajas: mansedumbre, parto fácil, ganancia de peso rápido… Es curioso porque las continentales son de alto peso al nacer y suele haber problemas, por eso cuando empecé con esta raza todos me decían que acá no iba a andar y que se iban a morir en los partos. Pero es todo lo contrario, incluso con la Hereford, que es una vaca más chica. La clave es que son animales alargados, no anchos, entonces es más fácil el nacimiento.
-¿Cómo son los toros?
-Trabajan excelente, sin problemas, y hasta se llevan muy bien con otros toros. Y nos pasó algo al inicio: el primer toro que trajimos, a la semana de estar en el campo vimos que tenía ensangrentados los testículos, no supimos bien qué pasó, ¡pero estaba recién llegado! Yo me agarraba la cabeza. Pero finalmente no solo logramos curarlo sino que al año siguiente, con un solo testículo, logró engendrar y ya tenemos 17 terneros de él y de ese año.
-¿Cómo se llevan con el calor?
-¡Otra ventaja! Esta raza tiene un gen llamado “slick” que le da tolerancia a las altas temperaturas, lo cual la torna aun mejor para este territorio. Le cuento algo muestra esto: un 23 de diciembre al mediodía, con un calor de locos, y yo había ido al campo a ver las vacas, cuando observo a lo lejos dos puntitos blancos al rayo del sol. Me acerco y eran la ternera Blonde y su madre, mientras todas las otras vacas, incluso las Braford, estaban bajo sombra.
-Pero si esta raza resulta tan buena, ¿por qué no está más difundida?
-La misma pregunta me hice y me sigo haciendo.