“La verdad es que estamos preocupados. Este tipo de decisiones ponen en riesgo a todo el sector”, dijeron fuentes de la AFAT (Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y Otros Equipamientos Agrícolas) ante una consulta de Bichos de Campo. Se referían a la decisión del gobierno de excluir a la maquinaria agrícola y otros insumos de los productores agropecuarios de la aplicación del Impuesto PAIS a las importaciones.
-¿Encarecerá este impuesto el costo de los equipos?- era la pregunta obligada.
-En el corto plazo estas medidas afectan directamente los costos de fabricación, lo que después podría impactar en precios y, en consecuencia, en la actividad de los productores y los contratistas.
AFAT agrupa a las grandes marcas de maquinaria agrícola y vial: Agrale, Massey Ferguson, Challenger, Valtra, CASE IH, New Holland Agriculture, CLAAS, FPT, Jacto, John Deere y Stara. Las 12 fábricas de las firmas asociadas se encuentran distribuidas en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, y por supuesto utilizan buena parte de insumos importados para el ensamblaje de los equipos. El sector ha sido responsable en 2022 de la venta del 100% de las picadoras de forraje, el 95% de las cosechadoras y el 77% de los tractores patentados en el país.
Pese a que son insumos claves para la producción de alimentos que forman la canasta familiar (que el equipo económico había prometido excluir de la aplicación del nuevo impuesto PAIS que se aplica a la compra de divisas para pagar importaciones), la maquinaria agrícola, los fertilizantes y los agroquímicos finalmente deberán tributar ese 7,5% en sus componentes importados. Con un agravante, que es que AFIP aplicará el mismo de modo retroactivo.
Los voceros de AFAT, el respecto, dijeron que “los efectos retroactivos de la medida afectarían los proceso productivos de estos meses, poniendo en riesgo la continuidad de la producción en las fábricas, y, por ende, afectando la generación de empleo fabril”.
El mensaje del sector, ahora, suena durísimo: “Los socios de AFAT vienen haciendo grandes esfuerzos para mantener los niveles de producción. Fueron adaptando sus operaciones y procesos para acomodarlos a todas las disposiciones que fueron regulando el comercio exterior, poniendo foco siempre en satisfacer necesidades de productores y contratistas sin afectar al empleo de nuestras fábricas. Y, aunque por supuesto que la vocación es continuar con estos esfuerzos, la realidad es que la sucesión de medidas y cambios en las reglas hacen difícil proyectar la actividad productiva a futuro, y atenta también contra las inversiones”.
-¿Y cómo salimos de esta situación?
-Para nosotros es clave que se genere un marco estable y sostenible en el tiempo que permita apuntar a un crecimiento de toda la industria, por lo que esperamos que en el corto plazo se ordene la coyuntura y puedan comenzar a tomarse medidas tendientes a esto. Pero la realidad es que como estamos hoy, nos tiene realmente preocupados.